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viernes, 21 de septiembre de 2018

"No es el sexo, sino el valor lo que hace fuerte".

Santa Débora, juez y profetisa. 21 de septiembre, 11 y 14 de diciembre (Iglesias Orientales).


Añadir leyenda
La Escritura habla poco de Débora, pero lo suficiente para que salte a la vista el hecho de ver a una mujer como juez del pueblo de Dios. Los Jueces ejercían un liderazgo moral, político y religioso. En tiempos en que aún Israel aun no tenía reyes los Jueces eran, junto a los profetas, la voz de Dios y por Él se les consideraba elegidos. No eran gobernantes propiamente dicho y ninguno pretendió ser superior a los demás. Los Jueces fueron Otoniel, Aod, Samgar, Gedeón, Abimelec, Tola, Jaír, Jefté, Ibzán, Elón, Abdón, Sansón, Samuel y nuestra Débora.

La principal acción de Débora, quien dictaba sentencia bajo una palmera entre Rama y Betel, en favor de Israel fue animar al general Barac a lanzar las tropas israelitas sobre el cananeo Sísara. Le profetizó que vencerían, aunque él no vería el triunfo. Efectivamente, Israel vencería, pero quien mataría a Sísara sería Jael, mujer del cananeo Héber. Al ocurrir la victoria, Débora habría entonado un cántico a Dios.

Y poco más podemos decir de su biografía. Pero aún así, su figura ha sido evocada por numerosos padres de la Iglesia y santos han mirado a Débora como prefiguración de la Iglesia, de la Santísima Virgen, puesta como ejemplo para las mujeres, o comparada con el alma cristiana imbuida de Dios:




"Y así, de acuerdo con la historia, para que las mentes de las mujeres pudieran asentarse, una mujer se convirtió en una juez, una mujer que puso todo en orden; una mujer que profetizó; una mujer que triunfó; y que se unió a la batalla, enseñó a los hombres a la guerra bajo el consejo de una mujer. Pero en un misterio, es la batalla de la fe y la victoria de la Iglesia". San Ambrosio.
"Y creo que su judicatura ha sido narrada y sus hechos descritos, que las mujeres no deben ser restringidas de actos de valor por la debilidad de su sexo. Una viuda, gobierna al pueblo; una viuda, dirige ejércitos; una viuda, elige generales; una viuda, determina guerras y ordena triunfos. Por lo tanto, no es la naturaleza la que causa la debilidad. No es el sexo, sino el valor lo que hace fuerte". San Jerónimo.
"Nada es más poderoso que una mujer piadosa y sensible para poner a un hombre en orden y moldear su alma como ella quiera. Porque no soportará a los amigos, ni a los maestros, ni a los gobernantes, como lo hará con su pareja aconsejándole y aconsejándole, pues el consejo lleva consigo incluso cierto placer, porque la que da el consejo es muy amada. Podría hablar de muchos hombres duros y desobedientes que han sido ablandados de esta manera. (…) Una mujer destruyó Absalón, una mujer destruyó Amnón, una mujer rescató a Nabal de la matanza. Las mujeres han preservado naciones enteras, pues Débora y Judit exhibieron éxitos dignos de los hombres; así también lo hacen otras diez mil mujeres". San Juan Crisóstomo.

Y, además, tenemos el detalle poco conocido de que Santa Teresa de Jesús (15 de octubre; 26 de agosto, la Trasverberación; 13 de julio, Traslación de las reliquias) es llamada "la Nueva Débora" por el papa Gregorio XV en la Bula de Canonización. Este "piropo" daría pie a una iconografía particular que San Enrique de Ossó (27 de enero) promovería para la Institución Teresiana. Pero habría que dejarlo para otro artículo.

A 21 de septiembre además se celebra a:


Beato José Vila Barri,
presbítero HSF y mártir
Santa Efigenia,
virgen carmelita.
San Cuadrato de Atenas,
obispo y mártir
.



domingo, 9 de junio de 2013

El Señor Jesús del Gran Poder de "La Paz"

Trinidad de tres rostros.
Así sería el aspecto
que tendría el lienzo boliviano
en origen.

El lienzo del Señor Jesús "del Gran Poder" se encuentra en la ciudad de La Paz, Bolivia.

Se presume que el piadoso lienzo habría sido pintado por un autor anónimo de la Escuela Popular del Collao en el siglo XVIII, no obstante la historia de la veneración del santo lienzo comenzaría aproximadamente por el año 1826, cuando, según la costumbre de aquel entonces las postulantes al convento debían llevar consigo una imagen sacra al ingresar al convento, la novicia Genoveva Carrión ingresó al Convento de las Madres Concepcionistas llevando consigo el místico lienzo del Dios de 3 rostros que representa a la Santísima Trinidad y su indivisible Unidad, manifestada en tres personas. 

Al morir la monja Genoveva Carrión, muchas monjas adoptaron el apellido Carrión, para de esta manera hacerse guardianas de la santa imagen, hasta que 2 de ellas, Irene Sarabia Carrión y Maria Belmonte Carrión, abandonando el convento (para vivir juntas hasta la muerte, según los registros históricos) habrían pedido a este la devolución de la mística efigie alegando que les pertenecía por derecho de herencia. Al ser ambas mujeres que no tenían una casa propia, por necesidad debían de trasladarse constantemente a otros sitios para vivir y desde ese momento el lienzo se convirtió en peregrino de diferentes zonas y domicilios en la ciudad de La Paz, en los cuales se estableció poco a poco la devoción a la sacra imagen. Pronto comenzó a tener fama de milagrosa, ya que a las casas por donde iba la imagen se realizaban rosarios, rezos y oraciones en agradecimiento a los favores concedidos. El constante traslado de la imagen también hizo que se generaran historias, entre estas resalta aquella que cuenta que el dueño de casa comercial “La Balanza”, en la calle Mercado, murió junto a su familia de una terrible enfermedad por haber exigido que la milagrosa imagen de 3 rostros en un solo cuerpo saliera de su domicilio.

Imagen de bulto que reproduce
al "Señor" del cuadro.
Terminando las constantes peregrinaciones la imagen llegó a la antigua Iglesia de San Sebastián y luego a la Capilla de Pura-Pura mas estas no fueron sitios permanentes, sino tan solo eventuales. El párroco de la zona El Rosario entre 1910 y 1920 hizo que la veneración al místico lienzo fuera más oficial y alquiló una casa en la zona de Chijini, sitio en el cual se quedó la imagen. Los habitantes de Chijini, emigrantes del área rural, decidieron rendirle veneración a la imagen con música, danza y vestimenta, así surgieron en 1923 las primeras fraternidades folclóricas. Con el pasar del tiempo los feligreses fueron aumentando y en 1928 se inició la construcción de una iglesia denominada “Santuario del Señor Jesús del Gran Poder” en la zona de Chijini (hoy en la calle Gallardo), y que fue concluida a finales de los años 30.

En el proceso de evangelización se pretendió que los indígenas entendieran que el Dios cristiano representado en el lienzo del cual se predicaba era un solo Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Sin embargo los indígenas interpretaron las cabezas como el Alaxpacha (el mundo de arriba), Akapacha (parte de este mundo) y Manqhapacha (el mundo de abajo). Entre los años 1924-1934 el Obispo Augusto Seifert hizo cubrir las dos caras laterales dejando solo la que hoy se ve, con el fin de extirpar la costumbre que tenían algunos fieles de pedir al rostro izquierdo daño para sus enemigos, al rostro derecho bienes para sus amigos y al rostro del centro peticiones personales. De tal forma después del repintado la efigie quedó con un solo rostro, el del medio.

En 1943 se pretendió trasladar la sacra imagen a la Iglesia “Santisima Trinidad” o “Gran Poder Nuevo”, un templo nuevo construido en la calle Max Paredes porque el Santuario quedaba muy pequeño para la cantidad de devotos de la imagen. Fueron órdenes del General Enrique Peñaranda, presidente de Bolivia, conjuntamente con la Curia Eclesiástica. Para el traslado de la efigie se realizaría una procesión, pero al momento de abrir el Santuario todos se llevaron un gran sorpresa pues el lienzo no estaba en su marco; solo quedaba una tela blanca. Por la ciudad se proclamaba que era un gran milagro que el lienzo desapareciera, pero la verdad, que muy pocos sabían, era que antes de que llegase la gente al santuario para la procesión, los principales miembros de la Junta de Vecinos habían decidido ocultar la pintura, entregándosela a los Agustinos Recoletos para su custodia. Pasando 20 días y una vez que la Junta de Vecinos obtuvo una escritura pública ante notario, indicando que el lienzo pertenecía a la Junta de Vecinos de Chijini, el lienzo volvió a aparecer “milagrosamente”, y ya no se pudo trasladar a la parroquia Santísima Trinidad y el antiguo Santuario fue ampliado. Todo esto generó varios problemas y discusiones que duraron 5 años, con incluso la excomunión de algunos miembros de la Junta.

Radiografía del lienzo original.
En la Actualidad el lienzo, además de poseer ahora un solo rostro y ya no tener las inscripciones en latín, (en forma de triángulo equilátero desde los extremos de las manos hasta el centro en medio de las piernas), también está adornado con piedras preciosas, oro y plata. En esta imagen lateral se ve lo descrito antes: El centro de restauración del Ministerio de Cultura hizo una radiografía del lienzo, donde bajo una capa de pintura, se ve el rostro triple,una (o tres) frente más amplia, la filacteria oculta, en fin, como era la imagen originalmente antes de su repintado.


La parroquia Jesús del Gran Poder está fusionada a la de la Parroquia Santísima Trinidad, acabando de esta manera con las asperezas de las 2 parroquias. El santuario hoy en dia tiene la presencia de las hermanas Carmelitas de Santa Teresa y de los Agustinos. La fiesta de la advocación varía cada año coincidiendo siempre con la de la Solemnidad de la Santísima Trinidad (primer domingo después de Pentecostés). 

Antes de la fiesta los creyentes realizan una promesa afín de pedir favores al Señor Jesús del Gran Poder, con el compromiso de bailar y participar de la fiesta por 3 años. En la fiesta también conocida hoy como “la Fiesta Mayor de los Andes” participan 30.000 bailarines y 4.000 músicos. Por la creciente separación del sentido religioso de la Imagen y la fiesta juntamente a la preocupación de la Iglesia por los muchos y grandes excesos a que lleva la celebración folklorista, los agentes pastorales de la parroquia Santísima Trinidad o Gran Poder Nuevo, y el Santuario Jesús del Gran Poder han elaborado un Documento con el cual desean motivar la reflexión y el dialogo entre todos los involucrados, interesados y devotos del Señor para que el festejo del Señor Jesús del Gran poder sea una expresión autentica, festiva y publica de la fe Cristiano-Católica.

Edmundo Vicente Encinas Torrez.

Muchas gracias, Edmundo, por escribir otro artículo en el blog, para ilustrarnos sobre una devoción de tu tierra. El tema iconográfico de la Trinidad da para mucho, tanto que ya le dedicamos un artículo propio. Sobre esta horrenda representación trinitaria, que ya había sido prohibida por el concilio de Trento siglos antes de su auge en Bolivia, escribió Santa Teresa de Jesús (15 de octubre y 26 de agosto):
"A las personas ignorantes parécenos que las Personas de la Santísima Trinidad todas tres están -como lo vemos pintado- en una Persona, a manera de cuando se pinta en un cuerpo tres rostros; y ansí nos espanta tanto, que parece cosa imposible y que no hay quien ose pensar en ello, porque el entendimiento se embaraza y teme no quede dudoso de esta verdad y quita una gran ganancia". (Relaciones 33, 2)

Lo dicho, gracias, Edmundo.

Ramón.

viernes, 31 de mayo de 2013

Nuestra Señora de la Luz, la censurada.


Madre Santísima de la Luz
Según se nos narra en el siglo XVIII el jesuita italiano Antonio Genovesi deseaba una imagen mariana que aumentara la devoción en sus fieles, entonces decidió pedirle a una mujer famosa por su piedad y visiones que le pidiese a la Virgen que los inspirase para hacer una imagen.

La Virgen se apareció ante la beata mujer reluciente halando con una de sus manos a un alma para que no cayera en las fauces de la bestia infernal, también un ángel ofrecía al niño Jesús que María llevaba en brazos, un canasto lleno de los corazones preservados del mal y accediendo a la petición le dijo a la mujer “observa bien mi traje, mírame atentamente y tal como me ves quiero ser retratada”. La misma Virgen le dijo a la mujer que quería ser venerada bajo el título de “Madre Santísima del Lumen o de la Luz”.

Dice Laureano Veres en su devocionario:
Miróla con grandísima atención la religiosa; y de una manera tan exacta y con tal viveza quedaron como estampadas en su imaginación las facciones bellísimas y la actitud de la celestial Señora, que bien pudiera decirse que esta imagen, grabada desde entonces en su fantasía, fue la primera copia que de la Santísima Virgen se formó”. 

Primera aparición
de la Virgen de la Luz.
A pesar de todo esto tal parece que la imagen no resulto como la Virgen la había pedido, tal vez después de todo la memoria de la mujer no fue tan exacta, por lo que la Virgen se volvió a aparecer ante la mujer para decirle: “vete, al pintor, que está actualmente con la obra entre manos: allá me hallarás, a ti sola visible; y entre tanto que tú teniéndome delante de los ojos, instruyeres con la voz al pintor, yo invisiblemente le dirigiré el pincel, de modo, que acabada la obra, cualquiera conocerá de su belleza más que humana, que inteligencia y arte superior había dispuesto los colores, y delineado la idea de la obra”, por lo que la mujer no tardó en dirigirse a Palermo, donde se encontraba el pintor.

Segunda aparición
de la Virgen de la Luz.
Al ser terminada la pintura con beneplácito la Virgen sonrió y la bendijo asegurando que obraría muchos milagros a favor de aquellos que la invocaran y honrasen con el nombre "Nuestra Señora de la Luz". Tal parece que los jesuitas posteriormente decidieron que la imagen debería ser destinada a una de sus nuevas casas en América, por lo que se decidió hacer un sorteo para decidir en qué lugar debería ser venerada la Madre Santísima de la Luz y tres veces realizaron el sorteo y las tres apareció nombrada la ciudad de León, Guanajuato, transcurría el año de 1732. El 2 de julio de ese año la imagen de la Virgen de la Luz fue recibida entre un gran jolgorio de la población de la, en ese entonces, villa de León.

Los jesuitas se encargaron de propagar el culto a la Madre Santísima de la Luz en toda América. Para 1742 en la iglesia de los dominicos de México ya existía una imagen de esta advocación en el altar de ánimas y se fundó una cofradía en su honor a la cual S.S. Benedicto XIV concedió varias indulgencias y privilegios. Hacia 1770 se menciona en un documento del Ayuntamiento de la ciudad de León enviado al virrey Gálvez, que la ciudad había jurado a la Santísima Virgen de la Luz, como patrona contra rayos y centellas.

En 1771 el IV Concilio Provincial Mexicano dispuso que se borrase el Leviatán en la imagen de la Virgen de la Luz y en adelante no se pintase más. Del mismo modo existía una prohibición de la Congregación de Ritos del 27 de enero de 1742 que ordenaba al obispo de Zaragoza, España, que se quitaran las imágenes de la Virgen de la Luz. Del mismo modo también hubo prohibiciones por parte del Consejo de Castilla, el obispo de Cádiz y el arzobispo de Sevilla. A pesar de todo esto el Concilio Provincial Mexicano después de escuchar a varios consultores juristas llegaron a la conclusión de que la imagen no debería ser prohibida. 

Virgen de la Luz censurada.
Ya no le acompaña el Leviatán.
Todo esto porque tal parece que la presencia de aquel ser infernal movía a confusión a los fieles quienes creían que “con solo invocar a la Madre Santísima de la Luz las almas podían salir de la condenación eterna” lo que como sabemos es imposible, pues nadie sale del infierno. Mucho se ha especulado al respecto y tal parece que algo más que llevó a que, en varias partes, la imagen fuera prohibida fue por su origen jesuita. Tal parece que el mismo S.S. Benedicto XIV prohibió su culto por un tiempo. Debido a todo esto en la Nueva España comenzaron a aparecer tratados apologéticos en defensa del culto a la Madre Santísima de la Luz, donde se explicaba el verdadero significado de la imagen de María al sostener aquella alma evitando que cayera al infierno, más no sacándola del mismo. Todo esto llevó a que en varias reproducciones de la Virgen de la Luz el dragón infernal sea sustituido por nubes, llamas, el rosario o algún otro objeto.

A pesar de todo esto el culto a la Virgen de la Luz especialmente en Nueva España se siguió extendiendo al grado que en 1784 el Santo Oficio de la ciudad de México fue notificado de una estampa que era distribuida de nombre “San José de la Luz” donde se mostraba al santo en la misma actitud y con los mismos simbolismos de la Virgen de la Luz.

Para 1849 el sacerdote Ignacio Aguado párroco de León, Guanajuato, junto con toda la ciudad juraron a la Virgen de la Luz como Patrona de León. Un año después debido a la epidemia del cólera la ciudad hizo voto perpetuo de solemnizar cada año los tres días anteriores a la Asunción, cantando públicamente las letanías lauretanas, poco después la epidemia cesó. En 1866 se concluyó el grandioso templo y actual catedral de Nuestra Señora de la luz siendo consagrado en el mes de marzo del mismo año. En 1872 el papa Pío IX declaró a la Santísima Virgen de la Luz patrona principal de la diócesis de León, Guanajuato. El 8 de octubre de 1902 es coronada pontificalmente.

Entre las festividades en honor a la Madre Santísima de la Luz se celebran el miércoles anterior a Pentecostés, el 31 de mayo y el 2 de julio (y en algunos otros sitios se tiene otras fechas). 

Lic. André Efrén Hernández.



Gracias, querido Andrés, por tu nueva colaboración, que cierra el mes de Mayo. Como dices, se prohibió representar al monstruo, y en algunas imágenes fue sustituido por llamas que aludían al purgatorio, humo que simboliza el pecado, nubes o simples manchones difuminados. Hay que decir que esta prohibición fue escasamente acatada y que aún pueden verse muchas originales, con el Leviatán asomando. La censura, necesaria, pone en duda el supuesto origen divino de la imagen, ya que nada dado por el cielo puede tener o inducir a error. Simplemente ha de ser un añadido posterior para darle importancia a la advocación. Y, como dices, tiene otros días de celebración. En Cuba tengo referencias de que el algún que otro sitio se le celebra el 1 de junio.

Hay otras imágenes marianas que llevan este título, pero con leyendas, festividad e iconografía distinta, como expresé en este artículo:

Cuenca, España.
Arroyo de la Luz, Caceres, España.
Cuart de Poblet, Valencia, España.
Liébana, Cantabria, España.
Lucena del Puerto, Huelva, España.
Tarifa, Cádiz, España.
Navajas, Castellón, España.
Avilés, Asturias, España.
Escorca, Islas Baleares, España.
Gran Canaria, España.
Catedral de Barcelona, España (
Candelaria neogótica de alabastro)
Los Silos, España.
A Coruña, España.
Peña Sagra, Cantabria, España.
Oviedo, Asturias, España.
Pontevedra, Galicia, España.
Bainoa, La Habana, Cuba. (Esta la restuaré y vestí yo, luego de sacarla de un trastero).
Peñalver, La Habana, Cuba.
Loon Bohol, Filipinas.
Cainta Rizal, Filipinas.
Kaliwanagan, Filipinas
Caracas, Venezuela.
Palermiti, Italia.


De seguro que hay muchas más (sin contar las Dolorosas que llevan este nombre), será cuestión de que vaya encontrándolas.

Ramón.


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martes, 9 de octubre de 2012

N. S. del Buen Remedio, María Trinitaria

N. S del Remedio
y santos trinitarios.
Tomado de "Meditaciones Trinitarias", con motivo del 8 de octubre, día de N. S del Buen Remedio.

Preguntan desde Riohacha (Colombia): Nuestra Señora del Remedio, del Buen Remedio o de los Remedios. ¿Son todas las mismas?

A manera de respuesta:

Origen y significado de la palabra Remedio:
La palabra Remedio viene del latín: Remedium, que etimológicamente significa medicina, medio de curar y sanar, lo que restablece la salud; y en sentido figurado indica cuanto sirve para las enfermedades del alma. La advocación de Nuestra Señora del Remedio, conserva y retiene ese doble significado.

Según el religioso trinitario fr. Bonifacio Porres, la advocación del Remedio no es unitaria, y pudo comenzar a la vez e independientemente en diferentes lugares, las cuales coinciden solo en título, pero en muchos casos narran historias y leyendas propias, como sucedió con otras advocaciones marianas. Pero cuando se habla de la Patrona de la Orden Trinitaria y de los lugares a donde tradicionalmente ha llegado esta devoción por el apostolado de los religiosos de dicha orden o de los fieles o cofradías relacionadas con ellos, se le puede encontrar ya sea en singular: del Remedio (Como en Cataluña), en plural: de los Remedios (Algunos lugares de España) o acompañado de adjetivo: del Buen Remedio (como en Francia e Italia). Es menester aclarar que en otros lugares, especialmente en España, se han "trinitarizado" muchas imágenes de la Virgen del Remedio (o de los Remedios), cuyo origen no guarda relación alguna con la Orden de la Santísima Trinidad.

Los datos propiamente históricos más antiguos que se tienen sobre éste título son del siglo XV, pero posiblemente el nacimiento del mismo se ubica un siglo antes. Aunque existen imágenes del Remedio que iconográficamente pertenecen a los siglos XII y XIII, no consta que hayan recibido esa denominación en sus orígenes. Es muy corriente que imágenes antiguas de la Virgen María, sin título especial, lo recibieran en tiempos más modernos.


N. S del Remedio.
Alfara, Valencia.
Devoción mariana de los primeros trinitarios:
Desde los años fundacionales de la Orden Trinitaria (1194), la devoción a la Virgen María ha sido uno de los pilares fundamentales de su espiritualidad. La corta Regla (aprobada en 1198), escrita por san Juan de Mata menciona dos fiestas especiales para la Iglesia y que los trinitarios celebraban con particular devoción, a saber: la Asunción y la Purificación de la Virgen y a partir de 1262 rezaban el oficio votivo de la Virgen, todos los sábados. En el siglo XV, encontramos a trinitarios entre los defensores del dogma de la Inmaculada Concepción, como fr. Robert Gaguin, Ministro General de 1473 al 1501.

Al parecer ya desde los orígenes de la Orden, como aparece en los ceremoniales, cada mañana se cantaba misa en honor de la Virgen, además del Oficio ya mencionado, se rezaba el Oficio Parvo de la Virgen. Muy pronto se fueron añadiendo el rosario, la salve cantada los sábados y vigilias de las Festividades marianas, las letanías, etc. El Breviario de la Orden impreso en Valencia en 1519, conmemora diez fiestas marianas, a saber: Inmaculada Concepción, Expectación, Purificación, Transfixión (Dolores), Anunciación, Visitación, Nieves, Asunción, Natividad y Presentación.

Sin embargo, a pesar de los datos anteriores, no se tienen noticias históricas específicas de la devoción a la Virgen del Remedio en los primeros tiempos de la Orden, pero se sabe que desde muy antiguo los trinitarios han expresado una predilección hacia la misma.

Dos leyendas fruto de la devoción mariana de los trinitarios del siglo XVI:
Según una tradición de la Orden, posiblemente producto de la piedad popular de los trinitarios del siglo XVI y del deseo de comprobar que desde los orígenes se ha venerado a la Virgen con el título del Remedio; en un momento en que san Juan de Mata se encontraba haciendo una redención, no podía rescatar a todos los cristianos, pues le hacía falta dinero. Se encomendó a la Madre de Dios y ella misma, se le apareció en persona y le entregó una bolsa de monedas con las que pudo comprar a todos los esclavos y luego darles la libertad en tierras cristianas. Una leyenda más tardía, asegura que fue la misma Virgen quien le ofreció a San Juan de Mata (17 de diciembre y 7 de mayo, traslación de las reliquias) y a San Félix de Valois (20 de noviembre) el escapulario de la Orden de la Santa Trinidad.


Reproducción del lienzo
de N. S del Remedio
venerado en Valencia.
Independientemente de lo subjetivas que puedan llegar a ser estas leyendas, han sido ellas las que han marcado en gran parte la iconografía de la Virgen del Remedio. El dato más antiguo que se ha encontrado se refiere a una capilla del convento de Jaén, donde se hallaba fundada una cofradía que se hermanó con otra de Nuestra Señora de las Virtudes el 4 de febrero de 1482, y que desaparecida más tarde, se restableció a fines del siglo XVII. Los conventos de Ronda y Valencia fueron fundados en 1504 y 1505 respectivamente, en ermitas dedicadas ya a la Virgen del Remedio o de los Remedios. El convento de Valencia adquiriría una gran importancia en la historia de la Orden, al punto que pasó a ser la la sede del Provincial de la Provincia de Aragón.

Antes de 1571 había en la Orden cinco conventos conocidos bajo el título de Nuestra Señora del Remedio o de los Remedios, tres de los cuales fueron fundados en ermitas ya dedicadas a esta advocación: Valencia, Ronda y Fuensanta, y los otros (Cuenca y la Rambla) cambiaron su precedente título por el del Remedio. Existían también una capilla en Salamanca y otra en Barcelona y cofradías en Jaén, Sagunto y Zaragoza, que llevaban el título.

La Virgen del Remedio y la batalla de Lepanto:
En muchos santuarios y varias advocaciones fue invocada la Virgen María para que intercediese ante Dios en favor de la Cristiandad amenazada por los turcos, la más popular de todas es la de Nuestra Señora del Rosario, cuya celebración es el 7 de octubre. Obviamente los trinitarios valencianos y sus amigos y bienhechores, se encomendaron a su patrona: la Virgen del Remedio. Don Juan de Austria, general de las tropas cristianas, el día 7 de octubre de 1571, momentos antes de dar la batalla a los turcos en el golfo de Lepanto, y por indicación de Miguel de Moncada, virrey de Valencia y patrón del convento trinitario, invocó a la Virgen del Remedio. Al obtener la victoria, agradeció a la Virgen, donando 200 doblas de oros y una riquísima aljuba turca al convento de los trinitarios. El papa Gregorio XIII el 3 de septiembre de 1575, concedió a esa iglesia la celebración para el 7 de octubre.

Los Trinitarios de Aragón "Apóstoles de la Virgen del Remedio":
Después de la victoria de Lepanto, se aumentó el entusiasmo por la advocación del Remedio. En acción de gracias por ella, se erigieron cofradías en Valencia (1572) y Palma de Mayorca (en 1574), ciudades que pertenecían a la corona de Aragón y por ende a la provincia trinitaria del mismo nombre. Por influencia, especialmente del convento de Valencia, se fueron multiplicando las capillas y cofradías en las iglesias de la Orden.

Con el tiempo, la devoción se afianzó y tomó cuerpo en la Orden. Desde 1620, a la cofradía que normalmente se llamaba de la SS. Trinidad se le añadió: y del Buen Remedio. Comienzan a redactarse devocionales, manuales, novenas e historias de la advocación, apoyados por personajes ilustres de la Orden como fr. Bernardino de San Antonio  fr. Pablo Aznar y fr. Domingo López, quienes poco a poco dan paso a las "tradiciones" sobre el culto primitivo de la Virgen del Remedio. Es en este contexto donde nacen las leyendas sobre la aparición de la Virgen a san Juan y san Felix.

En el capítulo general de Roma del 18 de mayo de 1688, el nuevo ministro general fr. Antonio Pegueroles (hasta entonces provincial de Aragón), definió a la Virgen del Remedio como Patrona de la Orden Trinitaria. A su vez se convirtió en patrona de la Provincia de Aragón.

Con fecha del 12 de julio de 1727, alcanzaron los trinitarios calzados de la S. Congregación de Ritos, facultad para rezar el oficio de Nuestra Señora de las Nieves en honor de la Virgen del Remedio el segundo domingo de octubre. Aunque por un pleito con los Mercedarios, se revocó el documento que daba tal autorización, los trinitarios siguieron celebrando la fiesta en sus conventos, de manera particular el 7 o el segundo domingo de octubre.

Los trinitarios se encargaron de transmitir la devoción fuera de los propios conventos, e implantaron su culto en muchos lugares, por medio de la cofradía de la SS. Trinidad y de la Virgen del Buen Remedio, llegándose a venerar en Bélgica, Aragón, Italia, Andalucía, Castilla y Francia. Recordemos que a partir de 1599, la historia de la Orden se divide entre los trinitarios de la antigua observancia (calzados) y los trinitarios descalzos (de san Juan Bautista de la Concepción en España). Los trinitarios descalzos veneraban a Nuestra Señora de Gracia, en vez de la Virgen del Remedio, que se había popularizado entre los calzados.

Cuando se unieron a los descalzos españoles, los conventos de Livorno y Turín, en Italia, y el Foucon en Francia, pertenecientes hasta entonces a los descalzos franceses, se encargaron de transmitir al resto de los conventos descalzos (en Italia) el culto de la Virgen del Remedio que ellos ya veneraban fervorosamente, anteponiéndole el adjetivo Buen (hacia el siglo XVII). Con la restauración de la Orden en Italia, se va tomando como cosa propia esta devoción a la virgen del Remedio, especialmente a partir de 1920. En España curiosamente comenzó un proceso de fusión entre las dos advocaciones, llamándola indistintamente, Nuestra Señora de Gracia y del Remedio.


N. S del Buen Remedio.
San Crisógono de Roma
Patrona de la Orden de la Santa Trinidad junto con Santa Inés:
Luego de tanto esfuerzo por conseguir su patrocinio de la Sede Apostólica, Nuestra Señora del Remedio ha sido declarada Patrona Principal de la Orden, junto con Santa Inés, virgen y mártir (21 y 28 de enero), por el papa Juan XXIII en 1961, accediendo a una petición que había hecho el Capítulo General de 1959.

En la actualidad los trinitarios celebramos la Fiesta de Nuestra Señora del Remedio con rango de Solemnidad el día 8 de octubre y el No 52 de nuestras Constituciones dice ... "honren a la Virgen María con afecto filial y con verdadera devoción, fomenten su culto, venerándola, según una antiquísima tradición de la Orden, bajo el título de bienaventurada Virgen María del Buen Remedio, Patrona principal de nuestra Orden, rezando el rosario mariano y celebrando la misa votiva y la Liturgia de las Horas el sábado, según las rúbricas".

Finalmente, las representaciones más comunes (existiendo muchas y variadas) de la Virgen del Remedio son aquellas en las que se encuentra vestida con el hábito trinitario, con una de sus manos sostiene una bolsa de monedas, mientras con la otra carga al Niño quien tiene en sus manos el escapulario trinitario. Si la imagen se representa sin el niño, suele ser la Virgen quien lleva los escapularios.


Fr. Sergio Pereira O.SS.T.





Bibliografía
AZNAR, Pablo, Libro de los milagros de Nuestra Señora del Remedio..., Barcelona 1626.
CALVO, Silvestre, Resumen de las prerrogativas del Orden de la Ssma. Trinidad, Pamplona 1791.
PORRES, Bonifacio, ARIETA, Nicolás; Santa María del Remedio, Secretariado Trinitario, Córdoba 1985. Texto sobre el cual baso la mayor parte del contenido de este artículo.
PORRES,Bonifacio; Santa María del Remedio Adiciones, [Secretariado Trinitario, Córdoba 2003]


A 8 de octubre además se celebra a:

San Juan Calabria,
presbítero fundador
.
San Artaldo de Belley,
obispo cartujo
.
San Artemón,
presbítero y mártir.





martes, 25 de septiembre de 2012

San Agabo, el pretendiente de María.

Comentando en facebook esta preciosa pintura (al lateral) de San Agabo Profeta, del pintor barroco Juan Bautista Maíno, me surgió la idea de dedicarle una entrada a este santo nuestro del Carmelo, del que nadie se acuerda. Y como me alentaron a ello, allá va.


San Agabo, profeta, carmelita. 13 de febrero y 8 de abril (Iglesia Oriental).
De Agabo hay que decir que aunque verdadero profeta, su fama se la ha ganado por la leyenda. El santo aparece en los Hechos de los Apóstoles en dos ocasiones:
"Por aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que ciertamente habría una gran hambre en toda la tierra. Y esto ocurrió durante el reinado de Claudio". (Hechos 11, 27-28).

Esta hambruna, efectivamente, ocurrió sobre el año 45 [1]. El otro texto dice:
"Y deteniéndonos allí [en Cesarea] varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Agabo, quien vino a vernos, y tomando el cíngulo de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: 'Así dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cíngulo, y lo entregarán en manos de los gentiles'. Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí le rogábamos que no subiera a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: '¿Qué hacéis, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús' ". (Hechos 21, 10-13)

Es decir, que este Agabo, del que nunca antes se oyó hablar en el Evangelio, predice la prisión de San Pablo, a lo que este contesta con determinación, a padecer por Cristo. Y se pierde la memoria de su nombre, aunque luego aparece en una lista de profetas en un escrito de Melquíades contra Montano [2]. Pero ¿de donde salió Agabo? El verbo "descender" utilizado en ambos textos bíblicos, dio pie a hacerlo venir desde el Monte Carmelo, como uno de aquellos hijos de los profetas que en Pentecostés habrían recibido el Espíritu Santo. Pero ahí no quedó la cosa, la leyenda carmelitana le dotó de una vida y sucesos muy interesantes:

Resulta que Agabo era un mago que vivía prendado de la Virgen María y, al enterarse de que se había hecho un concurso de varones de la casa de San David, para elegir pretendiente, quiso presentarse al "casting", aunque no pertenecía a esta descendencia. Cuando supo que María habría de ser casada con aquel cuya vara floreciera, Agabo recurrió a su magia, pero de poco le sirvió. La vara florecida fue la de San José, y:
"como no fuese Agabo el destinado en los decretos eternos para compañero de la Madre de Dios, sino el santísimo patriarca José, viendose excluido de la dicha a que aspiraba, retiróse a las soledades del Monte Carmelo, pesándole de haber gastado tiempo en aquella ciencia falaz; y más luego que pudo averiguar que en María se encerraba un misterio oculto a los siglos, y que la magia no podía penetrar. Asocióse a los elianos, en cuyo instituto hizo penitencia de su vida pasada, con lo que vino a hacerse hijo y hermano espiritual de la Virgen Santísima, ya que no fue digno de ser su esposo, y a ser compañero y cohermano de los apóstoles". [3]

San Agabo. Icono moderno
Y, allí en el Carmelo construiría una iglesia dedicada a la Virgen María junto a San Enoch de Amatin (7 de julio). Que restauró la de San Elías, dicen otros, como Dorlando, en su "Vida de Santa Ana". Del Carmelo, junto a Enoch, descendería del Carmelo para predicar el Evangelio, residiendo ambos en el convento "carmelita" de la Puerta Dorada, que había sido casa de Santa Ana. Muy bonito, pero cuando los Padres de la Iglesia, como San Gregorio de Nisa (9 de marzo, 10 de enero, 14 de octubre y 22 de noviembre), San Juan Damasceno (4 de diciembre y 7 de mayo) o San Germán de Constantinopla (12 de mayo) hablan de los Desposorios de María y San José, no mencionan esta irrupción dramática de Agabo. Ni ningún libro apócrifo lo alude.

En cuanto a su culto, hay que decir que solo lo recibe en la Iglesia oriental, junto a otros discípulos y profetas, a veces con el título de mártir. En occidente aparece su memoria por primera vez en el martirologio de San Adón de Vienne (16 de diciembre), que a 13 de febrero dice: "El triunfo de San Agabo profeta, en Antioquía, del cual habla san Lucas en los Hechos de los apóstoles" [4]. Aunque otros le citan a 8 de abril. En la orden, aunque fue muy representado junto a otros santos, no tuvo nunca culto litúrgico, ni oficio. Se le reconoce iconográficamente por llevar una iglesia con la inscripción "Virginis Matris" y tener una vara o báculo roto. 

A 13 de febrero además se celebra a

San Polyeucto, mártir
Beato Jordán de Sajonia, dominico.




[1] Historia Eclesiástica. Libro Segundo; 2, 8.
[2] Historia Eclesiástica. Libro Quinto; 17, 3.
[3] Vinea Carmeli, 315.
[4] Glorias del Carmelo. Libro V. Gloria XVI

domingo, 3 de junio de 2012

Trinidad Representada, Trinidad Contemplada

¡Así amó Dios al mundo!

Hoy, solemnidad de la Santísima Trinidad, quiero traeros un resumen de unos magníficos artículos de Miguel Ángel Aguilar Arreola, publicados en la Asociación Teresiana de la Nueva Débora, (y que he adaptado ligeramente a este formato) sobre este Gran Misterio de la fe, visto desde el punto de vista iconográfico:

Introducción:
Existe un arte trinitario casi desde el comienzo del cristianismo, arte sin lugar a dudas tremendamente complejo dadas las características del misterio trinitario. Porque, ¿Cómo poder representar a un tiempo y con la misma fuerza la unidad y la pluralidad? Si se quiere subrayar la unidad de las Tres Personas, se puede caer en un menoscabo de su pluralidad y si intentando hacer hincapié en su pluralidad se puede dejar de lado su unicidad. En definitiva ¿cómo poder pintar a un “Deus trinus et Unus”? del que mismo Dante afirmaba que “loco era aquel que espera que nuestra razón pueda recorrer el camino infinito que tiene una sustancia en tres personas”. Pese a estos problemas, los artistas intentarán plasmar el misterio y lo harán conforme a dos grandes modelos. Por un lado el modelo geométrico o abstracto (a base de símbolos), por otro el modelo antropomorfo (representando a personas).

Las representaciones de la trinidad son antiquísimas. El signo más antiguo que se remite a ella es el del triangulo equilátero, al que se le añadió el símbolo de los tres círculos concéntricos y el de los tres leones o águilas con una sola cabeza, así como el de las tres liebres metidas dentro de un círculo con solo tres orejas en total. También el trébol de tres hojas y la omega minúscula que hacen referencia al ritmo triple de la trinidad. Del mismo modo, en las cabeceras de las iglesias románicas, el hecho de que las naves, los ábsides y sus ventanas fueran comúnmente tres, se entendía como representación simbólica de la trinidad. Junto a los símbolos abstractos, hay una serie de representaciones de la trinidad extraordinariamente notables pues en contra de la tendencia de la teología occidental, subrayan, no la unidad, sino el carácter ternario de la Trinidad, su esencia de comunidad. A lo largo de estas publicaciones ilustraré esto con algunas representaciones trinitarias. Cada una saca a la luz, determinados aspectos del misterio trinitario

Trinidad de Limianos, Zamora.
I. Los idénticos:
Esta clase de representación trinitaria se encuentra aproximadamente a partir del siglo IX, como ejemplo está la imagen de la "Santissima Trinità" de Vallepietra, en la región italiana del Lazio. La representación trinitaria pertenece a la escuela romana de tendencia bizantina de principios del siglo XIII. Tiene su modelo en algunas miniaturas de la época, pero su ejecución – fresco de 2.10 x 1.60 metros sobre la piedra viva de una cueva - es absolutamente única. Esta obra fue encargada por los monjes fioriacenses, herederos de Joaquin de Fiore, quien había desarrollado una teología de la Trinidad que ponía en relieve la comunidad personal de las personas divinas.

Destacan tres rasgos esenciales de esta obra:
1. La Triada de las personas se hace notar mediante la representación de tres figuras iguales con forma humana: el único Dios en el que creen los cristianos, es una comunidad de personas. Esto queda señalado también por la leyenda del cuadro: "In Tribus his Dominum Personis Credimus". La representación de la Unidad de Dios pasa a segundo plano frente a la Triada, pero no esta completamente ausente, el marco ornamental del cuadro junta a los tres en unidad, y la misma igualdad de las figuras expresa su unidad.

2. Esta Triada de Dios es accesible al hombre sólo mediante revelación. Esto queda palmariamente indicado por el atributo más importante de cada una de las personas: El libro. El cual no solo representa  las Sagradas Escrituras, también habla de toda la obra de Dios: la Creación. En ambos medios de acceso también se da un proceso de comunicación con nosotros, no solo el Hijo se comunica, es todo Dios el que se nos muestra y habla.

3. El Dios tripersonal permanece en una trascendencia inaccesible. Esto es subrayado por el carácter sublime y hierático del fresco. Por sus dimensiones y el colorido sobre la oscuridad del fondo y ante todo la mirada firme de las tres personas hace sumir al peregrino en la profundidad del misterio y de su incomprensibilidad. 

Esta obra tiene el rasgo arcaico y fijo, pues en lo que atañe a la reciprocidad de las Tres Personas no encuentra representación alguna, queda poco clara la Trinidad como acontecimiento de relación. De esta representación no se puede sacar referencia de la viva pericoresis de la vida divina. Este es la principal limitante de este tipo de imágenes que en 1745 fueron prohibidas por el magisterio eclesiástico.

La Trinidad. Rublev
II. Los Huéspedes Divinos (Philoxenia)
Todos los Padres de la Iglesia, teólogos de la antigüedad y de la Edad Media, hasta Lutero inclusive, le reconocen un sentido más profundo a la perícopa de Gn. 18 ss. En la cual se habla primero de tres hombres que visitan a Abraham, pero luego se pasa a hablar de uno solo (pese al plural, es “El Señor”). Aún cuando se le han dado distintas interpretaciones existe la inclinación a darle un matiz teológico Trinitario que, aproximadamente a partir del S. XI, se impuso plenamente en la Iglesia oriental y, así, constituye la base del principal tipo de representación ortodoxa de la Trinidad.

Frente a la ausencia de relación que existe en la representación de Vallepietra que vimos el apartado anterior, la Trinidad se expresa en este caso principalmente como acontecimiento de relación. Las realizaciones mas antiguas que conocemos de este tipo son un mosaico de Santa María la Mayor de Roma (anterior al 304) y un fresco en las catacumbas de la Vía Latina (mediados del S. IV). Esta clase de representación alcanza su punto culminante en Occidente en los mosaicos de Ravenna y Monreale, así como en el oracional de Santa Hidelgarda (17 de septiembre). En el arte bizantino, sobre todo de origen ruso, la iconografía esta totalmente determinada por este tipo de imagen, cuyo punto culminante esta representado por el conocido icono de Rublev, el cual fue pintado en torno a 1410, para el monasterio de Sagorsk.

Aquí tenemos dos elementos fundamentales:
1. Si bien la unidad de Dios Trinitario y la igualdad de las Personas se expresa mediante un círculo que las encierra de manera imaginaria y también mediante las mismas vestiduras y el mismo signo de señorío: el cetro; aparece con mucho en primer plano la representación de la vida de la Trinidad como un acontecimiento de las relaciones reciprocas de tres personas diferentes: comunión. Comencemos con la figura que constituye el centro del cuadro: El Espíritu Santo, en cuanto “compendio de la Trinidad”. Cuando uno lo contempla (recomiendo ir fijándose en estos detalles mientras se lee), no puede quedarse en él, sino que se ve arrastrado a un movimiento: su cabeza inclinada y sus ojos vueltos totalmente hacia la figura de la izquierda: señala al Padre. Quien a su vez mira, aunque menos inclinado, a la figura de la derecha: el Hijo. Este, por su parte, dirige –con el mismo ritmo- su cabeza y sus ojos al Padre. 

Sea cual sea la Figura con la que el espectador decida iniciar, siempre se ve inmerso en un movimiento circular infinito que remite a las demás figuras. Así expresa el icono la vida pericorética del Dios comunional.

2. En medio de la vida interpersonal de la Trinidad está la entrega del hijo de Dios por nosotros: la mesa en la cual se agrupan los “tres huéspedes” es un altar sacrificial, claramente reconocible por el hueco de las reliquias. La mirada del Padre, así como el ademán de su mano derecha, aparecen como una orden inequívoca; su contenido queda claro con el gesto de la mano, pues señala el cáliz, en el cual el cordero sacrificado descansa y sobre el cual el ángel-Espíritu Santo realiza con la mano un movimiento de epíclesis consagratoria (como en la misa). El ángel-Hijo, tiene la mano puesta sobre el altar sacrificial en un ademán sumiso. Este gesto, unido a su inclinación de cabeza, expresa incondicional sentimiento y entrega, así como su disposición a despojarse de la divinidad por nosotros (Flp 2,6-11): El cetro del Hijo esta inclinado, igual que un bastón (el madero de la cruz), e incluso forma una X (una cruz o también la letra griega inicial de “Cristo”) con la línea marcada de la estola.

Así, la vida que late y circula de la Trinidad se mueve en torno a un centro marcado por el cáliz de la entrega de la vida. El trono de la Trinidad pasa en cierta medida sin ruptura al altar, donde el sacrificio de la redención se hace siempre presente en la Eucaristía. Todo esto queda subrayado en la situación de conversación que existe entre los personajes de la obra , algo así como una toma de decisión. parece tratarse del “designio de Dios” para el envío del redentor. El Padre dirige al Hijo la pregunta: “¿a quién enviaré? ¿quién irá por nosotros?" (Is. 6,8). El Espíritu Santo, por el contrario, esta por encima de la conversación, corrobora lo que sucede entre el Padre y el Hijo.

Cualquiera de las muchas interpretaciones que se le dan al icono implican la íntima vida Trinitaria y su implicación en la historia. Cabría imaginar que la representación “relacional” dada por el artista de la vida divina en comunidad seguiría siendo la misma aún sin el altar y el cáliz,  pero el hecho de representarlos de esta manera nos quiere mostrar que lo central de la vida Trinitaria es el acontecimiento de la redención, que encuentra su meta en la humanidad divinizada, en la humanidad huésped de la vida divina.

Sin embargo, y con todo su alto contenido teológico y contemplativo, esta clase de representación difícilmente nos puede mostrar el anonadamiento de Dios a la condición humana, pues se muestran figuras inafectadas, imasibles por el dramatismo del acontecimiento redentor del sufrimiento y de la cruz.

Sedes Gratia, Tonquedec, Francia.
III. La Sede de Gracia.
Es la creación gráfica más importante de Occidente. Aquí no se pretende subrayar la autonomía de las personas divinas si no su actuación en la obra salvífica. No solo hay unidad, Trinidad y vida comunicante, sino acción en favor de la Creación. Las representaciones mas antiguas de la "Sedes Gratia" se encuentran en el misal de Cambrai (hacia 1120), y en un altar portátil de Siegburg (1150). La denominación “sede de gracia” procede de Lutero, de una traducción de Hb. 9,5. La noción fue introducida en la historia del arte por Franz Xavier Kraus.Podemos encontrar algunas características que llaman inmediatamente la atención en este tipo de representaciones como en su variante: “la Piedad del Padre”.

1. La figura poderosísima del Padre domina la imagen. Esta representado como soberano que se sienta en el trono con la corona de rey o de papa. De su corazón o de su seno y, por tanto, de lo más intimo de si, proceden el Hijo y el Espíritu Santo, como paloma pronta al vuelo hacia nosotros. Al mismo tiempo, ambas figuras están caracterizadas como “las dos manos del padre” y en otras representaciones se trata de representar el origen del Espíritu desde el Padre y el Hijo.

2. El Dios que aquí se le representa es el Dios Trino que sufre por nosotros; no solo pende de la Cruz o esta ya bajado de ella el Hijo, quebrantado y sufriendo la muerte; también sufre con él el Padre con los ojos muy abiertos, como si Él mismo estuviera desconcertado ante lo que sucede. Pero el Espíritu representado, en vuelo da la esperanza de que se produzca el rescate del sufrimiento y del poder de la muerte.Esta representación guarda correspondencia  con la tendencia teológica actual que piensa en Dios como un Dios que sufre con su creación, resaltando el poder rescatador del Padre.

Trinidad "operante". Saint-Aignan, Francia.
V. La Trinidad Operante:
Le llamo así, al tipo de representación más conocida y que responde a la clásica división que hace el concilio de Trento, sobre las misiones de cada una de las Tres Personas con respecto a la humanidad: El Padre crea, el Hijo redime y el Espíritu Santo santifica. Es la representación Trinitaria que se puede ver en las iglesias o litografías populares en las casas. El Padre, siempre a la derecha del espectador, pues el Hijo está a la derecha de Aquel; y el Espíritu Santo, como paloma, en medio de rayos de gloria. Es habitual que bajo ellos, se vea el orbe, sobre nubes o sostenido por ángeles.

El Padre, indefectiblemente, aparecerá como un anciano, de larga barba blanca, cetro en la mano y el orbe en la otra (salvo que lo sostengan entre Padre e Hijo). Suele llevar tiara pontificia o corona imperial y aureola triangular. En ocasiones las vestiduras son pontificales y ricas. El Hijo suele ir cubierto solamente con un manto rojo (aunque puede tambien ir de pontifical), llevando la cruz y ostentando las llagas de la Pasión. A veces Padre e Hijo sostienen el orbe, o las Escrituras. El espíritu Santo, como ya indiqué aparece como paloma, mirando hacia abajo en medio de resplandores. Además de ser una cuestión armónica, indica la doble procedencia del Paráclito: "del Padre y del Hijo".

Y, por último, la más extraña de todas: 

El "cancerbero".
Cuenca de Campos, Valladolid.
Siglo XVI o XVII
IV. El Cancerbero católico.
La teología católica occidental, obsesionada con la unidad de Dios Trino, logró acuñar una iconografía un tanto extraña: la Trinidad Tricéfala. Si bien antes, las personas trinitarias eran figuras separadas y ligeramente distintas, y por muy unidos y semejantes que se pintasen, primaba más la diversidad que la unidad en los mismos. Por este motivo se crea esta figura, que representa a las Tres Personas con un mismo cuerpo dotado de tres cabezas, de tal forma que el tronco significase la unidad y las cabezas la diversidad de Dios. Este tipo de representación monstruosa (tal y como la misma Iglesia llegó a calificarla siglos después), conserva las variantes de una única cabeza dotada de tres rostros, como podemos ver en algunos medallones del siglo XV, o de cuerpos con tres cabezas como es el caso de la pintura en el fresco del refectorio de San Salvio de Florencia, realizado por Andrea Del Sarto.

Sobre el origen del modelo, existen dos hipótesis aún no demasiado asentadas, una es la de relacionarlo con las representaciones de Jano en la antigüedad clásica, en donde se le pintaba con dos rostros (uno que mira al pasado y otro al futuro) o tres (añadiendo el tiempo del presente). Otra es relacionarlo con algunas tradiciones célticas prerromanas y a sus representaciones tricéfalas de algunas de sus divinidades. No en vano este modelo nace en Francia y de ahí se expande a toda Europa. Este tipo nunca llegó a encajar perfectamente ni en la teología ni en la piedad popular, empezando a ser denunciado por teólogos como el carmelita Gerson o el dominico San Antonino de Florencia (10 de mayo) durante la Edad Media, hasta que en el Concilio de Trento fue condenado, entre otras razones para quitar motivo de escarnio a los protestantes quienes lo denominaban “el cancerbero católico” a tenor de su parecido con el perro guardián de las puertas del infierno, al que a veces se le dotaba en al antigüedad de dos rostros. 

En 1628 el Papa Urbano VIII (1623-1644) prohíbe formalmente el tema calificándolo de herético. Benedicto XIV, renueva la condena en la Bula “Sollicitudini nostrae”, en 1745: "Entre las [representaciones] prohibidas y que se han de condenar expone (…) la Trinidad tricéfala y toda suerte de seres monstruosos"

Y es que esta representación planteaba solo una fuerza "pedagógica" que dio muy pocos resultados. No contenía en ella ningún elemento que registrara la vida unitaria o comunitaria de la Trinidad, ni su actuación en el mundo, sino que confundía y reforzaba ideas de iletrados, a decir de Nuestra Madre, Santa Teresa de Jesús (15 de octubre y 26 de agosto):
"A las personas ignorantes parécenos que las Personas de laSantísima Trinidad todas tres están -como lo vemos pintado- en una Persona, a manera de cuando se pinta en un cuerpo tres rostros; y ansí nos espanta tanto, que parece cosa imposible y que no hay quien ose pensar en ello, porque el entendimiento se embaraza y teme no quede dudoso de esta verdad y quita una gran ganancia". (Relaciones 33, 2)

Y pues eso, gracias a Miguel Ángel y a P. Estecha, que me hace llegar alguna imagen del artículo.


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