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sábado, 7 de octubre de 2017

San Marcos, papa.

San Marcos, papa. 7 de octubre.

Fue San Marcos natural de Roma, hijo de un presbítero (aunque esto no está claro) llamado Prisco, y fue un activo colaborador del papa San Melquíades (10 de diciembre). Fue elegido papa en 336 (el 14 de febrero, según Baronio) tras la muerte de San Silvestre (31 de diciembre). Aunque gobernó en tiempos de la paz de San Constantino (21 de mayo), tuvo que hacer frente a la herejía arriana. Levantó dos iglesias en Roma, una en el cementerio de Balbina, en la Via Ardeatina, y otra en el Capitolio. El Liber Pontificalis dice que fue quien concedió a la Iglesia Ostiense el derecho de ungir y consagrar al papa, pero esto probablemente sea un añadido tardío y no de la época de San Marcos.

Gobernó la Iglesia solamente ocho meses, pues falleció el mismo año de su elección, a 7 de octubre. Se le sepultó en la Via Ardeatina, y con el tiempo esa iglesia tomó el nombre de San Marcos, tanto por haberla dedicado él como por estar allí su sepulcro. Es famosa esta iglesia por albergar las reliquias de Santos Abdón y Senén (30 de julio). Marcos fue sucedido por San Julio I (12 de abril). 



Fuente:

-"Lives of Saints". Tomo XI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


Otros santos papas son:

San Esteban I. 2 y 30 de agosto.
San Telesforo. 5 y 30 de enero (carmelitas), y 22 de febrero.
San Dionisio. 19 de enero (carmelitas) y 26 de diciembre.
San Celestino V. 19 de mayo.
San Cleto. 26 de abril.
San Ceferino. 26 de agosto.
San Inocencio I. 28 de julio.
San Gregorio III. 28 de noviembre.
San Sergio I. 8 y 9 de septiembre.
San Melquíades. 10 de diciembre.
San Agapito I. 22 de abril y 20 de septiembre, la traslación.
San Lino. 23 de septiembre.
San Urbano I. 25 de mayo.
San Silvestre I. 31 de diciembre.
San Eugenio I. 2 de junio.
San Hormisdas. 6 de agosto.
Beato Gregorio X. 10 de enero.
San Julio I. 12 de julio.
San Zacarías. 3, 15 y 22 de marzo.
San Calixto I. 14 de octubre. 
San Gelasio I. 21 de noviembre.
San Agatón. 10 de enero.
San Lucio I. 4 de marzo.
San León IX. 19 de abril.
San Aniceto. 17 de abril.
San Alejandro I. 3 de mayo.
San Celestino I. 6 de abril.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Del rosario y su caballero.

Beato Alain de la Roche, presbítero dominico. 8 de septiembre.

Nació en Plouër-sur-Rance, sobre 1428. No se sabe nada de su infancia y juventud, salvo que tomó el hábito dominico en Dinan, sobre 1450. La vida religiosa no le satisfacía del todo (la santidad no es cosa de mediocres) y pasó una crisis espiritual. La venció con oración y penitencia, y buscando otros aires, se trasladó a los Países Bajos, donde los conventos de la Orden de Predicadores florecían en vida observante. Fue predicador itinerante en Como buen religioso dominico, Alain era devotísimo de la Santísima Virgen, y siempre andaba con el "Ave María" en el corazón, "esta oración continuamente venía a sus labios en sus predicaciones, en sus conversaciones privadas, en sus viajes y en su trabajo", testificará uno de sus novicios. Y en relación a la Madre de Dios es la mayor gloria del Beato Alain, que fue la promoción del rezo del Rosario.

Sobre el Rosario mucho se ha dicho, y es poco aún, siendo una oración tan importante en la vida de la Iglesia. Comúnmente, y con cierta simpleza, se dice que Nuestra Señora se le apareció a Santo Domingo de Guzmán (8 de agosto; 24 de mayo, traslación de las reliquias, y 15 de septiembre "santo Domingo in Soriano") y le dio el rosario, enseñándole como rezarlo. Pero la historia nos demuestra otra cosa: Brevemente, el origen del rosario está en la costumbre monacal de rezar los 150 salmos cada día; los monjes legos, que no sabían leer, o se aprendían los salmos de memoria, o los sustituían por 150 padrenuestros. Hay que notar que este orar repetitivo entronca perfectamente con la tradición judía de repetir palabras insistentemente (lo que hoy se llama "mantra", como si se hubiera inventado ahora), como haría el mismo Cristo en su vida. En el siglo IX encontramos en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, los Padrenuestros o las Ave María. Esta costumbre se uniría a la de ofrendar las coronas de flores o rosas a las imágenes marianas, tradición proveniente de cultos pre-cristianos. Así que es totalmente cierto decir que en el siglo X ya se conocía esta devoción, por más que se conformara con el tiempo. Eso en Occidente, porque en el cristianismo oriental, en el Islam o el Budismo, igualmente existe la costumbre de orar repetitivamente usando cuentas. 

Ciertamente, cuando Santo Domingo de Guzmán comienza su obra evangelizadora y apologética ante la herejía albigense, descubrió la importancia de la devoción mariana como elemento fortalecedor de la fe cristiana y lo aprovechó en su labor misionera con excelentes frutos. Esa necesidad devocional, sumada a la facilidad del rezo, incluso para los que no sabían leer, dieron como fruto que la Orden Dominica se lanzara de lleno a la propagación de esta devoción, a la que surgirían, con el tiempo, algunas parecidas, como la corona de Santa Brígida, el rosario de las Llagas de Cristo... etc., etc. Un hito importantísimo sería la división en "misterios" del Evangelio, hecha por el cartujo Egher de Kalgar. La primera meditación de pasajes evangélicos unidos al rosario es del benedictino inglés Dominique Hélion (he aquí el origen de la leyenda sobre santo Domingo y el rosario: en otro Domingo). Ambos aportes datan de inicios del siglo XV, cuando nace nuestro Beato.

Con Alain de la Roche, la devoción tuvo un nuevo empuje. Predicando, disciplinándose, organizando procesiones y devociones públicas, poco a poco el Beato Alain hizo del rosario la oración mariana predilecta del pueblo y de la Iglesia. su obra piados principal fue la fundación de la Cofradía del Rosario, llamada en origen "Cofradía del Salterio de Jesús y María", recogiendo el origen monástico del rosario, fundada en 1470 en Douai, y en apenas un año ya tenía 50.000 miembros. Fue este el origen de la "Hermandad del Rosario", establecida hasta hoy en casi todas las iglesias dominicas. Alain, además, fue maestro en Teología, de la que se había doctorado en 1474. Tuvo cátedra en París, Lille y Douai. Y en la Orden tuvo el cargo de visitador, por lo que viajó por varios países europeos, como Polonia o Alemania. Y siempre predicando sobre el Santísimo Rosario.

La Santísima Virgen con
Domingo y Alain.
La leyenda, que no falta, nos dice que la Virgen se le apareció muchas veces, alentándole a perseverar, y que le profetizó el nacimiento de la herejía luterana, siendo el Rosario un eficaz remedio contra dicho mal. También le mostró los males que atraería para toda la Iglesia el abandonar su rezo, que ella lo tenía como preferido por sobre todos. Apariciones marianas como Lourdes o Fátima corroborarían este amor de la Santísima Virgen al Santo Rosario. 
Igualmente se cuenta que recibió la especial gracia de los desposorios místicos, en los cuales un ángel unió su mano a la de la Virgen Santísima, poniendo un anillo en sus manos. Una experiencia parecida se lee del premonstratense San Hermann José de Steinfeld (7 de abril y 24 de mayo, traslación de las reliquias), de San Roberto de Molesmes (17 de abril y 26 de enero), de San Edmundo de Canterbury (16 de noviembre), o de San Juan Eudes (19 de agosto).

En el siglo XIX se hicieron famosas las "15 promesas del rosario", que la Virgen habría dado a Alain, pero lo cierto es que solo se hallan si se entresacan y se interpretan de sus textos. Como las conocidas 12 promesas del Sagrado Corazón a Margarita de Alacoque, no existen como tal, sino que son interpretaciones posteriores.

Alain falleció en Zwolle, Holanda, el 8 de septiembre de 1475, como había profetizado y deseado, por ser el día de la Natividad de María. La Orden lo celebra como Beato aunque nunca ha sido beatificado oficialmente. El primer manual impreso de la Cofradía del Rosario, que explicaba cómo rezarlo, fue publicado en Colonia en 1476. Sus obras teológicas, cartas y textos piadosos fueron publicados por primera vez en Estocolmo, en 1498.


Fuentes:
-"Vida de los Santos para todos los días del año". AB. L. JAUD, Tours, 1950.
-"Sacro Diario Dominicano". FR. FRANCISCO VIDAL. O.P. Valencia, 1747.


A 8 de septiembre además se celebra a
San Sergio I, papa. 
La Traslación de San Adrián, mártir. 
Nuestra Señora de la Caridad.

miércoles, 31 de octubre de 2012

El día de los muertos en México


Tumba adornada el 2 de noviembre en México.

Durante los días 1 y 2 de noviembre en México se celebran las festividades en honor a los fieles difuntos donde la gente “convive” con sus muertos, les preparan un altar con comidas del gusto del difunto, objetos personales y muchas flores; otras personas van al cementerio y velan toda la noche en ese sitio para poder “reunirse” de nuevo con sus seres queridos, todo esto sucede en un ambiente de oración, sobre todo del rezo del rosario, entre comidas, bebidas, música, esto se vuelve una fiesta entre lo pagano y lo religioso.

La tradición de ofrendar a los difuntos en México se remonta a la época prehispánica; los aztecas celebraban dos meses dedicados a la fiesta de las almas de los muertos, el noveno mes, llamado Tlaxochimaco o Miccailhuitontli, es decir fiesta de los muertos pequeños (antecedente de la fiesta del primero de noviembre conocida como día de los “angelitos”) y la otra, Xócotl Uetzi, también nombrada Hueymiccaihuitl, la fiesta grande de los muertos (antecedente de la celebración del dos de noviembre) y celebrado en el decimo mes. Durante el mes Izcalli se celebraba la fiesta de los tamales en honor al dios del fuego Xiutecuhtli, se ofrecían cinco tamales al fuego del hogar, antes de comérselos se ponían sobre las sepulturas y después de esto se los comían todos.

Particularmente vale la pena destacar otra festividad la llamada Quecholli que era dedicada a los muertos en la guerra y coincidía en fechas con la festividad cristiana de Todos los Santos. Se confeccionaban flechas y eran atadas en manojos de cuatro y eran depositadas en los sepulcros junto con tamales y quedaban ahí un día entero y por la noche se quemaban las flechas. Es curioso la coincidencia de fechas y la similitud de rituales entre esta festividad y la que celebramos actualmente.

Altar de difuntos. México.
Para la cosmovisión azteca, los difuntos al morir iban al Mictlán (Xibalba para los mayas), lugar gobernado por Mictlantecuhtili (Yum Kimil o Ah Puch para los mayas), Señor de la región de los Muertos y su esposa Mictlantecacihuatl, lugar donde el alma debería cruzar por nueve ríos de sangre (para los mayas eran nueve mundos gobernados por nueve señores) ayudada por un perrito para poder llegar al Mictlán. Las almas de los que morían ahogadas iban al Tlalocan, que era gobernado por el dios Tláloc, dios de la lluvia; los guerreros, las mujeres que morían en el parto, los que morían en sacrificio y los comerciantes muertos en expediciones mercantiles se iban con el dios del sol a el Ichan tonatiuh ilhuícatl; los niños que morían a corta edad iban al Chichihualcuauhco, lugar donde eran amamantados por un gran árbol nodriza, donde los pequeños esperaban una segunda oportunidad para regresar al mundo de los hombres (antecedente en la cosmovisión mesoamericana del limbo, el cual recientemente ha sido suprimida por la Iglesia). Algo importante de destacar es que para las culturas mesoamericanas, los difuntos irían a los diferentes inframundos no debido a su comportamiento en vida como enseña el Cristianismo, sino a la forma en que murió u oficio que desarrollo en vida.

Para la cultura maya, existía una especie de cielo que se dividía en trece secciones donde moraban trece dioses Oxlahuntiku, y los sostenían cuatro dioses hermanos llamados Bacabes. En el más alto de los cielos se encontraba una ceiba o yaxché, primer árbol de la vida, a cuya sombra los difuntos gozaban de fresco y abundancia de comida y bebida. A este lugar iban los guerreros, las mujeres muertas al parir, los ahogados, los sacerdotes y los sacrificados. Los suicidas iban al paraíso de la diosa Ixtab que era su patrona, el suicidio era considerado como el grado máximo de sacrificio.


Fray Diego de Landa hace mención del terrible temor que tenían los mayas a morir, por lo que ofrecían siempre sus ofrendas y oraciones a los dioses con tal de que les alargaran la vida y les dieran salud. Dentro de la cultura cristiana la celebración del día de los fieles difuntos se remonta al siglo X d.C. Cuando San Odilón de Cluny (1 de enero) la instituyó en su monasterio, después de haber tenido una visión de las almas del purgatorio quejándose y sufriendo por sus pecados, dispuso instituir que el día posterior a la fiesta de todos los Santos se dedicara a orar por las almas de los difuntos; no fue sino hasta el siglo XVIII que Benedicto XIV concedió el privilegio de celebrar tres misas a los sacerdotes españoles y portugueses en sus territorios y en 1914 Benedicto XV los extendió a todos los sacerdotes. Pero aun desde la época paleocristiana ya los primeros cristianos veneraban los restos de los mártires, y las Sagradas Escrituras en el segundo libro de Macabeos recomiendan orar por los difuntos (2Mc 12, 43-46). 


Altar de difuntos. México.
Con la llegada de los españoles a América y del cristianismo, los frailes buscaron la manera de acabar con el “paganismo” de los naturales de estas tierra, y de este modo tomaron la tradición de la celebración de los difuntos azteca y maya y la englobaron en la fiesta de Todos los Santos y en la de el Día de los Fieles Difuntos, el 1 y 2 de noviembre respectivamente, dándole un sentido cristiano a estas celebraciones prehispánicas y cambiando los dioses por los santos y devociones católicas, como la de las ánimas del purgatorio. De igual modo hicieron con la costumbre de los tzompantli hechos de cráneos humanos o de piedra o la de los mayas de sacar los cráneos de sus antepasados, intercambiándolas primero por cráneos hechos de barro y después por cráneos de azúcar, chocolate y semillas de amaranto, para simbolizar que estando con Cristo la muerte es dulce. Se empezó a celebrar de esta manera el 1 de noviembre la fiesta de las almas de los niños o de los angelitos y el 2 de noviembre la fiesta de los muertos adultos. 

Otro agregado muy importante en esta época fue el de la flor de cempaxúchitl, pues anteriormente era usada solamente en una festividad en torno a los muertos y en ninguna otra. Muchos investigadores piensan que puede deberse a que en España era costumbre en estas fechas llevar a las tumbas crisantemos amarillos pero ante la inexistencia de esta flor en Nueva España se decidió sustituirla por una flor muy semejante como es el cempaxúchitl. Algo particularmente llama la atención y es lo que narra fray Diego Durán sobre que anteriormente en las fiestas de Xócotl Uetzi, los familiares de los difuntos pasaban toda la noche velando la ofrenda y a la mañana siguiente regalaban los alimentos que para ellos era sagrado porque había sido consumido por las almas. Este tipo de tradiciones pasaron casi intactas hasta la actualidad, los misioneros las toleraron en gran parte, puesto que en algunas localidades del norte de España se solía llevar a la misa por los difuntos ofrendas de trigo, pan y vino para ser benditos y ser llevadas luego a las tumbas, esto mismo creaba confusión entre los naturales que no entendían porque los españoles si podían hacer ofrendas y ellos no, pero esto propicio la supervivencia de la ofrenda a los difuntos.

En otros sitios del país como en comunidades indígenas de los estados de Chiapas, Oaxaca, Yucatán y Guerrero, algunas etnias extiende la festividad de los difuntos del 29 de septiembre al 30 de noviembre pues según su creencia San Miguel abre el purgatorio para que las almas regresen y San Andrés lo cierra, en  otros englobado más en lo que es los meses de octubre y noviembre se comienza a celebrar desde el 28 de octubre llegando ese día las almas de los ahogados, el 29 de octubre de los muertos por accidentes, el 30 de octubre de los muertos violentamente que no sean de accidente, el 31 los niños muertos antes de nacer y el 1 y 2 de noviembre siguen el mismo patrón de todo el país. Lugares como Tabasco la memoria de los fieles difuntos se extiende del 1 al 30 de noviembre haciendo rezos, sufragios y oraciones todo el mes por las almas del purgatorio; cabe destacar que aunque la creencia popular es que las almas vienen a comer los alimentos que se ofrendan, desde el punto de vista cristiano esto es imposible pues nadie puede salir del purgatorio y regresar a la tierra; a pesar de todo esto la Iglesia es de las principales promotoras de esta tradición en suelo mexicano puesto que como bien sabemos es bueno orar por los difuntos. Esta tradición en el año 2003 fue declarada como patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.


Simbolismos del Altar
El altar se hace en 3 niveles que simbolizan la tierra, el purgatorio y el cielo, en otros lugares lo hacen de 2 niveles representando el primero a los niños difuntos y el segundo a los adultos o el cielo y el purgatorio o la tierra. También algunos lo hacen de cuatro como símbolo del mundo espiritual, el mundo celestial, el mundo terrenal y el inframundo o del cielo, la tierra, el infierno y anteriormente el limbo. En otros, de 7 como recuerdo de los 7 pecados capitales, y en otras zonas de 9 símbolo de los nueve meses de gestación y de los nueve ríos que debe pasar el alma. Se adorna con papel picado o flores de papel en colores naranja (color de luto azteca y no símbolo del halloween como muchos piensan), negro (luto occidental), morado (luto de la Iglesia), blanco (perdón y pureza), rosado (alegría y tristeza a la vez), azul (cielo), amarillo (luz) y rojo (luto entre los mayas).


Se ponen los alimentos que eran del agrado del difunto así como objetos pertenecientes al mismo, el pan de muerto (es un pan redondo que tiene una bola de pan en el centro y de ahí salen 4 trozos más de pan en forma de huesitos y cubierto de azúcar, símbolo de una tumba y la azúcar de la sangre derramada por los difuntos, y fue traído por los españoles y teniendo su antecedente en el pan de ánimas que se preparaba en Segovia). 
Flor de cempaxúchitl o cempoal que simboliza la luz que guía al difunto a la ofrenda por eso sus pétalos se usan para formar un camino.
Flor de mano de león su color rojo recuerda la sangre de Cristo.
Flores blancas, en especial cuando es un altar para niños difuntos, recordando su pureza.
Tres calaveras de azúcar, símbolo de la Santísima Trinidad.
Adornos de calaveras recordando a la muerte que está siempre presente.
Café negro, que recuerda el luto.
Agua, para que el alma sacie su sed.
Licor, para que el alma recuerde sus grandes festejos en vida.
Cruz de ceniza, para que el alma expíe sus culpas.
Tierra, como recuerdo de que polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Puño de sal, que es lo que le da sabor a la vida.
Una cruz hecha con flor de cempoal o con velas, que representa a los 4 puntos cardinales para que el alma se oriente.
En el sureste mexicano se ponen nueve velas, símbolo de los nueve señores de la noche.
Albahaca para purificar el ambiente.
Un recipiente con agua y toalla para que el alma se lave las manos.
Un petate o estera para que descanse.
La vela del ánima sola, para los difuntos que no tienen quien rece por ellos
Rosario, símbolo de plegaria cristiana.
Escapulario, símbolo de la maternidad de la Virgen que nos cubre.
Se cuelga papel picado como símbolo del cielo que lo ve todo, en otras localidades se pone un arco o palmas tejidas en recuerdo del Domingo de Ramos.


Entre las imágenes religiosas que se acostumbran poner son las de devoción del difunto y los que abogan por las almas del purgatorio, tal es el caso de la Virgen del Carmen (16 de julio), abogada de las almas; San Miguel (29 de septiembre) patrón del purgatorio; San José (19 de marzo y 1 de mayo), patrón para el bien morir; San Francisco de Asís (17 de septiembre y 4 de octubre) pues se dice que Cristo le prometió que cada 4 de octubre le permitiría bajar al purgatorio a sacar de allí a sus devotos; San Martín Caballero (11 de noviembre) como benefactor de vivos y muertos; San Nicolás de Tolentino (10 de septiembre), abogado también de las almas del purgatorio. 
Se usa copal o estoraque (incienso de origen azteca) para incensar como símbolo de la oración que se eleva al cielo. Para las culturas prehispánicas era muy importante el copal pues al ser de extracción de la savia de un árbol consideraban que era la sangre de este y lograba una conexión entre cielo y tierra. 
El retrato del difunto para saber a quien se dedica la ofrenda.
También se ponen velas o veladoras como símbolo de la luz que es Cristo, además que para las antiguas culturas el fuego era símbolo de unión entre el mundo de los vivos y el inframundo.

La festividad también se lleva al cementerio, pues el 1 de noviembre la gente acostumbra velar toda la noche en las tumbas rezando el rosario esperando “a la llegada de las ánimas”, acompañándolos con adornos de flores y alimentos, al siguiente día 2 de noviembre la gente vuelve a darse cita en las sepulturas de sus seres queridos y llevan más alimentos para comer entre ellos sobre la tumba “conviviendo y compartiendo los alimentos” con sus difuntos una vez más, y acompañados de música de mariachis.


Por: Lic. André Efrén Ordóñez.


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domingo, 7 de octubre de 2012

Nuestra Señora, la Virgen del Rosario

Pregunta: Mi madre se llama Rosario y me gustaria saber si hay alguna Santa con su nombre y saber su historia.
Respuesta: Además de que alguna santa lleve el nombre de Rosario, que veremos al final, es la advocación mariana de Nuestra Señora del Rosario, la que es celebrada por las mujeres llamadas así, el 7 de octubre, y de la que te hablaré escuetamente porque mucho y mejor se ha dicho sobre el tema:

Nuestra Señora del Rosario. 7 de octubre.

Sobre el Rosario mucho se ha dicho, y es poco aún, siendo una oración tan importante en la vida de la Iglesia. Comúnmente, y con cierta simpleza, se dice que Nuestra Señora se le apareció a Santo Domingo de Guzmán (8 de agosto; 24 de mayo, traslación de las reliquias, y 15 de septiembre "santo Domingo in Soriano") y le dio el rosario, enseñándole como rezarlo. 

Pero la historia nos demuestra otra cosa: Brevemente, el origen del rosario está en la costumbre monacal de rezar los 150 salmos cada día; los monjes legos, que no sabían leer, o se aprendían los salmos de memoria, o los sustituían por 150 padrenuestros. Hay que notar que este orar repetitivo entronca perfectamente con la tradición judía de repetir palabras insistentemente (lo que hoy se llama "mantra", como si se hubiera inventado ahora), como haría el mismo Cristo en su vida. En el siglo IX encontramos en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, los Padrenuestros o las Ave María. Esta costumbre se uniría a la de ofrendar las coronas de flores o rosas a las imágenes marianas, tradición proveniente de cultos pre-cristianos. Así que es totalmente cierto decir que en el siglo X ya se conocía esta devoción, por más que se conformara con el tiempo. Eso en Occidente, porque en el cristianismo oriental, en el Islam o el Budismo, igualmente existe la costumbre de orar repetitivamente usando cuentas. 

Ciertamente, cuando Santo Domingo de Guzmán comienza su obra evangelizadora y apologética ante la herejía albigense, descubrió la importancia de la devoción mariana como elemento fortalecedor de la fe cristiana y lo aprovechó en su labor misionera con excelentes frutos. Esa necesidad devocional, sumada a la facilidad del rezo, incluso para los que no sabían leer, dieron como fruto que la Orden Dominica se lanzara de lleno a la propagación de esta devoción, a la que surgirían, con el tiempo, algunas parecidas, como la corona de Santa Brígida, el rosario de las Llagas de Cristo... etc., etc. Un hito importantísimo sería la división en "misterios" del Evangelio, hecha por el cartujo Egher de Kalgar. La primera meditación de pasajes evangélicos unidos al rosario es del benedictino inglés Dominique Hélion (he aquí el origen de la leyenda sobre santo Domingo y el rosario: en otro Domingo). Ambos aportes datan de inicios del siglo XV, cuando viene al mundo otro apóstol del rosario: el Beato Alain de la Roche (8 de septiembre).

Con él la devoción tuvo un nuevo empuje. Predicando, disciplinándose, organizando procesiones y devociones públicas, poco a poco el Beato Alain hizo del rosario la oración mariana predilecta del pueblo y de la Iglesia. su obra piadosa principal fue la fundación de la Cofradía del Rosario, llamada en origen "Cofradía del Salterio de Jesús y María", recogiendo el origen monástico del rosario, fundada en 1470 en Douai, y en apenas un año ya tenía 50.000 miembros. Fue este el origen de la "Hermandad del Rosario", establecida hasta hoy en casi todas las iglesias dominicas. La leyenda, que no falta, nos dice que la Virgen se le apareció muchas veces, alentándole a perseverar, y que le profetizó el nacimiento de la herejía luterana, siendo el Rosario un eficaz remedio contra dicho mal. También le mostró los males que atraería para toda la Iglesia el abandonar su rezo, que ella lo tenía como preferido por sobre todos. Apariciones marianas como Lourdes o Fátima corroborarían este amor de la Santísima Virgen al Santo Rosario.

La Protección de María
en la batalla de Lepanto.
Pero el definitivo impulso vendría en el siglo XVI, cuando en 1571 el papa San Pío V (30 de abril) pediría a la cristiandad que rezara el rosario para alcanzar el triunfo contra los moros que asediaban Europa como nunca. En la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de ese mismo año, las tropas cristianas, sin esperarlo ya, ganaron a los musulmanes. El papa estableció la memoria de Nuestra Señora de las Victorias, unida indisolublemente a la devoción del rosario. Además, y por el mismo motivo agregó a las Letanías Lauretanas el título de "Auxilium Christianorum". Fue Gregorio XVI quien cambió el nombre de la fiesta por Nuestra Señora del Rosario, aunque en muchos sitios tomó el nombre de "Nuestra Señora del Rosario y de las Victorias" (como en mi parroquia, según descubrí en una estampa antigua).

Otro momento decisivo fue el triunfo sobre los turcos en Viena el 12 de septiembre de 1683, fiesta del Dulce Nombre de María. Nuevo impulso, sin duda, le han dado a la devoción, las apariciones marianas, singularmente Lourdes, Fátima, Beaureaing y Banneaux, entre los siglos XIX y XX. Numerosas son las parroquias, congregaciones religiosas, cofradías, imágenes dedicadas a la Virgen del Rosario, que ha traspasado ampliamente las fronteras de la Orden Dominica. Todos los papas se han referido al rosario con hermosas palabras, lo han rezado y portado siempre, colmándolo de indulgencias. Igualmente todos los santos, desde el siglo XVI sobre todo, le han tenido gran afecto y ha sido su oración mariana predilecta.

Y santa, o sea, mujer elevada a los altares con ese nombre, tenemos a la Beata Rosario de Soano(22 de septiembre) Terciaria Capuchina, virgen y mártir de Valencia .


A 7 de octubre además se celebra a:

Santos Sergio y Baco,
soldados mártires
.
San Marcos,
papa
.
San Martín Cid,
abad










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Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...