miércoles, 9 de mayo de 2012

Santa Elvira, quien y cuando...

Pregunta: Por favor podría darme informacion sobre Santa Elvira se supone que fue martir porque poseo una estampa en la cual figura con una palma (simbolo del martirio) mi inquietud al ver la estampa existe en la parte baja de ella algo que no se que representa, en la mano izquierda existe una cruz en una posicion parecida a la x...le anticipo que no es monja sino que martir romana creo.......esta vestida con una tunica blanca y en su cabeza tiene una diadema de rosas. Gracias de antemano. Te envío estampa de Santa Elvira en cual puedes ver detalles que desconozco y ojalá saber de su historia. Gracias.

Respuesta: Al ver la imagen, primeramente pensé que sería un "truco" o sea, una estampa de Santa Eulalia de Barcelona (12 de febrero). Los atributos son típicos de esta mártir: la cruz en aspa, o ecúleo, también conocida como cruz de San Andrés. El brasero a los pies, que indica el tormento del fuego por el que pasó la mártir, también es otro atributo frecuente (de ella y de otros mártires). La espada que lleva en la mano también acompaña a muchos mártires, aunque no indica que precisamente hayan sido decapitados, sino que es un símbolo común a escenas martiriales. La palma, bueno, ya sabemos que igual la llevan todos los mártires (y algunos no mártires), indica victoria, y la corona de rosas o lirios, pues simboliza la virginidad. A veces algunos fabricantes de estampas sin escrúpulos hacen estas cosas de cambiar deliberadamente los nombres. Si Santa Elvira no existe, o es otra les da igual, "reciclan" una estampa y le ponen otro nombre. De hecho hay una imagen de molde, usada lo mismo para Santa Elvira que para Santa Eulalia.


Pero luego, comentando el tema, un amigo me pasó esta imagen de Santa Elvira, venerada en San Pedro de les Puel.les, Barcelona. Como veis, los atributos son los mismos que Santa Eulalia, y me dice que la veneran el 25 de enero, como virgen y mártir. El reverso de la estampa dice "Santa Elvira, de la que se ignora su patria y las circunstancias de su martirio fue una de las víctimas del furor del paganismo, fue sacrificada en la Germania austríaca". Pues si no se saben la patria, ni las circunstancias del martirio, como se sabe que fue mártir, o que era germano-austríaca? Porque de allí salió, pero en reliquias: Lo único que podemos decir de esta Elvira es que sólo aparece su nombre en un listado de santos en el Acta Sanctorum, a 25 de enero:
Santa Elvira.
S. Pedro de Les Puel.les.


En octubre de 1587 Juan de Borja, tercer hijo de San Francisco de Borja, y su mujer Francisca de Aragón, conocedores de que el emperador del Sacro Imperio Germánico, Rodolfo II y su madre María de Austria y Portugal, tenían en posesión una gran cantidad de reliquias de muchos santos conocidos o desconocidos, conseguidas de varios lugares; pidieron a estos las donasen a la iglesia de la Casa Profesa de los jesuitas, San Roque de Lisboa. Esta bella iglesia había sido inugurada por el mismo San Francisco de Borja (3 de octubre). Habiendo accedido los monarcas, el traslado se realizó el 25 de enero de 1588, con la autorización y concurrencia del arzobispo Miguel de Castro.


Alberto de Austria, que administraba Portugal en nombre de Felipe II, acudió a la recepción de las reliquias, participando en la procesión de traslado, en la que las reliquias iban en doce bandejas para poder ser vistas por todos los asistentes. Se publicó el sermón, pronunciado por Manuel de Campos y Sixto V dio un jubileo perpetuo al que venerase dichas reliquias en este día. Entre estas reliquias hay de santos conocidos, como Santa Prisca (18 de enero), la cabeza de Santa Brígida de Irlanda (1 de febrero y 14 de junio), o San Gregorio Taumaturgo (29 de noviembre), pero también de santos, al decir del Acta Sanctorum “de los que desconocemos su dies natalis” y entre estos se hace una mención a nuestra Elvira, y nada más. No dice “virgen”, “mártir” u otro dato, mientras que de otras, como Santa Geva (de esta mencionan la presencia de la cabeza) o Santa Tenella, de las que sí aclara que son “vírgenes y mártires” (no sé de donde lo sacaron, pues si son desconocidas...).



Pues resumiendo: Santa Elvira se celebra este día por dicho traslado, pero de ella, nada se sabe: la virginidad y el martirio son solo suposiciones, costumbre de llamar virgen y mártir a cuanta santa desconocida o de catacumbas se encuentre. Y los atributos martiriales son tomados de Santa Eulalia, de tantísima devoción en Barcelona, y de mártires en general.



Fuente:
-"Acta Sanctorum". Tomo I. Bélgica, 1643.

A 25 de enero además se celebra a
El Niño Jesús de Beaune.
La Traslación de la cabeza de Santa Brígida.


 

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domingo, 6 de mayo de 2012

San Judas Tadeo, certezas y leyendas

San Judas.
Iglesia de Berzikb, República Checa.
Pregunta: Hola, me interesaría saber más acerca de la vida de San Judas Tadeo, es el Patrono de mi Iglesia. Gracias por su gran ayuda y felicidades por su espacio. Mexico.

Respuesta: San Judas Tadeo es uno de los santos más populares, sobre todo a partir de la Edad Media, gracias a las revelaciones de Santa Brígida de Suecia (23 de julio y 7 de octubre), luego decayó en algo su devoción y a inicios del siglo XX resurgió, hasta hoy en que desde unos 10 años parece ganar en devotos, hasta el punto de interesar a reputados sociólogos. Como muchas devociones católicas, lamentablemente se mezcla con ritos supersticiosos y a veces de mal gusto. En Alemania, Italia, España y América tiene numerosos devotos.

Judas significa: "Dios sea alabado". Según el Evangelio, era hermano del apóstol Santiago el Menor (3 de mayo) y pariente del Señor, por lo que es llamado uno de sus "hermanos", por tanto es hijo de Santa María de Cleofás (9 de abril) y de San Alfeo, ella hermana de la Virgen María. Así que es nieto de Santa Ana (26 de julio y 16 de agosto) y su segundo marido, San Cleofás (25 de septiembre y 20 de octubre). Para entender más podéis leer sobre la Parentela de Santa Ana. Esta misma tradición lo pone desde niño y jovencito como compañero de Jesús, cosa que, si eran parientes, es totalmente normal y aceptable. Algunas tradiciones dicen que era el novio de las Bodas de Caná, pero esto mismo se dice de San Natanael y todo nace del empecinamiento de dar nombres y vida propia a todos los personajes anónimos de la Biblia (tema interesante para otro artículo). Luego sería uno de los Doce Apóstoles, llamado "Judas el de Santiago" para diferenciarlo de Judas Iscariote. Solo interviene en el Evangelio en la noche de la Última Cena, cuando le preguntó a Jesús: "¿Por qué revelas tus secretos a nosotros y no al mundo?". Jesús le contestó que era porque ellos lo amaban a Él y cumplían sus mandatos.

Se le atribuye una carta de las Sagradas Escrituras, probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén, por los años 62 al 65; en se ella anima a los cristianos a permanecer firmes en la fe para ganar el premio de la vida eterna, asimismo les anuncia el peligro de los falsos predicadores. Alienta a los cristianos a llevar una vida de fe, amor a Dios, esperanza, oración, amor al prójimo, ser pacientes y ejemplos ante todos. La tradición de sus "Hechos", dice que fue apóstol de los paganos en Mesopotamia durante diez años y que volvió a Jerusalén para el llmado Concilio de los Apóstoles. Luego se uniría a San Simón en Libia, donde ambos predicaron el Evangelio. Ambos sufrieron martirio en Suanis, Persia, a San Judas le dieron muerte con un mazo y luego, le cortaron la cabeza con un hacha (el mazo y el hacha son sus atributos iconográficos). Una parte de sus huesos se veneran en la Basílica de San Pedro y otra en la Basílica de San Saturnino de Tolosa (la autenticidad de estas reliquias y otras que hay dispersas por el mundo es más que dudosa). Es Patrono de las causas difíciles y desesperadas.

Abgar recibe el Mandylion
Otra leyenda, muy conocida, le pone llevando una imagen del rostro de Cristo al rey San Abgar V Ukama (19 de junio en las Iglesias Siria y Armenia), pero esta es una leyenda perteneciente a Tadeo (nombre que quiere decir: "valiente para manifestar su fe") fundida con la del Apóstol y que ha conformado su "historia" e iconografía hasta hoy: el medallón con el rostro de Cristo. Así, dos personas y leyendas diferentes, se funden en una: San Judas Tadeo. Casi todas sus representaciones llevan ese medallón al cuello o en la mano, pues una leyenda le hace protagonista de un suceso legendario narrado por Eusebio de Cesarea en su "Historia Eclesiástica". Según San Eusebio, él encontró en el archivo real sirio, dos epístolas escritas en siriaco. Una era de Abgar, Príncipe de Edesa, en la Siria mesopotámica y la otra, respuesta a la primera era del mismo Jesús. La carta de Abgar alababa a Cristo por sus milagros y sabiduría y le pedía viniera a su reino para conocerle.

Catedral de
Amsterdam
La carta de respuesta, escrita también en siriaco, fue enviada con San Ananías y decía que, después de la Pascua, Jesús le enviaría su elegido para que le conociese. Y hasta aquí la carta. La leyenda dice que después de la Ascensión, Jesus se apareció a Judas Tadeo y le envió a Edesa, con un lienzo en el que Jesús se habría secado el rostro, apareciendo de manera milagrosa la Santa Faz. Tadeo se la daría a Abgar diciéndole: "Nuestro señor ha completado la voluntad de su padre, y ha ascendido a los cielos junto a él. Ahora yo coloco mis manos sobre ti en su nombre". Cuando lo tomó, Abgar fue inmediatamente fue curado de sus enfermedades.

Esta es la realidad sobre unas cartas (que no hacen referencia alguna a las enfermedades de Abgar, ni su deseo de verle, ni mucho menos hay en la supuesta contestación de Jesús nada sobre su intención de enviarle su rostro) que no se conservan y de las que, salvo Eusebio, no hay ningún testimonio de ellas. En el Evangelio nunca aparece el nombre "Judas Tadeo", solo "Judas" o "Judas el de Santiago". Y los escritores sirios, cuando narran esta leyenda sobre el lienzo y Abgar siempre distinguen entre Judas y Tadday (Tadeo) que sí parece predicó en Edesa, entre los siglos II y III, y que murió en Beirut, no mártir. Fue una confusión quien los convirtió en una sola persona.


Mandylion conservado en el Vaticano
Hay que decir que otras fuentes dicen que Jesús mismo se aplicó el lienzo, molesto ante la imposibilidad del pintor de reflejar su rostro. Este lienzo (mandylion) tiene un oficio religioso propio nacido en Constantinopla y que aún celebra la Iglesia ortodoxa el 16 de agosto. Este santo rostro se perdió inexplicablemente y reapareció en el siglo VI, después de un visión del obispo Eulalio, que lo hallaría escondido en unas murallas. Actualmente dos ciudades dicen tener el verdadero "lienzo de Edesa": Génova y el Vaticano. Pero basta verlos, para notar su factura tardía con respecto al siglo I.

Como nota interesante, añadir que otro lienzo sagrado, la Sábana Santa, también tenía su oficio propio, el Viernes posterior al segundo domingo de cuaresma: "Feria VI post Dominicam II Quadragesimae; SACRATISSIMAE SINDONIS D.N.I.C."


A 28 de octubre además se celebra a 
Santa Cirila de Roma, virgen y mártir.
San Faro de Meaux, obispo.

sábado, 5 de mayo de 2012

El abrazo de Francisco, Domingo ¡y Ángelo!

San Ángelo Protomártir
Estampa devocional.
En la iconografía propia de las órdenes franciscana y dominica hay un tema bastante común: el abrazo de San Francisco y Santo Domingo de Guzmán, ambos fundadores de estas órdenes, respectivamente. El abrazo ha pasado de recordar el momento histórico del encuentro de ambos en Roma, para simbolizar el hermanamiento de ambas órdenes en su afán misionero y apostólico, representado en sus santos patriarcas y fundadores.

Rivalidades ajenas y propias durante siglos que se calmaron con el tiempo, la disciplina y las costumbres recíprocas de humildad, como que un fraile de la otra Orden predicara en la festividad del propio fundador; que ambas Órdenes llaman "Nuestro Padre" al Fundador de la otra, y que la imagen del fundador de la Orden hermana, tuviera lugar de honor en la propia iglesia conventual. Hoy son órdenes hermanas y ambas profesan admiración y devoción por los dos Santos Patriarcas.

Pero lo que las crónicas franciscana y dominica han silenciado es que hubo un tercer personaje de este "abrazo": San Ángelo, protomártir de la Orden Carmelita.

Pero antes, un breve recuento de la vida de San Ángelo (5 de mayo y 27 de agosto, traslación de las reliquias): Sus padres eran judíos, descendientes de San David (29 de diciembre) a los que la Virgen María se les apareció y les conminó a convertirse, y les anunció el nacimiento de gemelos, a los que llamarían Ángelo y Juan. Nacieron en abril de 1186, y me salto toda la infancia, llena de prodigios, renuncias y actos heroicos. Joven ya, decidió entrar en religión, entró en la Orden Carmelita, en el convento de Santa Ana, radicado en la supuesta casa de la santa, en las afueras de Jerusalén junto su hermano el Beato Juan de Jerusalén (1 de agosto), que llegaría a ser Patriarca de Jerusalén. Más detalles podéis leer en la vida de este hermano.

Fue Ángelo destinado al Monte Carmelo, donde fue perfecto religioso, abstinencia total, cuaresmas y penitencias, milagros de todo tipo, ya os lo imagináis… En 1213 San Brocardo (2 de septiembre) le envió a ser ordenado presbítero en Jerusalén. después de ser ordenado, se retiró un tiempo al desierto para vivir austeramente y en oración constante. Allí tuvo una aparición de Cristo en la que este le mostró todo el mal que le esperaba a la Tierra Santa con la invasión de los musulmanes: guerras, hambres y pestes, así como la pérdida de la paz. Le conminó a ir a occidente, a predicar la paz, la conversión y la misericordia de Dios. Y así lo hizo, en 1219 llegó a Sicilia, luego de por un milagro, convertir a los piratas moros que le iban a asesinar. Predicó en Messina y Civitavecchia, donde conoció a Honorio III, que le pidió fuera a Roma, a predicar para él mismo y para el pueblo. Y ya llegamos a lo nuestro: el abrazo:

Estaba Ángelo predicando un sermón en San Juan de Letrán, cuando supo por revelación que estaban allí los santos patriarcas Santo Domingo Guzmán (8 de agosto; 24 de mayo, traslación de las reliquias; 15 de septiembre "in Soriano"), San Francisco de Asís (4 de octubre, 17 de septiembre, Impresión de las llagas; 25 de mayo, traslación de las reliquias a la basílica de Asís). Ángelo no los conocía, pero al subir al púlpito dijo que, entre los que escuchaban "había dos nuevas y firmes columnas de la Iglesia". Predicó tan bien, que ambos santos quisieron conocerlo y "como si siempre se hubieran conocido, se abrazaron". Y los tres compartieron varias profecías:

Ángelo le dijo a Domingo "el Señor te ha escogido como acérrimo impugnador de las herejías y predicador contra los vicios"; y a Francisco: "y a ti, como principal imitador de Jesucristo, cuyas cinco llagas ha de imprimir en tu cuerpo por premio de tu humildad". A esto, contestó Domingo: "Alégrate, Ángelo, a quien el Señor ha escogido por predicador de la Verdad contra los vicios y herejías; y por lustre de la Iglesia con tus virtudes". Y dijo Francisco: "Con razón, Ángelo, te debes alegrar, porque en breve tiempo darás tu vida por la honra del Señor en el reino de Sicilia, y con tres coronas de virgen, doctor y mártir, subirás al cielo". De allí se fueron a Santa Sabina, casa de los dominicos, donde estuvieron en oración los tres, toda la noche.

Constancia de este encuentro y presencia de Ángelo, daba una inscripción en la celda de Santo Domingo en Santa Sabina (desconozco si se conserva hoy en día) que decía "Memento posteritas & mémorare hunc quem prœteris angulum prœngustum; fat augusta is fuit sanctorum trium yirorum Curia: Dum anno salutis MCCXIX. Isthic divinis in colloquiis pernoctarunt, trium Ordinum primitiva lumina, militantis Ecclesia fida columina: Franciscus Seraphicus , Angelus Martir Carmelita & Dominicus cœlla huius inquilinus. Audi Roma, felicius hic supervolat Aventino tuo augurium ex tali Heroum trisigmate, quam qui olim Romulo tuo spectavi ibidem tres vulturum quaterniones".

Según me hacen llegar, la placa actual evita toda alusión a los buitres voladores y solo dice: "Attende advena. Hic olim sanctissimi viri Dominicus, Franciscus, Angelus Carmelita in divinis colloquiis vigiles pernoctaverunt". Por cierto, para rizar más el rizo, los trinitarios añaden a este coloquio santo al Beato Juan Anglico (17 de junio), sucesor de San Juan de Mata (17 de diciembre y 7 de mayo, traslación de las reliquias)


Procesión con las reliquias de San Ángelo. Licata.

Luego de esto, Ángelo fue a Nápoles, Sicilia, Calabria, Agrigento, dejando conversiones y milagros en todos estos sitios. Llegó a Licata, donde el 25 de abril de 1220 predicó públicamente contra el Conde Berengario, que vivía públicamente con una amante, llamada Margarita. Esta se convirtió, dejó al conde y quiso una vida de penitencia. Berengario, furioso, esperó para tomar venganza. El 5 de mayo (como le había dicho San Juan Bautista a Ángelo en una visión), estando predicando en la iglesia de Santos Felipe y Santiago, Berengario se acercó al santo y le asestó cinco puñaladas en el pecho. El pueblo se enfureció, pero Ángelo pidió perdonaran a su agresor, como él mismo lo hacía. Este perdón heroico, más que los resplandores, cantos celestiales y una paloma blanca que salió de su interior, ya bastan para que desde ese momento fuera considerado santo. Allí reposan sus veneradas reliquias hasta hoy.

En 1222, luego de recoger testimonios sobre sus virtudes y milagros, fue canonizado por el Patriarca Anastasio de Alejandría, en un concilio jerosilimitano. Su vida es atribuida a la pluma del Beato Enoch (4 de mayo), que le acompañó durante casi toda su vida y luego fue Patriarca de Jerusalén, y la habría escrito en 1227. Sospechosamente, estuvo perdida hasta 1527, en que fue dada a conocer por Tomás Bellorosso, un canónigo de Palermo, donde el santo gozaba, y goza, de una devoción sólida. En 1459, el Beato Juan Soreth (24 de julio) logró que Pío II le concediera oficio propio y extendiera su fiesta a toda la Orden. Luego de la reforma conciliar, los carmelitas descalzos lo eliminaron de su calendario propio, incomprensiblemente, pues aunque con visos de leyenda, su existencia está plenamente probada por documentos fidedignos.

A 5 de mayo además se celebra a
San Maroncio, abad.
Santa Jutta de Sangerhaussen, viuda, eremita y mística.
Santa Ferbuta de Persia, virgen y mártir.


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jueves, 3 de mayo de 2012

San Ricardo Reynolds, el ángel de Syon

San Ricardo Reynolds.
Hoy quiero traerles la figura de un santo mártir poco conocido, el cual, para más inri, fue tenido durante mucho tiempo como perteneciente a otra Orden religiosa:

San Ricardo Reynolds, presbítero brigidino y mártir. 4 de mayo.
Ricardo nació entre 1490 y 1492 en Devon, Inglaterra. Fue un excelente estudiante de Artes y Filosofía, alumno sobresaliente de Cambridge y socio emérito del Colegio Corpus Christi, donde se graduó como bachiller en Teología. De los estudios, pasó a la vida monástica en la abadía de Sión, de la Orden del Santísimo Salvador, fundada por Santa Brígida, donde profesó en 1513. Es considerado uno de los teólogos más brillantes del siglo XVI inglés. Fue un gran predicador y compuso (aunque no se conservan) muchos sermones y tratados teológicos.

En 1534, al separarse Enrique VIII de la Iglesia, algunos de los monjes de Syon se mostraron favorables a dicha separación, apoyando que el rey inglés fuera la cabeza visible de la Iglesia de Inglaterra. En otras abadías algunos priores obligaron a todos sus monjes y a los de otros monasterios a aceptar la idea de sumisión al rey. Otros, fieles a la Iglesia, se negaron a reconocer el nuevo título del rey, y entre ellos estuvo desde el principio Ricardo, que usó su palabra y pluma para defender la fe católica. 

San Ricardo Reynolds,
imagen venerada en Syon

Gracias a ello, y las denuncias de sus mismos hermanos de monasterio, el rey fijó su especial atención en la abadía de Syon y en Ricardo, el monje subversivo. Ricardo organizó en Syon una reunión entre Santo Tomás Moro (22 de junio), principal oponente del rey en su asunción de la Suprema Gobernación de la Iglesia, y Elizabeth Barton, la "Santa Dama de Kent", una mística inglesa muy conocida por sus revelaciones y escritos, condenada de "conspirar" contra el rey (habría profetizado la separación de Enrique VIII de la Iglesia Romana). Poco antes Thomas Cromwell, ministro del Rey, había visitado Syon para obtener el juramento de aceptación de la Supremacía Real de los monjes (le interesaba mucho al rey esta abadía por su prestigio), pero un monje fiel a la verdad católica le cerró las puertas y no les dejó pasar. Cromwell dejó dos guardas a la puerta del complejo monástico, para convencer a los monjes y las monjas, especialmente a la abadesa (1). Pero nada lograron. Tuvo que enviar el obispo de Londres, adepto a la causa de Enrique VIII a dos clérigos para convencer a los monjes y monjas que abrieran la abadía por obediencia.

Los monjes más coherentes eran Ricardo y otros dos, apedillados Whitford y Little. Uno de los guardas de Cromwell chantajeó al primero, diciéndole que airearía sus confianzas con sus penitentes y sus escarceos (falsos, por supuesto) con varias damas, pero el monje no se arrendró. Entonces, sabiendo Cromwell que en confesión y dirección espiritual los monjes seguían indicando a los fieles y las monjas que permanecieran en la fe católica y no obedecieran la orden real, mandó tapiar la rejilla de confesionario. (2)

Luego incomunicaron a las monjas, ya que apartadas serían más fácil de convencer. Estando reunidas en el capítulo, con la presencia del obispo de Londres y sus clérigos, se les solicitó que salieran las que se oponían a la Supremacia del Rey, y se quedaran las que la aceptaban. Todas se quedaron sentadas, lo que significó su aceptación. Y es que las monjas habían sido engatusadas con la promesa de que si accedían, podrían continuar la vida monástica sin problemas. Sólo una monja, llamada Agnes Smythe, se resistió e intentó convencer a las monjas de no aceptar, impidiendo que los hombres de Cromwell tomaran el sello de la abadesa para para sellar la declaración de aceptación de la Supremacía Real sobre la Iglesia.

Ricardo y los cartujos, ante Cromwell
Finalmente, todos firmaron, salvo Ricardo Reynolds y los monjes anteriormente dichos, Whitford y Little, de los que no se sabe su paradero. Ricardo fue llevado a Tyburn Tree, en Londres. Allí fue encerrado con los cartujos San Juan Houghton, San Roberto Lawrence y San Agustín Webster (los tres, 4 de mayo y 16 de julio), priores de las cartujas de Londres, Beauvalle y Axholmey, respectivamente.

Por esta razón que durante mucho tiempo fue tenido como un cartujo más, hasta que las investigaciones profundizaron lo suficiente como para aclarar que era Brigidino (3). También estaba encerrado y fue mártir con ellos, el párroco de Isleworth, San Alejandro Hailes (4 de mayo). El 4 de mayo de 1535 fueron arrastrados por las calles de Londres, ahorcados y el cuerpo de San Ricardo despedazado y los trozos colgados por diversas partes de la ciudad, como escarmiento.

San Ricardo beatificado en 1929 y en 1970 por Pablo VI, junto a los otros 40 mártires de Inglaterra y Gales, cuya memoria se fijó el 4 de mayo.

Leer también 
Beato Ralph Milner, laico mártir.
San Enrique Morse.


A 4 de mayo además se celebra a 

San Judas Ciriaco, obispo y mártir
Santa Bertha de Kent, reina.

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(1) Los monasterios brigidinos eran mixtos y tanto monjes como monjas estaban sujetos a la Abadesa, que representaba a la Virgen. Debían haber doce hermanos sacerdotes, como los apóstoles y 72 miembros más, entre monjas y monjes, como los discípulos. Está claro que esta numeración era simbólica y que no siempre se lograba, fuera por defecto o por exceso.

(2) El uso común en este tipo de abadías era que el confesionario fuera un agujero en la pared, con una rejilla, que comunicara dos ámbitos separados totalmente. De un lado los monjes, a otro las monjas, y otros agujeros hacia la iglesia, ámbito de los fieles externos.

(3) Curiosamente, las brigidinas Beatas Ana María Erraux y María Francisca La Croix (23 de octubre), mártires de la Revolución Francesa, en Valenciennes, fueron tenidas como monjas ursulinas, por este mismo motivo.

miércoles, 2 de mayo de 2012

La Invención de la Santa Cruz.

La Invención de la Santa Cruz. 3 de mayo.

La Invención de la Cruz.
Douarnenez, Francia. Siglo XIX 
Esta festividad conmemoraba el hecho del hallazgo de la verdadera cruz en la que habría sido crucificado el Señor. Es decir, que trata del supuesto hecho histórico, más allá de las implicaciones litúrgicas y teológicas de esta festividad. Ha sido eliminada del Calendario Universal, aunque puede celebrarse allí donde haya arraigada devoción. Para hablar de esta memoria apropiadamente habría que diferenciar dos cosas: la leyenda comúnmente conocida de la Invención, y los datos que nos da la historia. Y entre ambas, además sucesos poco fiables y fechas incorrectas, hay varias contradicciones.

I. El rastro documental.
Sobre la Cruz del Señor, la referencia más antigua que tenemos la hallamos en San Cirilo de Jerusalén (18 de marzo), el cual siendo sacerdote, tenía entre sus deberes instruir a los catecúmenos de la ciudad. En algunas de estas enseñanzas, Cirilo menciona "el madero de la cruz verdadera, que se ve entre nosotros en el día de hoy". Más tarde, en 351, siendo ya patriarca de Jerusalén, escribe al emperador Constancio, afirmando claramente que "el madero de la salvación, fue encontrado en Jerusalén". Sobre la misma época San Juan Crisóstomo (27 de enero, traslación de las reliquias a Constantinopla; 30 de enero, Synaxis de los Tres patriarcas: Juan, Gregorio y Basilio; 13 de septiembre, muerte; 13 de noviembre, Iglesia oriental; 15 de diciembre consagración episcopal) hace referencia en su homilía 58 al hallazgo de la Cruz, y que fue identificada por el "títulum", pero ni hace referencia a los clavos, ni mucho menos a que fuera hallada por Santa Helena (13 y 18 de agosto).

Rufino, que vivió en Jerusalén entre el 374 y el 397, amplió en el año 400 la "Historia Eclesiástica" de Eusebio. En los capítulos 7 y 8 es donde se menciona por primera vez que dicha Invención o hallazgo habría ocurrido de tal manera: Sobre el Calvario se había construido un templo a Venus, para borrar la veneración a aquel sitio por los cristianos. Así que el sitio era conocido por todos como el del Calvario. Dice que Helena destruyó el templo, cavó entre las ruinas y encontró tres cruces, junto con el "títulum", pero que este estaba aparte de las cruces, y no se podía identificar la del Salvador. Entonces, por consejo del patriarca de Jerusalén, San Macario (10 de marzo), se tocó a un enfermo con las tres cruces, y al ser sanada con el contacto de una, se decidió que era la cruz de Cristo. También se encontraron los clavos, de los que dio dos a su hijo San Constantino (21 de mayo), el cual puso uno en la brida de su caballo, y otro en su corona. También relata que Elena envió una parte de la cruz a su hijo, mientras el resto se conservó en un cofre de plata en Jerusalén.

Esta leyenda sería ampliada en 488 por el presbítero Sócrates, en su ampliación de la "Historia Eclesiástica" (I, capítulo 13). Agrega que Constantino colocó el fragmento de la cruz que le dio su madre en un pilar de pórfido en el foro en Constantinopla (o sea, que NO lo llevó a Roma). Y se añade el detalle de que, durante el viaje por mar de regreso a Roma, se levantó una tempestad, Helena ató un clavo con una cuerda, lo lanzó al mar y este se calmó. Sozomeno, sobre la misma fecha, añade algunos detalles más, como que el lugar del Sepulcro del Señor fue descubierto por medio de un judío, cuyo padre le había dicho dónde estaba, y que la verdadera cruz fue distinguida de las otras dos la curación de una mujer enferma (ya no es un hombre), sino también por la vuelta a la vida de un muerto. La más solemne referencia al hallazgo de la cruz por Santa Helena, la hace San Ambrosio de Milán (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal) en el sermón fúnebre por el emperador San Teodosio I (17 de enero), dando el hecho por histórico sin dudar.

Constantino y Helena entregan
la Cruz a San Macario. 
Y desde ahí hasta hoy. Como suele suceder, a una referencia sencilla en origen, se van añadiendo detalles minuciosos, que convierten el hecho en una leyenda estrafalaria y llena de sin sentidos. Así nacieron las "Actas de Ciriaco", un judío llamado Judas y asistente al hallazgo, que se convirtió (y se puso de nombre Ciriaco) al ver los prodigios de la Santa Cruz. También se inventó una carta apócrifa del papa San Eusebio (26 de septiembre) a los obispos de Campania y Toscana, que dice: "La cruz de nuestro Señor Jesucristo, ha sido descubierta recientemente (…) el 4 de mayo. Mando a todos celebrar solemnemente el día mencionado la fiesta de la Invención de la Cruz". Anastasio el Bibliotecario, en su "Vidas de los Papas", al relatar la vida de San Eusebio, dice: "En su tiempo se descubrió la cruz de nuestro Señor Jesucristo el 4 de mayo, y Judas fue bautizado, que es el mismo es Ciriaco."

En el siglo V, el historiador armenio Moisés de Khorene dice que "Constantino envió a su madre, Helena, a Jerusalén, a fin de que pudiera buscar la cruz; Elena encontró el madero salvador, junto con cinco clavos". En el siglo VIII, San Andrés de Creta dice que todo ocurrió en el 303, y da una versión interesante: Santa Elena arrojó al judío Judas a un pozo, y lo mantuvo allí ayunando hasta que confesó cual cruz era la verdadera. Ya convertido a la fe cristiana, Judas (aquí no cambia de nombre) fue sacerdote y obispo de Jerusalén, y se celebra como San Judas Ciriaco (4 de mayo). Por esta misma fecha ya se sospecha de esta leyenda, como aparece en el decreto "Recipiendis de Libris", atribuido al papa San Gelasio I (21 de noviembre). Se dice claramente que aunque se pueden leer "los escritos sobre el hallazgo de la cruz y otras novelas sobre el hallazgo de la cabeza de Juan el Bautista, que son romances y algunos de ellos son leídos por católicos; pero cuando éstos lleguen a las manos de católicos, debe considerarse primero lo que dijo el Apóstol Pablo: 'Examinad todas las cosas, reteniendo lo que sea bueno'". Pero sin embargo, el "Corpus Iuris Canonici", una falsificación atribuida a San Isidoro, en un apartado llamado "De inventione Crucis", tilda estos relatos de apócrifos y modernos; y manda que no deben ser leídos por los católicos. Pero en vano llega la prohibición, pues ya gustaban del pueblo, eran leídos en la liturgia que ya desde antiguo conmemoraba el "hecho" del hallazgo. Las antífonas de Laudes en la fiesta de la Invención de la Cruz, en el Breviario de Tréveris, son un ejemplo. Toman datos de las obras apócrifas llamadas "romances" en el "Recipiendis de Libris", siendo esta es la única reliquia literaria que permanece en un oficio litúrgico.

Y ya entramos en plena Edad Media, cuando estas leyendas fueron aceptadas y aumentadas por muchos de los cronistas medievales, como Regino de Priim (siglo X), quien dice "La cruz de nuestro Señor fue encontrada por Judas, pero, como se lee en los Hechos de los Romanos Pontífices, fue en virtud de Constancio, el padre de Constantino, y se descubrió mientras que Eusebio fue el Papa de Roma. Este Judas era el hijo de Simón, hermano de San Esteban, el primer mártir, y nieto de Zacarías. Judas había oído de su padre Simón el sitio de en que se hallaban la cruz y la tumba, y fueron y lo revelaron a Santa Helena. Judas fue bautizado con el nombre de Ciriaco, por el papa Eusebio, o como algunos dicen, por el Papa Silvestre". O sea, que un sobrino de San Esteban aún vive ¡trescientos años después de Cristo, cuando supuestamente fue hallada la cruz!

II. Objeciones a la leyenda de la Invención.
La primera y más importante dificultad con que se enfrenta la "invención" es que Eusebio, que vivió en el momento en que se dice fue hallada la cruz y que, ciertamente, narra la expedición de Helena a Tierra Santa en su "Vida de Constantino", ¡no menciona para nada el hallazgo de la cruz! Es impensable que un suceso como ese no fuera registrado por él, habiendo narrado la construcción de una iglesia en Belén y otra en el monte de la Ascensión por obra de Helena. Y más aún: en el año 335, Eusebio que está presente en la dedicación de la iglesia de la Anástasis (la Resurrección), narra toda la ceremonia y describe el lugar, pero no hace una sola mención de la Cruz.

Por si fuera poco, se conserva el manuscrito original de un peregrino anónimo de Burdeos, que visita los Santos Lugares en el año 333. Describe las reliquias veneradas, como la mancha de sangre de San Zacarías (5 de noviembre) en el sitio de su martirio, la Columna de la Flagelación, y hasta una palma de la que se arrancaron ramos el Domingo en que Cristo entró a Jerusalén, pero no dice una palabra sobre la Santa Cruz, por lo que hay que deducir en este año, aún no se conocía dicha reliquia. Si Constantino murió en 337, el descubrimiento tenía que haber ocurrido entre el 335 (fecha de la visita de Eusebio) y el 337, pero sucede que el viaje de Helena a Jerusalén ocurrió entre el 326 y el 327. Por tanto, fue posterior a ellos (Helena, Constantino y Eusebio) cuando dicha Cruz fue inventada y venerada. Ya lo era en 345, como leímos antes el testimonio de San Cirilo de Jerusalén que menciona en sus catequesis la presencia de la Cruz, sin nombrar a Santa Helena. Sólo confirma la existencia y conocimiento de la Vera Cruz, que no es poco. Así que si dicha cruz hubiera sido llevada inventada y llevada a Roma por Helena y Constantino, no tendría sentido que Cirilo mencionara, casi 30 años después, la presencia de la cruz en Jerusalén al hijo de Constantino, pues Constancio y Roma entera lo habrían negado. Ya en el siglo IV, Egeria, la gran peregrina, narra la liturgia de la Basílica del Santo Sepulcro, y los oficios en torno a "la cruz", teniéndola todos allí por la Vera Cruz.

III. Breves consideraciones sobre la Cruz:
Conociendo un poco de historia y costumbres, tanto romanas como judías, se puede aseverar con bastante certeza que la cruz de Cristo nos es totalmente desconocida. Las cruces eran instrumentos usados una y otra vez, hasta que fueran inservibles, y aun así, hasta de leña servirían. Cristo fue crucificado en una cruz usada muchas veces antes y después de él. Una más. Es impensable que los apóstoles o discípulos la recogieran y escondieran, sabiendo como sabemos la aversión de los judíos a la sangre y a todo lo que tocara la sangre. Los apóstoles provenían del mundo judío y no hay que presuponer una veneración especial hacia el instrumento del martirio de su Maestro.

Por otro lado, el madero vertical solía estar clavado, por razones prácticas en el sitio del tormento, el reo solo llevaba el madero transversal. Así que sería más difícil aún que ambos maderos permanecieran juntos, cuando debieron usarse en múltiples ocasiones y no siempre formando ambos una misma cruz, sino que en ocasiones un madero formaría parte de una cruz, y otra vez de otra. Los clavos, como cualquier instrumento, eran muy preciados, por lo que también se usaban repetidas veces, afilándolos cuantas veces fuera necesario y se pudieran usar. Y siendo de hierro, es de pensar que sería muchas veces.

IV. La Veneración a la Cruz y sus reliquias.
Hasta hace unos años, como dije al inicio, existían las dos fiestas en el Calendario Universal. El 3 de mayo, se celebraba esta Invención de la Santa Cruz, y el 14 de septiembre se recordaba la Exaltación de la Santa Cruz, a partir de su recuperación de manos persas y su entrada triunfante en Jerusalén, en manos del emperador Heraclio, en 628. Pero curiosamente, el emperador eligió este día para entrar la Cruz por una memoria a la Santa Cruz que ya se celebraba previamente. Supuestamente se le fundió con la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), aunque hallamos el caso de México, donde es la fiesta del 14 de septiembre la que pasa desapercibida, por el profundo arraigo de la fiesta de la Invención. Actualmente, más que al hecho histórico del hallazgo o la recuperación de la cruz material, la fiesta del 14 de septiembre hace referencia (con sus oraciones y lecturas), a la necesidad del sacrificio redentor de Cristo, y no tanto a la cruz, como instrumento, sino mas bien como signo. Aparte, existían otras fiestas de las iglesias particulares, como la Vera Cruz de Liébana, la de Caravaca, o la que celebraba la victoria de las Navas de Tolosa, a 17 de julio.

Sobre las reliquias relacionadas con la cruz y su veneración, me gustaría comenzar con este texto, que aclara muy bien el origen y desenlace de la excesiva devoción por las reliquias, que sin duda fue lo que movió a crear la leyenda del hallazgo de la Cruz:

"La excesiva devoción, deseo y celo indiscreto de los fieles por las reliquias, se veía ya en el siglo VI pues en el segundo Concilio Romano, que puede verse en el tomo V de la Colección general de Labbé, entre los Cánones que mandó observar el Papa San Gregorio el Magno, uno fue que cuando muriesen los Sumos Pontífices, se llevasen a enterrar sus cuerpos sin Dalmáticas, para evitar el que los fieles las quitasen y repartiesen entre sí, como solían hacerlo , guardándolas como reliquias sagradas (...) de [lo cual] se infiere , 1º cuan antigua es la devoción indiscreta de los fieles por las reliquias, y lo otro el cuidado que ha tenido siempre la Iglesia de contenerla y evitarla. Mas en el siglo X los grandes Señores compraban sin escrúpulo alguno las reliquias verdaderas o falsas a precio de plata, y las hacían venir del Oriente y otras partes para colocarlas en los lugares o ciudades más célebres de sus dominios, con el fin de hacerlas más brillantes, atrayendo de este modo a ellas los pueblos. Bajo de pretexto de devoción o peregrinación. (...) era tanto el deseo que había entonces por las reliquias, que esto era ocasión para que aquellos que na da tienen más estimable que el oro y la plata, fuesen a buscarlas por el Oriente y robarlas de todas partes, donde podían, y frecuentemente, para hacer más lucroso su tráfico, fingían falsas por verdaderas; y los Señores las compraban bien caro, no solamente por devoción, sino para enriquecer y hacer, como va dicho, célebres sus pueblos, por la multitud de gentes que iban a visitarlas.

(...) El deseo, pues, de los fieles por las santas reliquias, les hacía no aplicarse a examinar su autenticidad, atendiendo más que a ella a contentar su devoción. La Historia Eclesiástica nos da muchos ejemplos de esta desarreglada devoción: un soldado deseando vivamente tener algunas reliquias de Santo Tomas de Canterbury, las iba buscando por todas partes: un presbítero embustero le dio el freno de un caballo, haciéndole creer que era el mismo de que se servía el Santo; este soldado lo recibió con mucha devoción, e hizo edificar una Iglesia, y en ella puso por reliquias el freno que este mal sacerdote le había dado.

(...) A vista de estos fraudes, y de una multitud que se omiten (...) no solo resultaba que un particular fuese engañado , recibiendo una reliquia falsa por verdadera, sino que este error pudo extenderse a otros muchos, los cuales en adelante darían culto á aquella misma reliquia supuesta o falsa que había recibido el primero sin discernimiento alguno. (...) Hemos relacionado hasta aquí algunas de las causas por las que han llegado a hacerse inciertas o dudosas algunas de las reliquias; pero no faltan otras. 

Las desgracias de los tiempos, las sediciones domésticas y guerras extranjeras, el furor de los paganos y herejes, enemigos de la Iglesia, los incendios y otros estragos semejantes, han sido causa de que las Iglesias pierdan las reliquias verdaderas o su memoria, y se hayan supuesto por el tráfico y comercio de otras falsas. (...) Cualquiera puede reflexionar, si a vista de todo lo expuesto, será juicio temerario el decir que en algunas Iglesias habrá de estas reliquias supuestas o falsas, a las que a título de su antigüedad se les da culto religioso, (...) y aunque la Iglesia nuestra Madre ha tomado serias y acertadas providencias para evitar el que se de culto religioso a reliquia alguna antes de constar con certeza moral de su identidad; por lo que hace a las antiguas, no ha prohibido el que si se descubren prudentes fundamentos que las hagan inciertas o dudosas, o apócrifas; o se suspenda su culto, o que cada uno siga la opinión que le parezca más conforme á la verdad de las reliquias". ("Disertación Teológico-Canónica, en la que se trata de las reliquias de los santos y de las condiciones necesarias para que puedan exponerse a la pública veneración" Pbro. Francisco Couque, Capítulo XVIII)

Y ahora así vamos a las reliquias de la Pasión:

Clavo de la cruz
venerado en Carpentras. 
1. Los clavos.
Hallados los clavos por Santa Helena, pues le dio uno a Constantino, y este lo habría fundido y puesto en los arreos de su caballo, como protección, y del que por una parte se dice que se encontraba inserto en la corona del rey de Lombardía, pero no hay documentos anteriores al siglo XVI que avalen esto. Por otra parte, se dice que ese clavo es el que se venera en la catedral de Carpentras, Francia, donde tuvo fama de milagroso, dedicándole una fiesta propia "El Santo Clavo", el 2 de mayo. Ciertamente es un estribo de caballo del siglo IV, que se habría venerado en Santa Sofía, Constantinopla, se perdió y fue "inventado" en el siglo XIII, y llevado a Carpentras por Isnard, su obispo. Y, por si fuera poco, esto mismo se dice del venerado en Aix, que también habría pertenecido a Carlomagno. Y exactamente se repite del de Hofborg, Austria. El segundo lo habría llevado consigo Helena a Roma, y durante ese viaje, para librarse de una tormenta, lo habría arrojado al mar Adriático atado de una cuerda. Apenas tocó el agua, la tormenta se calmó. Sería el venerado en Roma, pero desde la Edad Media se venera en Viena uno del que se dice es este arrojado y rescatado de las aguas. El tercero se habría quedado en Jerusalén, y se venera en la actual iglesia de la Santa Cruz.

Pero, como suele suceder con las reliquias lejanas en el tiempo, los clavos se han multiplicado hasta contarse más de 50, dispersos por el orbe cristiano. Es muy importante decir que a partir del siglo XI sugió la costumbre de hacer copias de los tenidos por originales (a saber, el de Roma, de Jerusalén, de Viena o de Milán) y a distribuirse por diversas iglesias y catedrales. Incluso es factible que contuvieran limaduras de los "verdaderos". Se veneraban como como réplicas de los "verdaderos", y así constaba, hasta que el tiempo, la devoción y el interés por poseer reliquias auténticas los convirtieron en los auténticos. San Carlos Borromeo (4 de noviembre), en cuya catedral de Milán, reposaba uno de los clavos verídicos (?), hizo réplicas exactas para donarlos a algunas iglesias. Por ejemplo, constan como réplicas emanadas de Milán el de los carmelitas de Clermont, el de las clarisas de Venecia o el de la iglesia de San Antonio de Torricelli.

Otros clavos tenidos por los verdaderos son los de Torno, junto al lago Como; la capilla ducal de Venecia; la capilla palatina de Madrid (que salió ileso en el incendio de 1734, según Croisset. Cosa nada rara, siendo de hierro), la iglesia de San Patricio de Nápoles; la iglesia del Santísimo Redentor de Spoleto; el monasterio de San Lorenzo del Escorial (que en realidad se supone sea uno de los copiados por San Carlos), la catedral de Bruselas. Se veneraban en cuatro sitios de Colonia: una réplica en la Cartuja y tres porciones de uno "verdadero" en tres iglesias; ninguno está al culto hoy en día. En la catedral de Notre Dame de París se veneraban públicamente nada menos que ¡los tres clavos auténticos! hasta el siglo XIX, pues al regresar de la Exposición Universal de Londres en 1862 fueron guardados. Otros más se hallan en Siena, Colle, Jerez, Catania, Andechs, Tréveris, Toul, Cracovia y otros sitios. En la "Sainte Chapelle" de París, sobre la que regresaremos luego, se guarda uno que, según su leyenda propia, es el que Helena tiró al mar, pero regresó solo, flotando sobre las aguas.

Corona de Espinas de San Luis.
Hoy en Notre Dame. 
2. La Corona de Espinas.
Su Invención no aparece en la leyenda de Helena, hay que decir que su rastro se tiene desde el siglo VI, pero se pierde en la historia, para reaparecer en el siglo XIII, cuando el rey San Luis IX (25 de agosto) la obtiene de manos unos venecianos, que a su vez, la habían obtenido del emperador de Constantinopla, luego que este la empeñara por unas deudas. San Luis la introdujo en Francia en 1239, y le construyó una maravillosa iglesia gótica, la "Sainte Chapelle", consagrada en 1248, y donde pasaba largos ratos venerando la preciada reliquia. Tanto, que ha pasado a ser parte de su iconografía. Esta corona, actualmente en Notre Dame, tiene su festividad propia el 11 de agosto, mientras que en Colonia se celebra a 4 de mayo, por influencia de la Orden Teutónica. Otra corona, casi completa, se veneraba en Santa Cruz de Roma, pero también tienen trozos Santa Praxédes, San Marcos, el Vaticano, San Juan de Letrán, y otras iglesias. Otro pedazo, junto a algunas espinas, se conserva en Notre Dame en París.

Espinas sueltas (de las que de casi todas se dice vienen de la de San Luis) pues tenemos para sembrar un zarzal: Solo en España: Una en Santa María del Pi de Barcelona, con capilla propia del siglo XVI; una en las clarisas de Zaragoza, y otra en la abadía de Husillos. El monasterio de Nuestra Señora de Montserrat tiene dos, y el Escorial once. En Basilea se veneraban cinco, a las que para probar su veracidad, fueron echadas al fuego, ardiendo tres de ellas y quedando intactas las otras dos, que fueron veneradas por verdaderas. Una en la colegiata jesuita de Stonyhurst, Inglaterra. Y otras más por ahí.

3. El "titulum".
Se venera en Santa Cruz de Roma. Pero hay otros en Austria, Alemania y otras zonas de Italia.


A 3 de mayo además se celebra a

Santos Timoteo y Maura, esposos mártires.
Santos Alejandro y Antonina de Cadaurne, mártires.
San Alejandro I, papa.

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