martes, 22 de junio de 2021

De un fundador olvidado.

San Aarón de St-Malo, ermitaño. 22 de junio.

Nació en Bretaña (llamada Armórica en su tiempo), a finales del siglo V. Sobre 507 se estableció como ermitaño en una isla rocosa frente a la costa. Pronto tuvo varios discípulos y fundó un recinto monástico muy austero. Es el origen de la ciudad de St-Malo, la cual aunque lleva el nombre de otro santo, tiene en realidad a Aarón como fundador.

Dícese que cuando San Malo (15 de noviembre y 11 de julio) fue avisado por un ángel de que había sido elegido obispo de Aleth, pidió consejo a nuestro santo, el cual le encomendó y bendijo para que ejerciera su labor eficazmente. El santo obedeció y tomó la sede, siendo un magnífico pastor, reformando la Iglesia y fundando varios monasterios para la evangelización de la región. Pero esto es legendario, pues Malo vivió lo menos 100 años después de Aarón.

Aarón murió sobre 530 y fue sepultado en la catedral, donde fue venerado durante siglos, hasta que en el marco de la Revolución Francesa se profanaron y desaparecieron sus reliquias.


Fuentes:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 22 de junio además se celebra a:

San Albano, mártir.
San Acacio
y comp. mártires.
Santa Cristina de
Bretaña, virgen.
La Defensión
de Santa Clara.






lunes, 21 de junio de 2021

Sin manos o golpeado, pero fiel a la fe católica.

San Eusebio de Samosata, obispo. 21 y 22 de junio. 

Era Eusebio obispo de la sede samosatense en 361, tiempos convulsos para la fe católica, atacada por las herejías, sobre todo en Oriente. Pero hay que resumir algo la situación imperante para contar algo de su vida.  

En 361 los obispos reunidos en Antioquía se reunieron para elegir patriarca de tan importante sede, y tanto los católicos como los arrianos comenzaron a maquinar para entronizar a un obispo que les fuera adepto. Unos y otros se fijaron en San Melecio (12 de febrero). Era un hombre bueno y conciliador, que podría contentar a todos. Por ello le apreciaban los más eminentes prelados del momento como el futuro San Basilio Magno (2 de enero y 14 de junio) o San Eusebio de Vercelli (2 de agosto). El emperador Constancio dio su visto bueno a la elección y Melecio tomó posesión de su sede. En un principio fue ambiguo, según parece, y su afán conciliador con los herejes (no con la herejía) hizo recelar a los católicos y esto comenzó a pasarle factura. Constancio II, emperador arriano, le hizo comparecer ante él para que aclarase su fe y proclamase su preferencia teológica. Él extendió tres dedos hacia la gente, luego cerró dos y dijo "Tres Personas se conciben en la mente pero es como si nos dirigiéramos a una sola". Enseñanza plenamente católica. 

Los arrianos montaron en cólera y comenzaron a buscar su deposición. Le acusaron de sabelianismo, una herejía que erraba en la fe trinitaria y en el mismo 361 el emperador le depuso y le desterró a Melitine. Pero aún era obispo legítimo, pues nadie le había declarado hereje, y los arrianos intentaron revocar su decreto de nombramiento. Y aquí entra nuestro Eusebio. 

El santo obispo de Samosata tenía en sus manos el Decreto de la designación de Melecio como Patriarca de Antioquía, y lo custodiaba como cosa sagrada. El emperador, a petición de los arrianos, envió un mensaje a Eusebio para que lo entregara. El obispo respondió: "No puedo entregar lo que públicamente se me entregó sin el consentimiento de todos los que me lo confiaron". Constancio insistió, amenazándole que, de no entregar la resolución del Sínodo, le cortarían la mano derecha. Eusebio extendió las manos al oficial mensajero y respondió tranquilamente: "Córtalas y llévaselas al emperador. No entregaré el documento". Constancio quedó impresionado al saberlo y no insistió en el asunto. 

En 370 falleció San Eusebio de Cesarea (21 de junio), a quien no hay que confundir con el célebre obispo de igual nombre y sede, fallecido en 339. El clero de la ciudad pidió ayuda a los obispos de la provincia imperial para elegir un sucesor digno de la sede y no sospechoso de herejía. El obispo Gregorio de Nacianzo, padre del gran San Gregorio Nacianceno (2 de enero, 9 de mayo y 11 de junio, traslación de las reliquias) imploró la ayuda a Eusebio, aunque Samosata no formaba parte de la provincia. Eusebio viajó a Cesarea y luego de negociaciones y súplicas públicas, decidió dieran la sede al eminente presbítero San Basilio. Él mismo le consagró obispo el 14 de junio del mismo año. 

Cuando estalló la persecución de Valente, Eusebio confirmó en la fe a sus fieles, y además, viajó a las sufridas iglesias de Palestina, Siria y Fenicia. Iba disfrazado de oficial, celebrando la eucaristía y consolando a los que enterraban a los mártires, sus viudas e hijos. Ordenaba nuevos obispos para que las comunidades no quedaran sin pastor. En 374 Valente, enfurecido con él, le desterró, pues no se atrevió a matarle como pedían los arrianos. El santo decidió partir mansamente, e incluso ayudó a irse en la noche al oficial que le trajo la noticia, para que el pueblo no se amotinara y la tomara con él.  

Partió al destierro sin nada, tan pobre como vivía, y solo permitió le acompañara un siervo fiel. Le alcanzaron en el camino algunos cristianos, que le pedían peleara y se enfrentara al emperador, pero Eusebio, sabiendo que esto solo traería más muerte y destrucción, arengó a los suyos a obedecer a las autoridades. Además, les exhortó en la caridad de unos con otros y a permanecer fieles a la verdad custodiada y enseñada por la Iglesia. El nuevo obispo, arriano, era un buen hombre y no se atrevió a mancillar la memoria de Eusebio, y al poco tiempo renunció a la sede. El siguiente era un feroz hereje y llegó a destruir un baño público solo porque Eusebio lo había usado, considerando impuras las aguas. Y así, más de un exabrupto tuvo, como azotar a unos niños que jugaban con una pelota, porque esta se metió entre las patas de su burro, el animal tropezó y le hizo caer al suelo. 

Sepultura del santo. Doliche
En 378 murió Valente y le sucedió el emperador Graciano, católico, que se propuso la restauración de la paz y la unidad en la Iglesia. A finales de 378 aquel Melecio del que hablamos antes volvió a su sede y nuestro Eusebio volvió a su querida Samosata. En 379 se convocó un Concilio para proclamar la fe trinitaria de la Iglesia, sin ambages ni concesiones teológicas. Se arrojaron a los arrianos de sus sedes, los católicos volvieron a poseer sus iglesias y se ordenaron obispos que habían sido probados en su ortodoxia mediante la persecución.  

En esto último destacó Eusebio, quien recorrió varias ciudades, eligiendo a los candidatos. Y en esta labor, le llamó el Señor de una manera un tanto curiosa: estando de labor pastoral en una pequeña ciudad de Siria, una mujer le lanzó una teja desde el tejado de su casa, con tan mala fortuna, que le dio en plena cabeza al santo. Eusebio padeció varios días por la herida, y finalmente entregó su alma al Creador, luego de perdonar a todos los que le habían hecho mal y haciendo prometer a sus amigos que no buscarían a la agresora. Por esta razón en ocasiones se le llama mártir.

Su sepulcro aún se conserva en Doliche, Turquía.

Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo VI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Historia General de la Iglesia". Tomo I. D. J. DARRAS. París, 1862.

 A 21 de junio además se celebra a:

San Albano de Colonia
mártir.
San Luis Gonzaga,
religioso jesuita.
San Méen de Rennes
monje.
San Ramón de Roda,
obispo.









 
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domingo, 20 de junio de 2021

Santos reyes (XXVII): San Abgar de Edesa.

San Abgar V Ukama de Edesa, rey. 20 de junio, 16 de agosto (Iglesias Ortodoxas), IV Sábado de Adviento (Iglesia Armenia), III Miércoles de Cuaresma (Iglesias Sirias). 

Su leyenda, recogida por Eusebio en su “Historia Eclesiástica”, fue Abgar un rey de Edesa, allá en el siglo I. Según San Eusebio, él encontró en el archivo real sirio, dos epístolas escritas en siríaco. Una era de Abgar, Príncipe de Edesa, en la Siria mesopotámica y la otra, respuesta a la primera era del mismo Jesús. La carta de Abgar alababa a Cristo por sus milagros y sabiduría y le pedía viniera a su reino para conocerle. La carta de respuesta, escrita también en siriaco, fue enviada con San Ananías y decía que, después de la Pascua, Jesús le enviaría su elegido para que le conociese.  

La leyenda dice que después de la Ascensión, Jesus se apareció a San Judas Tadeo (28 de octubre) y le envió a Edesa, con un lienzo en el que Jesús se habría secado el rostro, apareciendo de manera milagrosa la Santa Faz. Es por ello por lo que el santo apóstol en casi todas sus representaciones lleva ese medallón al cuello o en la mano. Tadeo le daría el sagrado lienzo a Abgar diciéndole: "Nuestro señor ha completado la voluntad de su padre, y ha ascendido a los cielos junto a él. Ahora yo coloco mis manos sobre ti en su nombre". Cuando lo tomó, Abgar fue inmediatamente fue curado de sus enfermedades, se convirtió a la fe cristiana y convirtió a su reino. Moriría en el año 50.  

Este paño con el rostro de Cristo, un Acheiropoieton, Abgar lo colocó en la puerta de la ciudad de Edesa, donde la imagen se conservó durante siglos. Constantino VII ordenó que la santa imagen fuera llevada a la capilla de su palacio en Constantinopla en 944. Y allí estaría durante siglos, más luego de la invasión de los cruzados en 1204, se pierde su rastro. 

En el origen de esta leyenda está el deseo de demostrar que la cristianización de Siria ocurrió en los tiempos de Cristo, para darle a la iglesia local un origen apostólico. Aunque realmente el cristianismo llegó a Siria apenas 100 años después, reinando Abgar IX. Para el año 200, el reino ya era cristiano. La iglesia más antigua que nos ha llegado data de los años 300. 

Fuente:
-Heilige, Namenstage, Patrone - Ökumenisches Heiligenlexikon


 A 20 de junio además se celebra a:

Santa Aldegundis,
princesa y reclusa
.
San Gobain
presbítero y mártir
.
Beato Habnit, pastor.
B. Francisco Pacheco
y comp mártires.







sábado, 19 de junio de 2021

Fundador de una tradición fraterna.

San Deodato de St-Dié, obispo y abad. 19 de junio. 

Nació Deodato en una ilustre familia de Bretaña, a inicios del siglo VII. Se le supone introducido en ambientes clericales y palaciegos, pues en 655 sucedió como obispo a Euquerio en la sede de Nevers. En 657 participó en el Sínodo de Sens, donde trabó amistad con los santos obispos San Ouen de Rouen (24 de agosto), San Eloy (1 de diciembre), San Amando de Maastricht (6 y 13 de febrero), San Faro (28 de octubre) y otros santos prelados. 

Su tiempo en la sede fue corto, pero fructífero, pues se nos dice que evangelizó vastas regiones de su sede. En 658 se retiró al bosque de Hagenau para hacer vida eremítica. Allí tuvo su primer discípulo, San Arbogast (21 de julio), quien luego sería obispo de Strasburgo. En 661 se trasladó a isla de Ebersheim, donde fundó un monasterio, que luego sería una famosa abadía dedicada a Santos Pedro y Pablo. Pero la dignidad abacial y la compañía de otros monjes no era lo suyo, por lo menos esta vez, por lo que renunció a su cargo y se fue a las soledades de Ongiville, en la sede episcopal de Basilea. Mas esa era una zona llena de salteadores y bandidos que no le dejaban en paz, aunque no le hacían daño. Así que se fue a las montañas de Los Vosgos, y se estableció en un valle. 

Pero nada, que allí tampoco hallaba la amada soledad y pronto tuvo muchos discípulos, por lo cual construyó una abadía en el mismo valle, hoy llamado St-Dié. Allí fue amigo de San Hidulf (11 de julio), también obispo dimisiorio de Tréveris con quien se reunía una vez al año para conversar de temas espirituales y disfrutar cada uno de la compañía del otro. En memoria de esos encuentros anuales, mientras existieron los monasterios los monjes de ambos recintos conservarían la costumbre de visitarse una vez al año para tener coloquios espirituales y confraternizar. 

Cuando Deodato se hizo mayor y no podía trabajar, se retiró a una capilla de San Martín anexa a la abadía, donde vivió en soledad y oración. Allí Hidulf le dio los sacramentos y le ayudó en el último tránsito, el 19 de junio de 679. A su vez, Deodato se le apareció en 707 a Hidulf para revelarle que su partida al Padre estaba cerca. Y el santo moriría ese mismo año. 

La vida de nuestro santo fue escrita en el monasterio de Mayenne, en el siglo IX con vistas sirviera para el Oficio Litúrgico propio del santo, el cual fue aprobado por León IX en 1049. 

Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo VI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Flos Sanctorum". RP. PEDRO DE RIBADENEIRA. Tomo III. Madrid, 1876.


A 19 de junio además se celebra a:

Santos Rémy Isoré
y Modesto Andlauer
jesuitas mártires.
Beata Miguelina,
terciaria franciscana.
Santa Rivanonne,
reclusa.
Beato Odo de
Cambrai, obispo.













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viernes, 18 de junio de 2021

Del crimen más terrible del santoral.

Santa María Dolorosa de Brabante, “la Miserable”, virgen y mártir. 18 de junio. 

Fue María una piadosa joven que vivía en Woluwe-Saint-Lambert, un pueblo cerca de Bruselas, a finales del siglo XIII. Su devoción y profunda vida espiritual la llevaron a ser eremita junto a la iglesia de Stockel, dedicada a Nuestra Señora de los Dolores, por la cual María tomaría el apellido religioso de “Dolorosa”. Vivía en oración, trabajo, pedía limosna para ella y para los pobres, y daba consejos espirituales o de cualquier índole a los lugareños. Y esto a pesar de ser muy joven se le daba bien. Era muy querida y tenida por santa por los habitantes de la región. 

En 1290 se encaprichó de ella un joven, que comenzó a acosarla, llevado de sus bajas pasiones. La seguía, le hacía ofrecimientos de riquezas, la amenazaba, le hacía proposiciones indecentes... y nada hacía doblegar a la pobre ermitaña. Entonces, cegado de ira por no ser aceptado, tomó una valiosa copa de plata que le pertenecía y la escondió en la bolsa de las limosnas de la muchacha. Acto seguido, fue al magistrado de la ciudad y la acusó de haberle robado la copa. Además, la acusó de haberle recitado un hechizo para que no pudiera dejar de pensar en ella de día o de noche. 

María pidió a sus padres la defendieran, pero estos eran solo pobres campesinos y nada pudieron hacer. Fue arrestada y llevada ante el juez, y al ser preguntada por la copa hallada en su bolsa, respondió que no la había puesto ella, ni sabía cómo había llegado ahí. El juez, quien sabe si sobornado por el joven malvado, no le creyó y la condenó a muerte por robo y hechicería. Además, de un modo tremendamente cruel, como veremos.  

Antes de su muerte, tuvo María permiso para visitar la iglesia en la que había vivido, y allí rezó por su alma y por sus perseguidores. Acto seguido la sacaron fuera del poblado, cavaron una fosa en su presencia, la arrojaron viva allí, y acto seguido el verdugo clavó una estaca en su pecho al tiempo que decía tristemente "¡Reza por mí, María!". Luego, estando aún viva, cubrió la fosa con tierra. Os podéis maginar el dolor de los padres, allí presentes, y la agonía de la inocente joven. Ciertamente parece demasiada pena para tales delitos, más aún sin prueba alguna. Este tormento ciertamente se empleó al menos hasta el siglo XVIII, pero para criminales confesos, y no en toda Europa. Por su parte, la estaca remite al temor de que el fallecido volviera a la vida para atormentar a los vivos. En ciertas partes de Europa se realizaba aún en el siglo XIX. Pero esta acción siempre estaba relacionada con brujería o vampirismo, no se le hacía a simples ladrones como, según sus enemigos, habría sido la santa. Creo que la historia que nos ha llegado le faltan detalles que expliquen (no que justifiquen) esta horrenda muerte.

En cuanto al malvado joven, al pasar unos cuantos años y vivir atormentado por la culpa, confesó que lo había inventado todo, quedando limpia la memoria de la inocente María. Ella fue sacada de su fosa y trasladada a su iglesia parroquial. Este crimen le valió ser tenida como una santa mártir y ser venerada por toda la comarca y más allá. En 1363 se construyó una iglesia en su memoria, aún existente, llamada “de Santa María la Miserable”. El papa Urbano V concedió numerosas indulgencias a quienes veneraran sus reliquias, lo cual habla de una aceptación del culto popular tributado desde antiguo. 

Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo VI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 18 de junio además se celebra a:






 


 

jueves, 17 de junio de 2021

Ciego por la oración de su madre.

San Hervé de Bretaña, monje. 17 de junio. 

También se le conoce como Harvez, Herné, Houarn, Houarné y otros nombres similares. Según su leyenda, que es lo que tenemos, fue hijo de San Hyvarnion (5 de diciembre) y Santa Rivanonne (19 de junio). Sus padres se habían conocido por una serie de sucesos ordenados por Dios, que los fueron acercando uno al otro en aras de la promesa divina hecha al padre: “tendrás un hijo santo”. Cuando Rivanonne quedó embarazada dijo a su marido: "Le pido al buen Dios que nuestro hijo nunca vea la falsa y engañosa luz de este mundo". Y él le respondió: "Mientras tenga siempre la gloria celestial en sus ojos", así sea. Y así fue como Hervé nació ciego, en Plouzévédé. 

Desde muy pequeño su madre le enseñó a rezar y a recitar los salmos de memoria. Cuando tenía cinco años quedó huérfano de padre. A los siete años ya sabía todo el Oficio litúrgico de memoria. Entonces, Rivanonne lo confió a San Marchian (22 de junio) para que este lo educara, y ella se retiró a una ermita para vivir en soledad. Pasaron los años y Hervé fundó un monasterio en Lanhouarneau y muy cerca suyo su madre construyó una ermita donde se recluyó en soledad y oración. Allí vivió largos años, hasta que su tío materno, San Urfol (17 de septiembre y 19 de junio) recibió una revelación del cielo acerca de que a su hermana le quedaba poco tiempo y le avisó a nuestro santo. 

Hervé se fue a la ermita con dos monjes y allí entabló coloquios con su madre, y estuvo orando hasta que ella expiró, el 19 de junio de 535. Hervé vio su alma llevada al cielo por los ángeles. La enterró en la ermita, donde luego construiría otro monasterio que llegaría a tener un colegio, su hermana pequeña, Santa Cristina (22 de junio) quedaría bajo la tutela de él. De ella se cuentan otras leyendas muy hermosas. 

Se nos dice que en una ocasión un lobo se comió el burro que los monjes tenían para el trabajo, entonces San Hervé hizo que el lobo reemplazara al burro en sus tareas. En Lesneven fundó un monasterio en las tierras que Inoc, un noble local, le concedió a cambio de que al año siguiente le entregara una cosecha de trigo. Hervé sembró el trigo y en un año construyó el monasterio, la iglesia, sin trabajar en el campo. El día que se cumplía el año Inoc fue a buscar su cosecha y halló el doble de lo esperado. 

Estuvo Hervé en el tribunal que juzgó a Conomor, el asesino de su esposa Santa Trifina (29 de enero), madre de San Tremeur (21 de julio). Conomor huyó de la justicia encerrándose en su castillo. El santo abad San Gildas (29 de enero) al ver que no podía entrar, rodeó el castillo rezando constantemente a Dios. Luego arrojó un puñado de tierra contra los muros de la fortaleza, que se derrumbó por completo, siendo apresado Conomor el cual fue desterrado por su crimen. Además, quedó ciego, mas Hervé lo sanó por compasión, haciendo, además, el milagro de brotar agua en la cima de una colina para lavar los ojos de Conomor. 

Visión de los cielos.

En Loc-Majan una capilla recuerda como San Hervé liberó del demonio al duque Even de Léon, al cual el maligno había intentado envenenar. En otra ocasión se enfrentó a un diablo que disfrazado de monje tentaba con alcohol a los monjes de un monasterio y a no pocos había convertido en borrachos. Otro diablo tentó a un panadero a negarle limosna de pan al santo, y este descubriendo la verdad, echó al diablo y convirtió los panes en piedras. Aún se muestran dichas piedras en Lanrivoaré. 

Dícese que estuvo en Léon, donde trabó amistad con el obispo. Unas versiones de la leyenda dicen que fue San Houardon (29 de noviembre) y otras que fue San Pablo Aureliano (12 de marzo). Fuese quien fuese, la leyenda es la misma: el obispo le tuvo envidia porque a pesar de ser ciego podía ver el cielo, a Dios y los santos. Entonces Hervé invitó al obispo a ayunar, orar y disciplinarse durante tres días y noches. Al cabo, el santo obispo también pudo gozar de la visión celestial, y además, Hervé le fue diciendo que santo era cada uno de los que veían. 

Ermita del santo en Lanrivoaré.
Hervé murió en 575, y se nos dice que seis días antes de su muerte lo dijo a sus monjes, quienes oraron con él para preparar la partida. Recibió los sacramentos y fue cuidado sus últimos días por su sobrina Cristina. Ela le asistió en todo momento, y le pidió no la dejara sola en el mundo, sino que la llevara con ella al cielo. Hervé falleció luego de afirmar que ya oía los cánticos del cielo; Cristina se echó a llorar a sus pies y no se levantó más, pues murió dulcemente al poco rato. 

El santo fue sepultado en su monasterio en Lan-Houarneau. Sus reliquias fueron trasladadas en 878 a Brest. En 1002 fueron depositadas en un bello relicario y trasladadas a Nantes, donde tenía y aún conserva devoción. Este relicario y sus huesos fueron destruidos durante la Revolución Francesa. Su culto permanece, además, en amplias zonas de la campiña francesa. Es abogado contra la ceguera, los miedos, los ataques de pánico, los lobos. Es protector de los juglares y de los caballos. 

Fuente:
-http://heiligen-3s.nl/

A 17 de junio además se celebra a:

San Manuel de
Persia, mártir.
San Salomón de
Jerusalén, rey.
Beato Juan Anglico
II General Trinitario.
San Adolfo de
Torney, obispo.









  

miércoles, 16 de junio de 2021

De un rescatador de niños.

San Veorles de Marcenay, presbítero. 16 de junio. 

Lo único que tenemos como fuente es un sermón del siglo X, predicado en su festividad. según esta prédica, fue Veorles (o Veroles) un presbítero de Marcenay, famoso en su tiempo por su predicación, milagros y buenos consejos. 


Este sermón dice que, pasando el rey San Gontram de Borgoña (28 de marzo) por Marcenay quiso oír misa y Veorles la cantó para él. Ocurrió que al llegar a la consagración Verloes cayó en un profundo éxtasis que duró una hora. Gontram y su corte esperaron pacientemente, por no interrumpir al sacerdote, a que este volviera en si y terminara la misa. Cuando esta terminó el rey le preguntó a Vorles que había pasado. El santo le dijo: "El enemigo del pueblo de Dios, el diablo, había incendiado una casa en Plaines, en la cual había un niño pequeño. Los aldeanos no estaban allí, porque asistían a la misa en Mussy-l'Évêque. Porque Dios lo permitió fui allí, rescaté al niño de las llamas, apagué el fuego  y volví a terminar la misa". Hay que decir que Plaines estaba a varios kilómetros de MarcenayGontram, impresionado, mandó a algunos soldados a averiguar. Ellos fueron a Plaines y allí les confirmaron la historia, aunque no sabían quién era el sacerdote, pues había desaparecido. 


Veorles subió al cielo en 591 según perpetúa su lápida, que aún se conserva. Sus reliquias aún se veneran en Châtillon-sur-Seine, adonde fueron trasladadas en 868. 


A 16 de junio además se celebra a:


Santa Lutgarda,
virgen cisterciense.
San Benno
de Meissen, obispo.
San Aureliano
de Arlés, obispo.
Santos Julita y
Quirico, mártires.


Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...