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martes, 8 de junio de 2021

“Preciosa es delante del Señor la muerte de sus Santos”.


La leyenda. 
Vivieron allá en el siglo III, en un pueblo llamado Pera, de la comarca del Ampurdán. Los santos hermanos Germán y Paulino, hijos de Liro y Floris, eran primos de Justo y Sicio, hijos de Siro y Gélida. Además, entre sí eran primos hermanos, pues Liro y Siro eran hermanos, así como Floris y Gélida eran hermanas.  

Todos eran paganos, pero honestos. Estando encinta, Floris tuvo un sueño en el que veía salir de ella un gran fuego que iluminaba la tierra entera. No hizo caso, mas, siendo nacidos los gemelos Germán y Paulino, recibió la visita de varias mujeres a las que relató lo ocurrido. Había entre ellas una cristiana llamada Fecunda. Esta mujer quedó llena del Espíritu Santo y le reveló a Floris el significado de su sueño: aquellos dos niños serían luz para la lglesia del Único Dios. Al punto, la persuadió a que aceptara la fe de Cristo como única verdadera. Fue tanta la inspiración, que Floris creyó en Cristo, aunque no lo dijo. A los pocos días falleció, siendo bautizada. 

Los bebés pasaron a casa de sus tíos Siro y Gélida, quienes los aceptaron como verdaderos hijos, junto a sus propios hijos, Justo y Sicio. A los pocos días Floris se apareció a Gélida muy hermosa y resplandeciente, diciéndole a su hermana que buscara al presbítero Esteban de los cristianos, para que algún día pudiera estar tan bella como ella. Gélida lo hizo en el acto y halló a Esteban, un presbítero ermitaño, quien ya sabía de su visita, por revelación. Esteban la convirtió a la fe cristiana, y a los tres días la bautizó.  

Crecieron los niños en la fe pagana, aunque Gélida era cristiana. Entretanto, Liro se había casado con una mujer llamada Florencia, de la cual tuvo un hijo enfermizo. Gélida convenció a Florencia para que se convirtiera y su hijo hallara la salud. Esta accedió, se bautizó y al instante el niño se volvió rozagante y sano. Acto seguido, Esteban celebró la misa donde Florencia recibió la Eucaristía. Los niños Germán, Paulino, Justo y Sicio miraron por una rendija y vieron a Cristo en hermosa majestad sobre el improvisado altar. Entraron en tromba pidiendo el bautismo, y con tan energía, que Esteban les bautizó apenas terminó la misa. Y he aquí que llegó Liro, quien no entendiendo nada, sacó una espada para matar al presbítero, pero quedó paralizado. Entonces Florencia le enseñó al niño sano y Liro se convirtió a Cristo. Tiempo más tarde se convertiría Siro al ver a un ángel protegiendo a Gélida mientras hacía oración. 

Y llegamos, que ya era hora, a la edad madura de nuestros cuatro santos. Ninguno se casó, son que vivían castamente y vírgenes. Los cuatro trabajaban la albañilería y escultura, siendo excelentes en su trabajo. En breve, los santos hemanos, que podemos llamarles así, se dieron a conocer en la comarca por su trabajo, su vida recta y hasta milagros. Así, dícese que sanaron milagrosamente a un peón que cayó de un andamio y quedó baldado. O que en Flassa encontraron a un mudo, sordo y ciego, al que dijeron: “habla, oye, ve, y alaba al único Dios nuestro Señor”. Y así pasó. En Monells libraron a un endemoniado, y en Gerona repitieron lo que San Pedro, quien dijo a un cojo: “En el nombre del Señor álzate y camina”. Y también así pasó. 

En Gerona estaba el feroz Rufino, perseguidor de los cristianos en nombre del Prefecto Daciano, quien hacía cumplir los edictos de los emperadores Diocleciano y Maximiano. Supo Rufino de la llegada de nuestros cuatro santos a la ciudad y los mandó llevar a su presencia. Luego de examinarles en su trabajo, les encargó le hicieran unas esculturas de algunos dioses para los templos. Germán le respondió: "Todos los dioses vuestros son demonios. No hay sino un Dios, que ha hecho el cielo y la tierra. Me admira que quieras te hagamos los dioses, pues los haríamos mejores de lo que son ellos. Pues es cierto que es mejor el artífice, que no el artefacto. Por lo que debes conocer al creador del cielo y de la tierra, que por su misericordia ha enviado su Hijo nacido de María Virgen, y padeció por los hombres, habiendo después resucitado, y subido al cielo por su propia virtud. Este es el verdadero Dios, Rey de Reyes, y Señor de Señores".  

Rufino mandó los encarcelaran a todos, privándoles de alimentos, pero un ángel les alimentó durante la semana que duró su cautiverio. A los 8 días volvieron a la presencia de Rufino, quien mandó los azotaran con látigos de plomo. Volvieron al calabozo, y allí fueron sanados por el ángel. A los tres días volvieron a comparecer ante Rufino, quien, al no lograr que adorasen a los ídolos, mandó que a Germán le aplastasen la cabeza entre dos piedras, que a Paulino le degollasen, a Justo le decapitasen y a Sicio que fuera quemado vivo. Las sentencias fueron ejecutadas en un valle hoy llamado de San Daniel. Al punto de ser martirizados, se oyó una voz del cielo: “Preciosa es delante del Señor la muerte de sus Santos”. (Sal 115). Era el 31 de mayo de 304. Los cuerpos de los santos quedaron en un descampado, hasta que algunas mujeres devotas tomaron los cuerpos en la noche, y les dieron sepultura en lo que sería la iglesia de Sant Feliu.  

La historia.
A inicios del siglo VIII haciendo unas obras en la iglesia de Santa María (hoy Sant Feliu) se halló un sepulcro donde había unos cuantos huesos y una inscripción con los nombres de cuatro hombres. Sin más, se les tomó por mártires locales y se les comenzó a rendir culto. En 788, expulsados los moros del principado, el emperador San Carlomagno (28 de enero) hizo trasladar solemnemente las reliquias de los santos a la catedral de Gerona. Como su invención había ocurrido durante unas obras, comenzaron a ser invocados por los canteros, escultores y picapedreros, dando origen a la leyenda de que ellos mismos lo habían sido. 

En 1419 fueron proclamados patronos de Gerona y del Bajo Ampurdán. Su fiesta litúrgica era a 31 de mayo, mas la concurrencia con las solemnidades de Pentecostés o Trinidad en ocasiones impedían la solemnidad de los santos, por lo cual el 30 de mayo de 1420 se dictó que su fiesta fuera siempre el lunes posterior a Trinidad. Tuvieron gran culto en Gerona, por parte del gremio de canteros, pero hoy es solo un recuerdo y para la diócesis aún son Memoria Libre.

Sobre el resto de la leyenda antes descrita, pues data del siglo XIII y no tiene la más mínima credibilidad, ni siquiera en que sean santos locales, pues bien pueden ser reliquias de otros mártires lejanos, trasladadas en algún momento olvidado. Los Bollandistas, por supuesto, la han echado por tierra, y con ellos otros hagiógrafos.  

Fuentes:
-“Historia eclesiástica de España: Volumen I. VINCENTE DE LA FUENTE. Madrid, 1873.
-“Historia de Cataluña y de la Corona de Aragon”. Volumen 1. Barcelona 1890. 

A 8 de junio además se celebra a:








 


 


  

miércoles, 26 de mayo de 2021

Mártir del santo matrimonio.

San Didier de Vienne, obispo y mártir. 26 de mayo y 11 de febrero (traslación de las reliquias).

Nació a inicios del siglo VI en una familia noble de Autun. Recibió las primeras letras bajo la enseñanza de San Germán (28 de mayo), en esa época abad de St-Symforian. Allí estudió Derecho y Teología. En 558 fue a Vienne, a servir al obispo Numacio, quien le tenía gran confianza. En 596, a la muerte del obispo Viro, nuestro santo fue elegido su sucesor como obispo de Vienne.

Se enfrentó al obispo Aridio de Lyon y a Brunhilde, reina regente de Borgoña, quienes daban escándalo a los fieles por diversos motivos. La reina por su impureza y el obispo por su afición al lujo y la simonía. El papa San Gregorio (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal) le había encomendado que luchara contra este pecado y Didier no se lo pensó dos veces. Por ello fue depuesto por la reina en el sínodo de Châlon-sur-Saône y exiliado a Barbe, una isla cerca de Escocia. Allí el santo predicó a los lugareños, convirtiéndoles, levantó una iglesia y realizó numerosos milagros.

Luego de 4 años de destierro le fue permitido regresar. Reinaba el nieto de Brunhilde, Teodorico II, quien quiso conocer al santo. Entretanto, el gobernador de Vienne había encarcelado injustamente a doce clérigos. Por un milagro de Didier, estos se vieron liberados y el rey quiso conocerle con más ansia. Cuando el monarca tuvo ante sí al santo obispo, le pidió consejo para su reinado. Este fue muy claro: "¡Saque a todas las concubinas de la corte y cásese con una princesa digna del reino de Borgoña!" El rey le hizo caso y desposó a Emembergis, princesa visigoda.

Esta influencia del santo en el rey no agradó a la abuela reina, y contrató a tres mercenarios que asesinaron a nuestro santo a palos, para finalmente apuñalarle. Era el 23 de mayo de 608 (o 612).

Fuente:

A 26 de mayo además se recuerda a:










miércoles, 3 de marzo de 2021

Santa Camila para una Camila

Pregunta: Buenas tardes estimado: necesito información sobre Santa Camila, será que me pueda ayudar enviándome información, pues tengo una nieta a la cual le mi hijo desea ponerle ese nombre.

Respuesta: Primero, felicitarles por la nieta e hija, espero todo salga bien. Aquí le menciono tres vidas de santas con ese nombre, omitiendo los Camilo, que alguno hay:

Santa Camila de Auxerre, virgen reclusa. 3 de marzo.

Según Enrico, monje de Auxerre, Camila nació en Civitavecchia, Italia, en el siglo V, pero su familia se trasladó a Rávena. Allí se convirtió con sus cuatro hermanas (Magnencia, Pallacia, Máxima y Porcaria), por la predicación de San Germán de Auxerre (31 de julio). Acompañaron las reliquias de San Germán cuando estas viajaron a Auxerre, donde Camila quedó como reclusa. Fue sepultada en la iglesia de Escolives y pronto florecieron los milagros y curaciones, por lo que fue honrada como santa y señalado el 3 de marzo como día de fiesta. En las guerras de religión, la tumba fue profanada y el cuerpo quemado, aunque algunas reliquias se pudieron salvar y fueron enterradas en un sepulcro que aún se conserva. Este Enrico vivió en el siglo IX, así que lo que nos cuenta de Germán de Auxerre y Camila, tiene muy poco de veraz, sobre todo porque en ninguna biografía de San Germán se menciona a estas vírgenes. En realidad se cree que Enrico unió ambos personajes para dar más relevancia a una santa desconocida.



Santa Camila Battista de Varano, abadesa clarisa: Entró al monasterio fundado para ella por su padre. Escribió "El sufrimiento mental de Jesús en su Pasión", que fue lectura de referencia para muchos fieles durante años. Experimentó algunas gracias y consuelos místicos. 31 de mayo.

Beata Sofía Camila (Ángela María) Truszkowska, virgen fundadora: Nació en Polonia, donde fundó la Congregación de las Hermanas de San Félix de Cantalicio, para ayudar a los niños abandonados, pobres y marginados. 10 de octubre.

Beata Camila Gentili, mártir. 26 de julio.


A 3 de marzo además se recuerda a:

Beato Federico de Hallum,
abad premonstratense
.
Santa Alejandra de
Alejandría, reclusa
.
B. Jacobino de Canepaciis,
religioso carmelita
.









martes, 1 de mayo de 2018

De un error salvífico y santificante.

San Amador de Auxerre, obispo. 1 y 11 de mayo.

Amador pasa su báculo a Germán.
Su vida fue escrita por el presbítero Esteban, a petición de San Aunar de Auxerre (25 de septiembre) y, según esta, Amador nació a inicios del siglo V, en una noble familia galo-romana de Auxerre.

Cuando llegó a la juventud, sus padres le arreglaron un ventajoso matrimonio con una noble muchacha llamada Marta. Pero he aquí lo que ocurrió: El día del desposorio, el obispo de Auxerre, San Valeriano (13 de mayo) llegó a la casa para dar la bendición nupcial, como era costumbre en aquellos tiempos en los que aún no existía el "casarse por la Iglesia". San Valeriano era un anciano obispo y resultó que se equivocó de libro y en lugar de recitar el ritual del matrimonio, recitó las oraciones del ritual de la consagración de vírgenes. 

Terminada la ceremonia, Amador preguntó a su novia: "¿Sabes lo que el obispo leyó de su libro?" "" - contestó ella - "él bendijo nuestra unión". "No" - dijo el joven - "el obispo nos consagró al Señor. Y ahora, aunque lo hizo sin querer, no lo hizo sin la voluntad de Dios, y puede ser su propósito que le sirvamos en más alto y santo estado". Marta le respondió: "Lo que tú quieras, yo también lo haré". Entonces ambos se arrodillaron y se ofrecieron, ya voluntariamente, a servir a Dios. En ese momento se sintió en la habitación un perfume de rosas y Marta preguntó a Amador: "¿De dónde viene esta fragancia, hermano mío?" y Amador le respondió: "Es el olor del paraíso, donde nadie se casa ni se dan en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios". Y acto seguido, al apagar la luz, Amador vio un ángel que sostenía dos coronas de lirios y rosas, las cuales ponía sobre sus cabezas.

Y he aquí que el banquete de bodas continuó, y antes que terminaran murió el obispo Valeriano. Fue elegido en su lugar San Eladio (8 de mayo), a quien Amador y Marta le revelaron lo sucedido en sus bodas. Entonces Eladio hizo pública la consagración, ordenando diácono a Amador y dando el velo de las vírgenes a Marta. Amador fue un fiel colaborador de Eladio en el pastoreo de la sede de Auxerre y cuando este murió en 387, fue elegido para sucederle. 

En realidad esta leyenda anterior solo pretende dar una explicación posterior a un hecho que al parecer fue común, pero no deseado: el de los obispos casados. Tenemos otros casos, como Santos Leoncio y Placidina (11 de julio), Santos Valente y Cazarie (8 de diciembre), San Juan Ogmunson (23 de abril), San Pablo de Skálholt (19 de noviembre), o el más conocido, San Gregorio de Nisa (9 de marzo, 10 de enero, 14 de octubre y 22 de noviembre), casado con Santa Theosebia (10 de marzo).

En esta época el Dux de Auxerre (cargo que incluía el mando sobre las tropas, sobre asuntos civiles y económicos) se nombraba Germán. Era amante de la caza, y gustaba organizar monterías para luego exponer las cabezas y entrañas de las grandes piezas que se cobraba, colgándolas en un árbol que había en la plaza pública. A muchos repugnaba esta costumbre, sobre todo a los conversos al cristianismo, pues les recordaba las ofrendas públicas que los nobles paganos hacían a los dioses. Pero nadie osaba reconvenir al joven Dux Germán que, ciertamente, lo hacía por diversión solamente. Nadie, salvo nuestro Amador, quien le reconvenía sobre las trazas de idolatría que yacían en su gesto, pero Germán no le hacía caso alguno. Así que, en un viaje que Germán tuvo que hacer, Amador mandó cortar el árbol, lo cual provocó la ira del Dux, llegando a amenazar de muerte al santo obispo.


Amador y Marta son coronados por el ángel.
La leyenda dice que Amador se retiró prudentemente a Autun, y allí tuvo la revelación de que Dios quería que su sucesor al frente del pueblo fuera ¡el Dux Germán! Lo sufrió Amador, que no entendió aquella voluntad divina, pero a pesar de su incomprensión, se dispuso a cumplirla presto. Ocurría que, según la ley romana, ningún oficial o funcionario del imperio podía dejar su puesto sin permiso del mismo emperador o, en su lugar, de sus Prefectos. El Prefecto de la Galia era Julio, y a este se fue a ver Amador para confiarle la voluntad de Dios. Julio, cristiano devoto, dio el permiso y Amador regresó a Auxerre y dio orden secreta de que cuando el Dux entrase a la catedral, se cerraran las puertas y no le dejasen salir. Así se hizo y cuando Germán entró al templo a los oficios, San Amador se acercó a él, le confió la voluntad de Dios y le ordenó de diácono, nombrándole sucesor. Germán, que era cristiano piadoso, quedó sorprendido, pero no osó contradecir la voluntad de Dios. 

Eso dice la leyenda, pero en realidad, esto no ocurrió así, sino que el 1 de mayo de 418, cuando murió nuestro Amador el Imperio quien eligió como a Germán como obispo, eso sí, en contra de su voluntad. Fue consagrado el 7 de julio del mismo año. Le veneramos en la Iglesia como San Germán de Auxerre (31 de julio).


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 1 de mayo además se celebra a:


San José Obrero.
Santa Bertha, viuda y mártir.
Santa Isidora, virgen.





miércoles, 21 de febrero de 2018

Recibieron el premio a sus buenas obras.

Santos Germán y Randoald, de Granfeld, mártires. 21 de febrero.

Martirio de los santos.
La biografía de Germán la escribió el monje Boboleno, a partir de los testimonios de los monjes Chadoald y Aredio, quienes conocieron personalmente al santo.

Germán nació en una familia noble de Tréveris. Fue discípulo de San Modoald (12 de mayo). Fue eremita en Berg, y posteriormente vivió como cenobita junto a San Arnulfo (18 de julio), antiguo obispo de Metz , cuando este renunció a su sede. En 641 Germán tomó el hábito monástico en el monasterio de Luxeuil, fundado por San Columbano (23 de noviembre), siendo San Walbert (2 de mayo) el abad. Allí estaba en paz cuando el Duque Gondwin de Basilea ofreció unas tierras a Walbert para que fundara un monasterio en Granfelden. Walbert aceptó y comisionó a Germán para ser el fundador. El monasterio se fundó y pronto floreció en numerosas vocaciones por la santidad y erudición de sus miembros.

Cuando Gondwin falleció, el ducado pasó a su hijo Bonifacio, y de este a un pariente llamado Atticho. Este no tenía nada de lo piadoso del Duque fundador, sino que era un hombre pendenciero, injusto y amante de reprimir y atemorizar a sus súbditos. Sobre 660 había dilapidado casi todos su bienes, por lo que gravó al pueblo con un nuevo impuesto, gravando además a la Iglesia y expoliando a varios monasterios. El pueblo se rebeló y se organizó un "ejército" contra Atticho, quien respondió con crueles invasiones a los poblados donde habían quedado las mujeres y los niños.

Atticho logró acorralar a la mayoría de los rebeldes en un cañón entre montañas, donde pensaba atacarlos con sus mercenarios, los feroces allamanni. Sabiendo esto, Germán y su prior, Randoald, fueron en defensa de los rebeldes, para implorar el perdón a Atticho. Tomaron una cruz y santas reliquias, a las que encomendaban su misión. Cuando llegaron al cañón, los allamanni se burlaron de ambos monjes y les apalearon. Aún así, Germán y Randoald lograron llegar a Atticho, quien los recibió en la Basílica de Courtetelle, como si de un prelado se tratara. Germán se encaró al malvado y le dijo: "¡Eres un enemigo de Dios y de la justicia que se atreve a atacar a cristianos inocentes!" Atticho, viéndose interpelado ante sus consejeros y nobles, que ya le tenían ojeriza, prometió reparar el daño que había cometido y tendió su mano a Germán, como signo de sellar una promesa. Pero Germán le respondió que no pensaba tocar una mano cubierta de sangre como la suya hasta que se hubiera purificado de sus pecados.

El tirano esperó que los santos se fueran y en secreto mandó quemar los poblados cercanos a Courtetelle. Al saberlo Germán, hizo una oración por todos aquellos que padecían, y ofreció su vida por la de los aldeanos. Cuando volvían al monasterio, un grupo de soldados de Aticcho les cercó y Germán les dijo: -"Hijos, no seáis culpables de un pecado tan grande hacia el pueblo". Pero los soldados no tenían escrúpulos y cayeron con sus picas sobre los dos religiosos. Mientras eran alanceados, Germán dijo a Randoald: -"Tranquilo, hermano, recibimos la recompensa por nuestras buenas obras". El martirio se sitúa entre 665 y 670.

Ambos santos fueron sepultados en medio del fervor popular, que les consideró mártires de la justicia. Su ejemplo dio fuerza a los enemigos de Aticcho, quien fue apresado y ajusticiado por sus crímenes.

Las reliquias de Germán y Randoald se veneran en Delémont, cerca de Basilea.


Fuentes:
-"Diccionario de los Santos" C. LEONARDI, A. RICCARDI Y G. ZIARRI. Ed. San Pablo. Madrid, 2000.
-Testigos de Ayer y Hoy. Página de Facebook.


A 21 de febrero además se celebra a




sábado, 6 de enero de 2018

San Peran, protector de las vacas.

San Peran de Landevennec, ermitaño. 6 de enero.

San Peran.
Berven, Bretaña.
Los datos sobre él son confusos pues las fecas y los lugares se sobreponen de modo que pareciera se habla de dos santos contemporáneos, mezclados en uno. Lo más conocido sobre él es que fue un presbítero que vivió reinando Clodoveo, y que fue conocido de San Germán de Auxerre (31 de julio). Una tradición le hace el padre de San Paterno de Vannes (15 de abril), por lo que habría sido casado, pero nada sabemos de su esposa.

Su culto estuvo bastante extendido en zonas de Bretaña, y aún se le invoca como protector de los ganados. También se le conoce con el nombre de Pedran, Petran o incluso Petronio.


Fuente:
-"Les vies de tous les Saints de France". Tomo IV. M. CH. BARTHELEMY. Versalles 1864.


A 6 de enero además se celebra
Los Santos Reyes Magos.
San Erminold de Prüfening, abad.
Beata Gertrudis "la Oriental", beguina y mística.

sábado, 17 de septiembre de 2016

De Serafín a serafín.

La Impresión de las Llagas de San Francisco. 17 de septiembre.
Y ahora os anuncio un gran gozo y un nuevo milagro. El mundo no ha conocido un signo tal, a no ser en el Hijo de Dios, que es Cristo el Señor. No mucho antes de su muerte, el hermano y padre nuestro [Francisco] apareció crucificado, llevando en su cuerpo cinco llagas que son, ciertamente, los estigmas de Cristo. Sus manos y sus pies estaban como atravesadas por clavos de una a otra parte, cubriendo las heridas y del color negro de los clavos. Su costado aparecía traspasado por una lanza y a menudo sangraba.(…) Por tanto, hermanos, bendecid al Dios del cielo y proclamadlo ante todos, porque ha sido misericordioso con nosotros, y recordad a nuestro padre y hermano Francisco, para alabanza y gloria suya, porque lo ha engrandecido entre los hombres y lo ha glorificado delante de los ángeles". (Carta de Fray Elías, anunciando la muerte de San Francisco de Asís, 3 de octubre de 1226).

Este es un fragmento de uno de los documentos más antiguos que se conservan en la Orden Franciscana y cuya autenticidad está fuera de duda. Fray Elías, Vicario del Santo, comunicaba por medio de esta carta, a todos los hermanos esparcidos por el mundo, el feliz tránsito de Francisco y al mismo tiempo, el descubrimiento al momento de amortajar su cuerpo, de un prodigio que hasta ese momento pocos conocían, y apenas unos cuantos frailes habían visto: los estigmas en el cuerpo de San Francisco; y como lo leemos en el fragmento, incluso los describe, con la seguridad de quien escribe lo que vio.

El contexto. 
Desde hacía unos años atrás, se vivía en la Orden Franciscana un clima algo tenso, propio de una crisis de crecimiento: Ya no era aquel grupo de hermanos, inexpertos, que se presentaron ante el "Señor Papa" pidiendo permiso para vivir el Evangelio simple y llanamente. Eran ahora, una multitud de hermanos venidos de todas partes, de toda extracción social y cultural, siendo un gran grupo de ellos, universitarios y letrados que exigían una organización menos espontánea y más estable, al estilo de la Orden de los Dominicos. Francisco, "simple e idiota", como se autodenominaba, se sentía desbordado ante tanta exigencia. Lo suyo no era ser legislador ni alto dirigente. Es por eso que luego de la aprobación de la Regla por el papa Honorio III, el 29 de noviembre de 1223, Francisco se dedica con más empeño a la contemplación y oración, dejando el gobierno práctico de la Orden en manos de fray Elías de Asís, su Vicario (algunos sostienen que era de Cortona). En la nochebuena de 1223, con permiso del Papa, había preparado el pesebre en la Misa, inaugurando la tradición de preparar belenes en Navidad. Ahora, ya entrado el año de 1224, el Señor "posaría Su mano sobre su siervo y lo llevaría a la cima del monte". (Antífona del Oficio de lectura, propio de la Fiesta).

El tiempo.
De acuerdo a sus devociones personales, el Seráfico Padre se preparaba para las grandes solemnidades con periodos largos de ayuno y oración- contemplación, comúnmente llamados "Cuaresmas". Según se colige por las biografías, que estas eran varias:
1. Desde la Epifanía hasta la Pascua. (la unía con la de la Iglesia).
2. Desde Pentecostés hasta San Pedro y San Pablo
3. Desde la Asunción, hasta el día de San Miguel.
4. Desde Todos los Santos hasta Navidad.

La estigmatización ocurre durante la "Cuaresma de San Miguel" del año de 1224, alrededor de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, 14 de septiembre. 

El escenario. 
Venid, que en el monte Alvernia,
como a Moisés en la zarza
que ardía sin consumirse,
Dios por Francisco nos habla.
(Himno de Laudes, propio de la Fiesta)

El año de 1213 el conde Orlando de Chiusi, uno de los tantos dirigidos espiritualmente por Francisco y hermano de la Penitencia (actual Orden Franciscana Seglar) donó al Seráfico Padre el monte Alverna o La Verna, en la Toscana, al norte de la provincia de Arezzo, para que haga sus retiros junto con sus hermanos.
Tiene la particularidad este monte de presentar un relieve accidentado con una cresta rocosa en la cima y profundos abismos por un lado, que según la tradición, se formaron durante el terremoto que sacudió la tierra en el momento de la muerte del Señor, como una prefiguración de la renovación de la Pasión de Cristo que allí ocurriría siglos más tarde. (Consideración II sobre las Llagas).

Y aunque San Francisco viajó acompañado por los frailes León, Ángel, Rufino, Maseo, Iluminato y probablemente Bonizzo, solo estuvo en lo más alto con el primero, Fray León, quien le alcanzaba la comida y muy temprano por las mañanas le celebraba la Misa. Pero él, deseando más soledad, se apartó, cruzando un abismo, por medio de un tronco atravesado y estuvo en una cueva, a manera de cobertizo, que el Seráfico Padre convertiría en su capilla, su Betel, su lugar de oración y de encuentro con Dios.Un dato curioso: Todas las noches, un halcón despertaba a Francisco para el rezo de maitines. Pero había días en que nuestro Padre no se sentía bien; entonces, el "hermano" Halcón, como si lo supiera, lo dejaba descansar. 

Los hechos.
"Llevaba arraigada en el corazón la cruz de Cristo. Y por eso le brillaban las llagas al exterior, en la carne, porque la cruz había echado muy hondas raíces dentro, en el alma" (2 Cel 211). Llegados a este momento podemos decir que este es el verdadero "periodo seráfico" de la vida de San Francisco, en el que consumó su conformidad con Cristo bendito. (O. Englebert). 

Uno de esos días, cuando el bienaventurado Francisco estaba con fray León, (probablemente al terminar una de las misas diarias), quiso conocer el significado de las visiones que había tenido una de esas noches, de las que Fray León casualmente había sido testigo, y pidió a su amigo, conforme a su costumbre, abrir por tres veces el libro de los Evangelios, saliendo en todas ellas la narración de la Pasión de Cristo, con lo que el siervo de Dios supo que debía prepararse para seguir a Cristo en su sufrimiento, así como le había sido conforme en todos los actos de su vida; aun así, no imaginaba lo que el Señor le tenía reservado. La mañana del día de la Exaltación de la Santa Cruz, encontró a Francisco orando de esta manera: "Señor - decía con lágrimas en los ojos - dos gracias te ruego me concedas antes de morir: la primera, que sienta en mi cuerpo y mi alma, en la medida que sea posible, los dolores de tu acerbisima pasión; y la segunda, que sienta en mi corazón, aquel amor que te llevó a inmolarte por nosotros".

San Buenaventura (15 de julio), General de la Orden, para escribir su biografía de San Francisco, se retiró en el monte Alvernia. A él cedemos la descripción de tan sublime hecho. Un santo nos escribirá sobre otro santo:
… mientras oraba…, vio bajar de lo más alto del cielo a un serafín que tenía seis alas tan ígneas como resplandecientes. En vuelo rapidísimo avanzó hacia el lugar donde se encontraba el varón de Dios, deteniéndose en el aire. Apareció entonces entre las alas la efigie de un hombre crucificado, cuyas manos y pies estaban extendidos a modo de cruz y clavados a ella. Dos alas se alzaban sobre la cabeza, dos se extendían para volar y las otras dos restantes cubrían todo su cuerpo…
Estaba sumamente admirado ante una visión tan misteriosa, sabiendo que el dolor de la pasión de ningún modo podía avenirse con la dicha inmortal de un serafín. Por fin, el Señor le dio a entender que aquella visión le había sido presentada así por la divina Providencia para que el amigo de Cristo supiera de antemano que había de ser transformado totalmente en la imagen de Cristo crucificado no por el martirio de la carne, sino por el incendio de su espíritu. Así sucedió, porque al desaparecer la visión dejó en su corazón un ardor maravilloso, y no fue menos maravillosa la efigie de las señales que imprimió en su carne.
Así, pues, al instante comenzaron a aparecer en sus manos y pies las señales de los clavos, tal como lo había visto poco antes en la imagen del varón crucificado. (Leyenda Mayor XIII, 3)

Descripción de los Estigmas. Quienes los vieron.
Dos años después de la muerte de San Francisco, el Beato Tomás de Celano (5 de octubre) escribió por orden del Papa Gregorio IX (El antiguo cardenal Hugolino, amigo personal de Francisco) la biografía oficial del santo, basándose en el testimonio reciente de muchos que lo conocieron y convivieron con él y lo que él mismo había conocido del Seráfico Padre. Y nos da una descripción de los estigmas:
"Las manos y los pies se veían atravesados en su mismo centro por clavos, cuyas cabezas sobresalían en la palma de las manos y en el empeine de los pies y cuyas puntas aparecían a la parte opuesta. Estas señales eran redondas en la palma de la mano y alargadas en el torso; se veía una carnosidad, como si fuera la punta de los clavos retorcida y remachada, que sobresalía del resto de la carne. De igual modo estaban grabadas estas señales de los clavos en los pies, de forma que destacaban del resto de la carne. Y en el costado derecho, que parecía atravesado por una lanza, tenía una cicatriz que muchas veces manaba, de suerte que túnica y calzones quedaban enrojecidos con aquella sangre bendita".

Es de comprender que luego del feliz tránsito de San Francisco, muchas personas hayan visto lo que en vida de él solo vieron – y supieron- los más cercanos como León, quien le ayudaba a vestirse y a cambiarse la ropa, Rufino, Elías, y tal vez Santa Clara (11 de agosto y 23 de septiembre, invención de las reliquias) quien le acogió en el monasterio de San Damián cuando regresó del Alvernia y le confeccionó unas sandalias en piel con un agujero en el centro, para que pueda acomodar el remache de los clavos de la planta de los pies y pueda caminar bien, entre otros muy escogidos frailes. La noche del 3 al 4 de octubre de 1226, se cuentan como mínimo hasta 50 personas que vieron y palparon los estigmas en el cadáver de San Francisco, antes de llevarlo a sepultar, entre los que destaca la noble dama romana la Beata Jacoba Settesoli (8 de febrero), quien llevó las mortajas y ceras para el sepelio, al caballero Jerónimo, y nuevamente Santa Clara quien mojó un pañuelo con la sangre que brotó al remover uno de los clavos de carne de la mano. Todos ellos dieron testimonio bajo juramento de la veracidad de los hechos. 



La fiesta de la Impresión de las Llagas.
El papa Beato Benedicto XI (12 de agosto) autorizó en 1304 a los religiosos franciscanos la conmemoración de las Llagas de San Francisco, autorizando además un Oficio Litúrgico propio. Sixto V introdujo la mención del hecho en el Martirologio Romano. Paulo V la extendió a toda la Iglesia y así se mantuvo hasta la reforma litúrgica de 1969.

Celebrar los estigmas de San Francisco, además de causarnos admiración y gratitud a Dios, también es una invitación a renovar nuestro amor a Dios y a la humanidad, por quienes Cristo dio su vida. Apasionarnos por la salvación de todos, repitiendo como Francisco: "Amar, Señor, como Tú ha amado, sufrir, como tú has sufrido". 
"Contemplemos, hermanos todos, al buen Pastor, que sufrió la pasión de la cruz para salvar a sus ovejas. Las ovejas del Señor le siguieron en la tribulación y en la persecución y en la humillación, en el hambre y en la sed, en la debilidad y en la tentación, y en todo lo demás. Y como premio por ello, recibieron del Señor la vida eterna. Por tanto, vergüenza nos debiera dar a nosotros, siervos de Dios, que los santos hayan realizado las obras buenas y que nosotros, con sólo divulgarlas y predicarlas, queramos a su costa recibir honor y gloria". (San Francisco de Asís. Admonición 6).


Hno. Germán Yactayo Andrade, OFS. 


Fuentes:
-"San Francisco de Asís. Escritos, biografías y documentos de la época". BAC, Madrid 2000.
-"Vida de San Francisco de Asís". OMER ENGLEBERT. Cefepal, Chile, 1974.
-"Francisco de Asís, paso a paso". Edit. San Pablo. Madrid, 2009.
-"Francisco de Asís y su mundo". MARK GALLI. Edit. San Pablo. Madrid, 2007.
-"Nuevo Año Cristiano". septiembre. JOSÉ MARTÍNEZ PUCHE, OP (Director). Edit. San Pablo-Edibesa. 2008.
-"La lección del Monte Alverna". Carta Encíclica del Ministro General de los Franciscanos, con motivo de la celebración del 750 aniversario de la impresión de las Llagas de San Francisco en la cima del monte Alverna. [24-VIII-75]
-Directorio Franciscano http://www.franciscanos.org/selfran11/koser.html

Si se quiere profundizar en el tema, de manera muy especial, aunque está incluida en las Florecillas de San Francisco, se recomienda leer “Las Consideraciones sobre las Llagas”, pequeño opúsculo de los siglos XIII – XIV, de cinco capítulos, en donde se describe minuciosamente sobre las circunstancias, los personajes, lugares, el antes y después de los estigmas, etc.


A 17 de septiembre además se celebra a  
San Alberto de Jerusalén, obispo y legislador del Carmelo
Santa Hildegarda de Bingen, Doctora de la Iglesia.

domingo, 28 de agosto de 2016

Cuando vale más la vida en Cristo.

San Julián de Brioude, soldado mártir. 28 de agosto.

Si bien la leyenda de San Julián es tardía y sin trazas de fiabilidad, su culto es antiguo y está atestiguado por el martirologio pseudo-jeronimano, que sitúa su martirio en la Auvernia, imperando Diocleciano. 

Según su leyenda, Julián natural de Vienne, y era un valeroso soldado bajo el mando de San Ferreol (18 de septiembre), quien ante la persecución que se avecinaba, le animó a que huyese. La leyenda dorada de Santiago La Vorágine (13 de agosto) cuenta que no fue por huir, sino por poder padecer martirio con más gloria al ser mártir en un sitio donde no fuera conocido, además de para no dejarse convencer de sus padres. Pero eso se lo inventa el escritor porque le parece que por irse el santo tiene menos mérito. Ya sabemos cómo era La Vorágine. En fin, que Julián se fue a la región de Auvernia, en Begge, donde se alojó en la casa de una viuda. Se celebraba allí grandes festejos en honor a un ídolo al cual todos sacrificaban y le hacían ofrendas de bailes y cantos. Sabiendo los lugareños que había un extranjero que no había ido a ofrecer culto con ellos, fueron a buscarle a casa de la viuda para que sacrificara y no ofendiera al dios. Se presentó Julián y les dijo: "Yo soy quien buscáis; haced lo que os manden vuestros príncipes, que no quiero tanto esta miserable vida, para que me estorbe desear trocarla por aquella en la que pueda gozar de la dulce presencia de mi Señor Jesucristo". Apenas oyeron el nombre de Cristo los paganos, lo arrastraron fuera y le cortaron la cabeza. Su martirio habría ocurrido entre 298 y 303.

Algunos cristianos ancianos que había entre los paganos, sepultaron el cuerpo con gran de reverencia. Y Dios obró el primer portento por medio de su mártir: los ancianos se volvieron fuertes y vigorosos como jóvenes, durando muchos años más. La Leyenda Áurea dice que fueron los verdugos los que llevaron la cabeza de Julián a Ferreol y le dijeron: "Esto haremos contigo si no sacrificas a nuestros dioses", y como Ferreol se negó, le martirizaron y le sepultaron con la cabeza de Julián en las manos.

En 431 San Mamerto de Vienne (11 de mayo) halló las reliquias de Ferreol y Julián, pero no falta la versión que dice que fue San Germán de Auxerre (31 de julio). Ambas versiones sí que coinciden en que la cabeza de Julián y el cuerpo de Ferreol estaban incorruptos, como acabados de enterrar. En el sitio del martirio de Julián se levantó un santuario, en cuya milagrosa fuente se sucedieron milagros durante siglos. Ciegos, cojos, sordos, endemoniados, etc., hallaban consuelo venerando sus reliquias. Su culto se extendió por Francia, España, Alemania y en ocasiones se funde con San Julián Hospitalario (29 de enero y 12 de febrero).


Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Diccionario de los Santos" C. LEONARDI, A. RICCARDI Y G. ZIARRI. Ed. San Pablo. Madrid, 2000. -"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Agosto. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.


A 28 de agosto además se celebra a  
San Vivien de Saintes, obispo
San Elouan de Bretaña, ermitaño.

domingo, 31 de julio de 2016

San Germán de Auxerre.

San Germán de Auxerre, obispo. 31 de julio.

San Amador reconviene a Germán.
Nacimiento y juventud.
Nació Germán en la misma ciudad de Auxerre, en 380, de una familia noble, que le educó en la fe, y la sabiduría del mundo. Luego pasó a Roma, donde estudió leyes y formó parte del tribunal imperial. El emperador Honorio le creó Dux (como un virrey) de su provincia y le casó con una noble dama romana llamada Eustaquia, familiar del mismo monarca y ferviente cristiana. Volvió Germán a Auxerre a hacerse cargo de su encomienda como Dux, cargo que incluía el mando sobre las tropas, sobre asuntos civiles y económicos. Era amante de la caza, y gustaba organizar monterías para luego exponer las cabezas y entrañas de las grandes piezas que se cobraba, colgándolas en un árbol que había en la plaza pública. A muchos repugnaba esta costumbre, sobre todo a los conversos al cristianismo, pues les recordaba las ofrendas públicas que los nobles paganos hacían a los dioses. Pero nadie osaba reconvenir al joven Dux Germán que, ciertamente, lo hacía por diversión solamente. Nadie, salvo el obispo de la ciudad, San Amador (1 y 11 de mayo), el cual le reconvenía sobre las trazas de idolatría que yacían en su gesto, pero Germán no le hacía caso alguno. Así que, en un viaje que Germán tuvo que hacer, Amador mandó cortar el árbol, lo cual provocó la ira de Germán, que llegó a amenazar de muerte al obispo.

Obispo a la fuerza.
La leyenda dice que Amador se retiró prudentemente a Autun, y allí tuvo la revelación de que Dios quería que su sucesor al frente del pueblo fuera ¡el Dux Germán! Lo sufrió Amador, que no entendió aquella voluntad divina, pero a pesar de su incomprensión, se dispuso a cumplirla presto. Ocurría que, según la ley romana, ningún oficial o funcionario del imperio podía dejar su puesto sin permiso del mismo emperador o, en su lugar, de sus Prefectos. El Prefecto de la Galia era Julio, y a este se fue a ver Amador para confiarle la voluntad de Dios. Este, cristiano devoto, dio el permiso y Amador regresó a Auxerre y dio orden secreta de que cuando el Dux entrase a la catedral, se cerraran las puertas y no le dejasen salir. Así se hizo y cuando Germán entró al templo a los oficios, San Amador se acercó a él, le confió la voluntad de Dios y le ordenó de diácono, nombrándole sucesor. Germán, que era cristiano piadoso, quedó sorprendido, pero no osó contradecir la voluntad de Dios. Pero esto anterior es legendario. En realidad, esto no ocurrió así, sino que el 1 de mayo de 418, murió Amador y el mismo imperio fue quien eligió como a Germán como obispo, eso sí, en contra de su voluntad. Fue consagrado el 7 de julio del mismo año.

Obispo por amor.
Si buen se había opuesto, una vez consagrado, la gracia de Dios llenó a Germán, haciéndole ver el gran bien que podía hacer a la extensión del Evangelio, misión a la que Dios le había llamado. Convino con su mujer vivir en adelante como hermanos, aunque continuaron casados, y además, repartieron todas sus riquezas y bienes a los pobres y a varias iglesias y monasterios. Ambos abrazaron la pobreza y la sencillez evangélicas. Nunca volvió a beber vino, ni a comer pan que no fuera de cebada. Pasó a dormir en unas tablas cubiertas de cenizas, y vestido de sayal. En 429 construyó un monasterio en Auxerre, en honor de Santos Cosme y Damián (26 de septiembre) junto al río Iona, frente al cual colocó de abad a San Aloge (8 de marzo). Poco tiempo después bautizó y sanó milagrosamente a San Mamertino (30 de marzo), que era un pagano manco y tuerto, al que incorporó a dicho monasterio. Fue Germán protagonista de la invención de las reliquias de un mártir de los tiempos de la persecución de Aureliano: San Prix (Prisco, Brys, etc., 23 de septiembre), que aún se veneran en su iglesia de Saint-Bris-le-Vineux. Construyó una iglesia a San Mauricio (22 de septiembre). En 431 halló las reliquias de San Julián de Brioude (28 de agosto) y San Ferreol (18 de septiembre), aunque lo mismo se cuenta de San Mamerto de Vienne (11 de mayo).


Martillo de los herejes y misionero en Anglia.
En este tiempo comenzó el hereje Pelagio a predicar su doctrina, llamada “pelagianismo”, que se enfrentaba a la corriente teológica de San Agustín (28 de agosto; 24 de abril, bautismo; 29 de febrero, traslación de las reliquias a Pavía; 5 de mayo, conversión; 15 de junio, en la Iglesia oriental). Si bien la fe católica enseña como Verdad que Dios crea libremente y da libertad al hombre, y no puede "oprimirle" con una gracia que anule su voluntad, pues estaría destruyendo su propia obra, al eliminar el libre albedrío; pero tampoco la voluntad del hombre puede por sí sola alcanzar la salvación, sin la gracia efectiva de Dios. Sin embargo, los pelagianos rompían este equilibrio entre la gracia de Dios y la voluntad humana, negando la prolongación del pecado original en la raza humana partiendo de Adán, único al que habría afectado este pecado. Por ende, el bautismo de infantes era innecesario. También propugnaba que la gracia era supletoria en la salvación, para la cual bastaba el conocimiento y el seguimiento de Cristo. San Agustín había refutado con amplitud y profundidad estos errores, demostrando que todas las acciones humanas dependen de Dios, que es el que otorga gratuitamente al hombre la salvación. En 418 había sido condenada esta herejía por el Concilio de Cartago, convocado por el papa San Zósimo (26 de diciembre). Esta condena sería luego refrendada por el Concilio de Éfeso, en 431.

En la Galia se extendió pronto el pelagianismo y su variante, el semipelagianismo, del que fue seguidor San Vicente de Lèrins (24 de mayo), que murió antes de la condena formal de esta herejía. El papa San Celestino I (de abril) envió a San Paladio (7 de julio) a Escocia para rebatir la herejía, y para predicar en Inglaterra eligió a nuestro Germán en 429, y por su parte, los obispos de la Galia decidieron en un Sínodo que le acompañase el obispo San Lupo de Troyes (19 de julio). La crónica de este viaje, obra de San Próspero de Aquitania (25 de junio) mezcla historia con exaltación de la recta fe católica y prodigios de ambos santos, con lo cual aunque es un testimonio de primera mano, hay que tomar "con pinzas".

San Germán y
Santa Genoveva.
Llegados a Nanterre, cerca de París, ambos prelados predicaron contra el pelagianismo, y allí se le acercó una jovencita a Germán, deseosa de consagrarse a Dios. El santo, antes que la joven dijera nada, colocó su mano en la cabeza de la niña y predijo su gran santidad. Allí mismo la joven, que no es sino la gran Santa Genoveva de París (3 de enero), hizo su voto y Germán se lo recibió y confirmó solemnemente. Partieron hacia la Gran Bretaña, y cuando estaban navegando, se levantó una terrible tormenta que San Germán conjuró derramando unas gotas de aceite bendito en el agua (Beda dice que fue agua bendita). En Gran Bretaña, el pueblo católico les recibió con alegría, pues venían los santos a confirmarles en la fe católica. Los herejes en un principio rehusaban cualquier controversia hasta que para no quedar en ridículo, aceptaron una conferencia. Fue en Verulam, y los herejes presentaron su doctrina pelagiana con gran aparato, por su parte, Germán expuso la sana doctrina apoyándose en las Escrituras y los Santos Padres, obligando a callar a los pelagianos. Pero para confirmar la Verdad, un tribuno y su mujer presentaron ante ambas facciones a su hijo de diez años, ciego. Los pelagianos nada pudieron hacer, y Germán, sacando una arqueta en la que guardaba reliquias de santos, hizo una oración, la aplicó al niño y este recobró la visión. Todos juntos fueron a dar gracias a San Albano (22 de junio y 2 de agosto, traslación de las reliquias), y Germán mandó abrir el sepulcro del santo, cambió algunas reliquias de las suyas por un poco de polvo y sangre del protomártir de Inglaterra. A su regreso a Auxerre construyó una iglesia en su honor y depositó dicha reliquia allí.

Capitán de ejércitos.
También tuvieron Germán y Lupo parte activa en las contiendas entre los ingleses enfrentados a los pictos y los sajones. Estos invadían constantemente los territorios de los primeros. En 439 dedicieron los de Gran Bretaña presentar batalla y pidieron ayuda a los santos para que orasen por ellos en medio de la contienda. Los santos obispos invirtieron todo su tiempo en corregir las costumbres de los soldados cristianos a la par que convertían a los paganos prisioneros, obteniendo promesa de mejorar de vida y ganando para ellos la libertad. Pasada la Pascua de ese mismo año, y viendo Germán que los enemigos iban a más se puso al frente de las huestes anglas e ideó un ardid: dejó un pequeño ejército en un valle entre dos montañas y él subió a un cerro, luego de dar la orden de que repitieran lo mismo que él. Al ver a los piratas sajones, Germán clamó "Alleluia, Alleluia, Alleluia", grito que repitieron sus soldados. Y el eco hizo lo siguiente: se repitió tanto, que los adversarios creyeron que aquel bramido correspondía a un terrible ejército, y huyeron dejando un valioso botín.

De vuelta a Auxerre.
Luego de su cruzada evangelizadora, Germán y Lupo regresaron a sus sedes. Germán halló la suya gravada de impuestos, por lo cual se fue a Arlés, a arreglar la situación con Auxiliar, el Prefecto de Roma para las Galias. Este le recibió con amabilidad y le pidió sanase a su mujer, cosa que hizo el santo a cambio de librar al pueblo de las cargas e impuestos que le habían sido exigidas. Vuelto a su diócesis el Santo se dedicó con ahínco a reformar las costumbres del clero y del pueblo, reparó algunas iglesias y se ocupó de la caridad para con los enfermos. Cuando tenía un tiempo libre, se retiraba a su monasterio de Santos Cosme y Damián para hacer oración, leer y hacer penitencia "por sus muchos pecados", decía.

Segunda misión en Gran Bretaña.
En 446 fue llamado otra vez a la Gran Bretaña para predicar y socorrer a la iglesia local frente al pelagianismo, que volvía de nuevo a fomentarse. Para esta misión tomó de compañero a San Severo de Trier (15 de octubre). Ya en tierra de misión, buscaron a los que se habían desviado de la doctrina católica y caído en el pelagianismo, para convertirlos, luego convirtieron a algunos predicadores de aquel error, y de nuevo con milagros probó la verdad del Evangelio que predicaba, sanando a un niño cojo, hijo de un hombre principal. Constató Germán que sin buenos predicadores y misioneros, nunca se extirparía aquella y otras herejías, así que estableció algunas escuelas para los presbíteros en las catedrales y principales iglesias. Ordenó presbítero a San Illtud (6 de noviembre) y de obispo a San Dubricio (14 de noviembre), aunque con esto hay alguna confusión, porque ambos santos florecieron más bien en el siglo VI. De estas escuelas monásticas salieron santos evangelizadores como los hermanos San Tugdual (30 de noviembre) y San Lunaire (1 de julio; 2 de septiembre, Todos los Santos Obispos de Rennes, y 30 de julio, la liberación de Trélévern). En esta visita, además, habría conocido a Santa Nennoc de Ploërmel (4 de junio). La habría apoyado en su intención de consagrarse a Dios y habría allanado su camino para la fundación de un monasterio en Bretaña.
Pero esto según la leyenda de esta santa, pues en ninguna "vita" de San Germán se lee este encuentro.

Imagen en la iglesia
de Guenroc, Francia.
La Galia y Rávena.
Volvió el santo obispo a su país y ya llegaba a Auxerre cuando tuvo que interceder ante Eocarich rey bárbaro de los germanos, que castigaba a los habitantes de Armorica a causa de una rebelión. El bárbaro se enfrentó a Germán, pero el santo apenas tocó la brida del caballo y comenzó a hablar en voz baja, desarmó al pagano, que prometió mansamente no hacer más daño a los afligidos de la provincia, si el mismo emperador Valentiniano III les perdonaba. Y, claro, partió Germán a Rávena, donde se hallaba el emperador. Sin poder descansar ni visitar su sede, de nuevo a los caminos. Al pasar por Milán, liberó a algunos posesos del demonio, y sanó a algunos enfermos. En Rávena le recibió el obispo, a la sazón, San Pedro Crisólogo (30 de julio). El emperador y su madre, Galla Placidia, le recibieron con honores, y para no faltar a la humildad del santo, le enviaron todo tipo de manjares sencillos y sin nada de carne o vino. El santo en respuesta envió a la emperatriz madre una rebanada de pan de cebada en un trozo de palo. Esta, teniéndolos por grandes reliquias, recubrió de oro el palo y el pan lo conservó con devoción y algunos milagros alcanzó de Dios por su medio. Alcanzó Germán el perdón de Valentiniano, realizó algunos milagros como resucitar al hijo de Volusiano, Canciller y Secretario real. Una leyenda externa dice que convirtió a cinco  hermanas Magnencia, Pallacia, Máxima, Porcaria y Camila,
las cuales habrían acompañado el cortejo de las reliquias de Germán hasta Auxerre, donde Santa Camila (3 de marzo) quedó como reclusa.

Entrada a la gloria.
Estando en Rávena, se sintió enfermar Germán y un día, después de Maitines, dijo a los obispos y clero reunidos a su vera: "Hermanos míos yo os encomiendo a vuestras oraciones mi partida a la eternidad. Me parece que vi esta noche a mi Salvador, que me daba prevenciones para mi jornada, y me dijo que aquello era para que me fuese a mi verdadera patria, para recibir el eterno descanso". A los pocos días cayó enfermo, con gran pena de todos. A la emperatriz dijo el santo que procurase que su cuerpo fuera llevado a Auxerre, y esta asintió, aunque con pena, pues pretendía gozar de la presencia de sus santos restos. Luego de días de padecimiento, el gran apóstol Germán entraba a la Vida el 31 de julio de 448, luego de un episcopado de 30 años. La traslación de las reliquias fue espectacular. La emperatriz cubrió el cuerpo con una tela brocada y riquísima, y lo depositó en un bello ataúd. Se dispusieron carruajes reales y seis obispos acompañaron el cortejo. Habiendo sido avisados en Auxerre, el clero y pueblo de esta ciudad salió a recibirlo, llegando hasta los Alpes, donde se hizo la entrega del cuerpo de San Germán. Fue sepultado a 1 de octubre, en el oratorio de san Mauricio, la actual abadía de San Germán. Su culto se extendió pronto y varias iglesias le fueron dedicadas en la Galia y Gran Bretaña, donde tan buen recuerdo tenían de él.

Sus reliquias se veneran aún en Auxerre y algunas han sido repartirdas por Francia e Inglaterra. De sus reliquias se cuenta una graciosa leyenda: Cuando las invasiones normandas, las reliquias de San Martín de Tours (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias; 1 y 13 de diciembre, traslaciones) fueron trasladadas a Auxerre, junto a la tumba de San Germán. Así que se tenían los dos cultos y cada uno sus seguidores. Entraron en pelea, esas tontas peleas de los que no tienen nada que hacer, sobre que santo sería el causante de los milagros que ocurrían allí, y cual, en definitiva, sería más "poderoso". No se les ocurrió otra cosa que ir al hospital cercano, agarrar a uno que acababa de morir y tenderlo sobre las tumbas. En primer lugar fue puesto en la tumba de San Germán, pero no pasó nada. Luego lo pusieron en la de San Martín y de inmediato resucitó el hombre. Los devotos de San Martín quedaron muy contentos, riéndose de los otros. Y estos, que no querían perder, les dijeron que habría sido una grosería de San Germán hacer el milagro, en lugar de mostrarse hospitalario y ceder el milagro a su invitado.


Fuentes:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Julio. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1865.
-"Vidas de los Santos". Tomo VIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.


A 31 de julio además se celebra a  
San Antonio de Hungría, carmelita mártir.
Santa Ellin de Skövde, viuda mártir. 

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...