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viernes, 28 de mayo de 2021

“Veni Sponsa Christi”

Santa Ubaldesca Taccini, virgen de la Orden de Malta. 28 de mayo y 31 de julio (traslación de las reliquias). 

Nació en una familia de labradores de Calcinaia, Pisa, en 1136. Como nos cuenta su “vita”, fue una niña piadosa y dada a la religión y la penitencia. A los 14 años se le apareció su ángel de la guarda y le dijo: “Ubaldesca, siempre has rogado, y suplicado con rendimiento a mi Dios y tuyo, te manifieste su voluntad para que tomes el estado más conveniente para tu salvación, y más proporcionado a tu vida espiritual; y por tanto, habiendo oído con piedad tus peticiones, me envía desde la Eternidad a decirte, vayas luego a la Ciudad de Pisa, al monasterio de San Juan del Templo, y allí tomes el hábito de la ínclita, y Sagrada religión de San Juan de Jerusalén, y vivas en compañía de aquellas religiosas, para desposarte con Dios por medio de la virtud en que allí te has de ejercitar”. Puso algunos reparos la santa niña, sobre si podría soportar la austeridad del claustro o vivir con santas religiosas. El ángel le confortó diciendole que Dios la sostendría todo el tiempo, además de revelarle que la ciudad la necesitaría, pues por su intercesión se alcanzarían grandes beneficios.

Cuenta la leyenda que sus adres recibieron su decisión con gran alegría e, inmediatamente, dejaron unos panes que estaban cociendo y se pusieron en camino a Pisa para entregarla a Dios. Los vecinos le salían al paso y la saludaban con alegría, le pedían oraciones y se encomendaban a ella, pues sabían de su gran santidad. Igualmente la recibieron entre cánticos las 40 religiosas del monasterio de San Juan, de la Orden Hospitalaria de Malta, el elegido por Dios para Ubaldesca. La noche anterior las monjas habían tenido una aparición de un ángel, que las preparó para recibir a un dechado de virtudes y santidad. La abadesa la tomó de la mano y llevándola al templo, le dio el hábito monástico. Los padres regresaron a su casa, gozosos, pero con alguna tristeza. Pero Dios les confirmó con un portento que habían hecho bien dándole a su hija: al llegar a su casa hallaron que aquellos panes que habían dejado cociendo en el horno no solo no se habían quemado, sino que, además, estaban en su perfecto punto de cocción, como nunca habían estado. Eso dice la leyenda, no yo. 


Mientras, en el monasterio, Ubaldesca crecía en virtudes. Elegía los trabajos más bajos de la casa, estaba pronta a la caridad con las hermanas, sobre todo con las enfermas y mayores, soportando sus impaciencias y quejas. A todas amaba y perdonaba sus faltas, y por todas hacía penitencias, para que crecieran en santidad, olvidándose de pedir por ella misma. Por los pecados del mundo se disciplinaba constantemente, usando un cilicio muy punzante, ayunando y no comiendo más que pan y agua todos los días de su vida, y eso cada tres días, pues los demás, los vivía en ayuno permanente. 


Ejerció el oficio de limosnera del convento, oficio que ella aprovechó para predicar sobre las bondades de seguir a Cristo radicalmente. A muchísimos movió a mejor vida, y a otros inclinó al estado religioso. Muchos maridos trataron mejor a sus mujeres luego de tratar con Ubaldesca y su palabra firme, pero llena de caridad. De las limosnas que conseguía, pareciéndole muchas para unas monjas, daba parte a los pobres, a los que igualmente predicaba de Cristo, y entre quienes se hallaba a gusto, como una pobre más.  


En una de sus salidas, ocurrió este milagro: pasaba por el puente de la Espina, cuando una gran piedra se desprendió de un edificio y le golpeó duramente en la cabeza. Todos pensaron la habría matado, mas Ubaldesca se levantó y continuó camino a su monasterio como si nada. Allí no dejó que la curaran, considerando que, si Cristo no rehuyó de las llagas, ella tampoco debía hacerlo. La llaga fue a más, se llenó de pus y gusanos, oliendo pestilentemente, mas para ella aquello era perfume celestial. Ni los terribles dolores de cabeza que siempre padeció por ello le hizo cambiar de parecer. Solamente la obediencia le habría hecho aceptar ser curada, mas como nunca se lo mandaron, vivió toda su vida con la cabeza abierta y purulenta. 


Otro portento, que ha configurado su iconografía, cuenta que en un Viernes Santo en que volvía al monasterio llevando un cántaro de agua, encontró a unas mujeres que visitaban las iglesias, haciendo las Estaciones. Las piadosas mujeres le pidieron agua, y Ubaldesca se las dio, mas las señoras insistieron en que bendijera el líquido. La santa lo hizo y, al punto, el agua se convirtió en vino. 


Setenta años vivió Ubaldesca, siendo muy conocida y amada en Pisa, por sus milagros y su palabra santificante. Su última enfermedad, de las muchas que padeció, la llevó con harta virtud. Poco antes de su muerte la visitó Dotto, un presbítero de la Orden, quien, admirado por sus virtudes y milagros, pidió a las religiosas le avisasen cuando la santa estuviera en agonía, para presenciar lo que creería sería un momento glorioso. Ubaldesca le respondió: “Padre, no os preocupéis de estar presente a mi muerte, porque no me habéis de ver morir”. Y así fue, ido el padre, Ubaldesca quiso dormir un poco, y las religiosas la dejaron para que descansara. Y del plácido sueño pasó a la muerte, y por esta a la Vida, en soledad y silencio. Fue el 28 de mayo de 1206, Domingo de Trinidad.


Las monjas supieron de su muerte al tener todas ellas una visión en la que una legión angélica descendía del cielo cantando el “Veni Sponsa Christi”, y llevaban consigo al empíreo el alma de Ubaldesca. El cuerpo permaneció expuesto una semana para los funerales, y durante ese tiempo los fieles la veneraron incesantemente, arrancándole numerosos milagros a la que llamaban santa, y con razón. Al cabo de ese tiempo fue sepultada en la iglesia monástica. Entre los milagros que se cuentan está una aparición al padre Dotto, quien lamentaba no haber estado presente en la muerte de la santa. Ubaldesca se le apareció mostrando toda la gloria que Dios le había concedido. Este mismo padre mandó hacer un bello sepulcro para la santa, adonde él mismo trasladó las reliquias, aumentando con ello la devoción del pueblo. En el siglo XVII parte de su cuerpo fue trasladado a Zaragoza, quedando la cabeza en el convento de los Caballeros, en Pisa, y el otro resto en el convento de las monjas, dentro de una imagen relicario. El 31 de julio de 1587 otras reliquias fueron trasladadas a Malta.


Entre los patronatos de Santa Ubaldesca está el de la protección del pan y el vino. Ya contamos dos milagros realizados en vida sobre estos elementos, pero otros muchos se cuenta que ocurrieron al decir sus devotos las palabras “Santa Ubaldesca te guarde”. Como el restablecer el sabor de una cosecha de vino que estaba agrio, convertir un campo de cebada en trigo, preservar viñas del ataque de las plagas, o convertir vino tinto en vino blanco. Además se le invoca contra los rayos, el granizo y las plagas de insectos.



Fuente:
-"Vida milagrosa de la esclarecida Virgen Santa Ubaldesca". JUAN RUIZ LUMBIER. S.O.S.J.J.

A 28 de mayo además se recuerda a:

sábado, 10 de marzo de 2018

De un apestado Taumaturgo.

San Himelin de Vissenaken, peregrino. 10 de marzo.

De este santo, llamado taumaturgo por sus devotos allá en Vissenaken, Bélgica, lo que conocemos es poco. Un buen día del año 750 apareció en Vissenaken, luego de peregrinar a Roma. Cuando llegó a la población belga estaba enfermo de peste. A las afueras del pueblo encontró a la doncella del párroco, que volvía del pozo con agua fresca. Himelin le pidió de beber, y en un principio la chica se negó a darle de beber en la jarra del cura, por temor al contagio, pero el pobre enfermo insistía tanto que finalmente le dio agua en la jarra. Siguió su camino la joven y llevó el agua al cura sin decir una palabra. Y he aquí que cuando el sacerdote tomó la jarra y bebió exclamó: "¿Cómo has conseguido tan buen vino?", porque sí, el agua se había convertido en vino.

La joven contó lo ocurrido y el presbítero fue en busca del pobre apestado, lo llevó a su casa y le cuidó hasta que pronto murió. Luego el sacerdote lo enterró junto a la iglesia parroquial, pero pronto los milagros ocurridos junto a su tumba, que se trasladó el cuerpo, incorrupto y blanquísimo dicen, a la iglesia, donde aún recibe culto y tiene numerosos devotos.

Leyendas posteriores le hacen oriundo de Escocia y pariente de San Romboud de Mechelen (24 de junio; 1, diócesis de Malinas-Bruselas, y 3 de julio, en Irlanda).


A 10 de marzo además se celebra a
Santa Kakukabilla de Württemberg, abadesa.
Beato Elías del Socorro Nieves, agustino mártir.

domingo, 14 de enero de 2018

"Ya veo a mi Rey, ya estoy en su presencia..."

Beato Odón de Novara, monje cartujo. 14 de enero.

Beato Odón.
Cartuja de Garegnano, Milán.
Nació en Novara, Lombardía, a finales del siglo XI. Fue de los primeros religiosos novicios en la Grand Chartreuse, y también fue parte del grupo de fundadores de la Cartuja de Seitz, Moravia. También participó en la fundación de la Cartuja del Piamonte.

Nos dicen que fue un religioso humilde, obediente y amante de la Regla. Por ello fue elegido como Prior de la Cartuja de Gyrio, Yugoslavia, en un difícil momento: el obispo Teodoro, que ambicionaba las tierras y el edificio de los cartujos, les hacía mucha guerra. La mansedumbre y recta intención de Odón calmaron un poco las cosas, pero el obispo se salió con la suya y, con ayuda del poder secular, expropió a los monjes de sus bienes. Entonces nuestro santo, luego de acomodar a sus monjes en otros monasterios, partió hacia Roma a exponer el caso ante el papa Clemente III. No se detuvo ni por su ancianidad, pues pasaba los 90 años. Mas sin embargo, en Roma tampoco halló solución al problema, pues el obispo era demasiado poderoso como para enfrentarse a él a causa de un monasterio. Entonces Odón renunció a su priorato en frente del mismo papa y se dispuso a pasar a la Cartuja del Piamonte que ya conocía.

Sin embargo, de camino pasó por la Cartuja femenina de Santos Cosme y Damián de Taglacozzo, donde Adhuisis, la abadesa, viendo sus prendas de prelado piadoso y observante, pidió al papa, pariente suyo, que nombrara a Odón como capellán y director espiritual de las monjas. Al mismo tiempo quedaba como superior de todo el clero beneficiado del monasterio. El santo acató la voluntad del papa y mandó se le construyera una pequeña celda junto a la clausura, ara allí vivir pobremente, en constante oración y lectura espiritual. Solo salía de su celda para celebrar la santa misa, o para confesar y predicar a las monjas. A pesar de su edad, Odón era un ejemplo de penitencia y austeridad para todos. Dormía en un colchón de sarmientos, trabajaba para no estar ocioso, no ser gravoso a las monjas y aún hacía caridad a los pobres. Ayunaba siempre que podía y se disciplinaba frecuentemente. Usaba un cilio pegado a las carnes que solo dejó de llevar tras su muerte.

Pronto la fama de santo del capellán de las cartujas traspasó los muros del monasterio y recorrió la península itálica. Muchos querían confesarse con él, tocarle o besarle las manos. Y no de balde, pues muchos milagros realizaba solo con estos pequeños gestos. Él mismo sanaba de sus dolencias luego de pedir a Dios sanara a otros, pues para sí mismo nada pedía. Incluso se dice que llegó a convertir agua en vino.

Pasaba, y bastante, de los 100 años, cuando tuvo revelación de que ya era la hora de cantar como el anciano Simeón, "Nunc Dimittis", y anunció a sus hijas espirituales que pronto las dejaría. Así, entrada la Epifanía del año 1200, recibió los Santos Sacramentos, dirigió su última plática espiritual y entró en éxtasis. El 13 de enero dijo a los que estaban presentes: - "Mañana a estas horas dejaré este mundo; os ruego en Nombre de Dios que no hagáis a mi cuerpo honra alguna particular, sino que con este mismo hábito que tengo puesto lo pongáis en la sepultura, y a la cabeza de ella una simple cruz de madera". Al día siguiente, habiendo muchos testigos, el santo Odón exclamó: - "Aguárdame, Señor, en buena hora; presto voy a Ti, mi descanso y mi gloria. Ya veo a mi Rey y Señor; ya estoy en su presencia". Entonces extendió los brazos y levantándolos un poco, parecía que su alma se iba con el cuerpo. Pero este cayó lentamente en el lecho, quedando con los ojos abiertos y resplandecientes, no opacos. 

Muerte del Beato Odón.
Carduccio. Museo del Prado.
El cuerpo fue enterrado en el cementerio de los pobres, como el mismo había pedido. Sobre 1240 se elevó el cuerpo de la sepultura, dícese que porque el santo viejo se había aparecido tres veces a Oderisio, el Arcipreste de monasterio, pidiendo ser colocado en lugar de más honor. Pero no es algo que case con la humildad que siempre le caracterizó. Al abrir el sepulcro se le halló incorrupto, se le colocó en la iglesia monacal. Ese mismo año se instruyó un proceso de canonización que fue aprobada por Gregorio IX, pero nunca se le canonizó. No sería hasta 14 de junio de 1859 que el Beato Pío IX (7 de febrero) confirmó su culto inmemorial.


Fuente:
"Santos y Beatos de la Cartuja". JUAN MAYO ESCUDERO. Puerto de Santa María, 2000.


A 14 de enero además se celebra a:
Santa Macrina la Anciana, viuda.
San Engelmar de Passau, eremita mártir.

viernes, 15 de diciembre de 2017

San Mesmin, fundador y taumaturgo.

San Mesmin de Micy, abad. 15 de diciembre.

San Mesmin hace la caridad.
Nació en Verdún, a finales del siglo V y junto a su tío San Euspicio (20 de julio) sobre 508 fundó la abadía de Micy, situada cerca de Orleans. 

Esta abadía fue fundada gracias a este hecho histórico: cuando el rey Clovis regresó de un viaje del sur de Francia encontró que la ciudad de Verdún se le había rebelado, así que tomó un número de guerreros y marchó contra la ciudad dispuesto a inundarla en sangre. Los habitantes de Verdún, arrepentidos, pidieron a Euspicio, archidiácono de Verdún, que intercediera ante el rey por ellos y les alcanzara el perdón del monarca. Clovis quedó impresionado por Euspicio y le ofreció la mitra de Verdún, pues el anterior obispo, San Fermín (5 de diciembre), acababa de fallecer. Pero Euspicio no aceptó y recomendó para la sede a su otro sobrino San Vano o Vito (9 de noviembre). Este fue sacado de su ermita y entronizado obispo.

Pero Clovis aún pensaba que Euspicio podía servir a la causa de Dios, al menos como abad. Por ello le dio vastas posesiones en Micy, para que se fundara monasterio. La carta de la donación aún existe y comienza así: "De Clovis, rey de Francia y gran guerrero, para ti, respetable Euspicio, para tu hermano Mesmin, y para todos aquellos que te sucederán en tu santa vocación."

Mesmin sucedió a su tío como abad cuando este falleció en 510. Una leyenda dice que arrojó a un dragón que vivía en una cueva en las inmediaciones, y que luego de acabar con él, utilizaba la cueva frecuentemente como sitio para retirarse y orar. Actualmente existe ahí una capilla dedicada al santo. La caridad de Mesmin hacia los necesitados no tenía límites, llegando incluso a multiplicar pan y vino para socorrer a los pobres. Varios santos aparecen como discípulos de Mesmin, como San Leonardo (6 de noviembre), San Calais (1 y 4 de julio), San Liebhard (3 de junio) y San Avito (17 de junio). 

Nuestro biografiado murió en 520. Sus reliquias se veneraron en su abadía hasta su destrucción por los revolucionarios en 1790.


Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.


A 15 de diciembre además se celebra a
Beata Hadewych de Flandes, mística.

miércoles, 16 de agosto de 2017

El diablo de cabalgadura y de mensajero.

San Teodoro de Octodurum, obispo. 16 de agosto y 4 de septiembre, traslación de las reliquias.


Sobre sus orígenes nada se sabe, sino que le hallamos elegido como obispo de Octodurum (hoy Martigny) en 379. En 381 participó en el Sínodo de Aquileia, convocado por Graciano para, entre otras cosas, condenar el arrianismo. En 390 estuvo en el Sínodo de Milán, del lado de San Ambrosio (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal).

Pero la obra más conocida del santo fue la Invención de las reliquias de San Mauricio y los mártires de la Legión Tebana (22 de septiembre). San Euquerio de Lyon (16 de noviembre), escribe en el siglo V una carta al obispo Salvio de Octodurum, donde le cuenta la historia del martirio "habiéndola tomado de los autores fidedignos, de aquellos mismos que me han asegurado haberla aprendido del santo hombre Isaac, obispo de Ginebra, a quien el bienaventurado obispo de Sión, Teodoro, había hecho la relación". Isaac murió en 441 y Salvio en 448, así que la carta tuvo que ser escrita en esta fecha. El Teodoro mencionado es el nuestro y la Sión que se menciona es la actual Sitten, de la cual Teodoro también fue obispo. La carta de Euquerio termina narrando algunos milagros que ocurrieron durante la construcción de la basílica de Agaune que hizo construir Teodoro, luego de haber tenido una supuesta revelación del sitio en que reposaban los cuerpos de todos los mártires.

Fuera de este hecho, lo que además nos ha llegado de Teodoro son algunas leyendas. La más conocida y que ha pasado a su iconografía cuenta que estando de camino a Roma, unos diablos le contaron que el papa era tentado por Satanás y que perdería la pelea, haciéndose el diablo con el gobierno de la Iglesia. Teodoro entonces ató a uno de los demonios y subido a su lomo e invocando el nombre de Jesús, hizo que el demonio le llevase a Roma. Allí conjuró al demonio, que tuvo que abandonar al papa. En agradecimiento, el papa San Siricio (26 de noviembre), le regaló a Teodoro una bella campana, que, como pesaba mucho, Teodoro hizo que el diablo le llevara hasta su catedral. Otros milagros narran que una cosecha de uva quedó destrozada por el granizo y, a pesar de haber poca utilizable, el santo ordenó prensarlas, y se llenaron cientos de barriles. Otro milagro cuenta que resucitó a un niño ahogado.


Restos de la primera basílica
edificada por el santo.
El santo murió a inicios del siglo V. Su culto creció en el medievo, a la par del culto de San Mauricio. La leyenda de las uvas le hizo patrono de los viticultores, y la de la campana, patrono de los fundidores y relojeros, eso ya en el siglo XVI. Sus reliquias fueron trasladadas a Sitten en el siglo VI, y elevadas en el siglo XI, pero la mayor parte se perdieron en un incendio en el siglo XV. Otras reliquias que se habían trasladado a Lyon, desaparecieron en 1798, cuando la Revolución Francesa.

También se le conoce como Teódulo o Joder.


Fuentes:
-"Las verdaderas actas de los mártires". TEODORICO RUINART. Madrid, 1776.
-"Vidas de los Santos. Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-https://www.heiligenlexikon.de


A 16 de agosto además se celebra a
Santa Triaise de Poitiers, virgen reclusa.
San Roque de Montpellier, terciario franciscano.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Agua en vino, fe en caridad.

San Florin de Ramosch, presbítero. 17 de noviembre.

No se conoce mucho sobre este santo, que comienza a ganar fama luego de la invención de sus reliquias, llegando a ser patrono de Chur. Su leyenda siempre planteó que vivió en el siglo VII, pero descubrimientos del siglo XIX fijaron su muerte no antes de 856.

Era el párroco del pequeño pueblo de Remus, actualmente Ramosch, al oeste de Suiza. Su padre era inglés y su madre una judía conversa a la verdadera fe y que había llevado toda su vida como cristiana, un comportamiento muy piadoso. Ambos se establecieron en Remus luego de regresar de una peregrinación de Roma. Allí les nació su hijo que desde niño fue piadoso y amante de las cosas de la religión y del estudio. Como eran pobres, el párroco del lugar, llamado Alejandro, instruyó al chico gratuitamente para que pudiera seguir su vocación: el servicio de Cristo siendo sacerdote.

Los milagros no faltan en su leyenda. El más conocido y que ha configurado su patronato dice que siendo niño, el cura le envió al castillo de los nobles a pedir un vaso de vino. Yendo de regreso, Florin encontró un pobre anciano enfermo, al que dio el vino para confortarle. Regresó al castillo y volvió a pedir vino, pero se lo negaron, pensando que lo habría bebido. Entonces el niño, confiando en Dios, llenó el vaso de agua en una fuente y al llegar adonde el cura, el agua se había convertido en vino. Esta leyenda le ha hecho patrón para conseguir una buena cosecha de vid y para lograr que el vino no se agrie.

Tan buen corazón no se malogró con la juventud y Florin llegó a ser un buen sacerdote: apostólico, caritativo y amante del culto, la predicación. Nunca tenía tiempo para sí mismo, sino que se desvivía por los demás. Al parecer murió joven aún y fue enterrado en su misma iglesia parroquial donde le habían bautizado y donde había sido presbítero. Su culto se evidencia muy pronto, pues sus fieles le tomaron como abogado ante Dios. En el siglo X el obispo de Chur elevó sus reliquias a un altar en la parroquia, autorizando el culto público. Varias reliquias se trasladaron por toda Suiza. Es patrono de la ciudad y diócesis de Chur, junto a San Lucio, rey y mártir (3 de diciembre).


A 17 de noviembre además se celebra a  
San Hugo de Lincoln, obispo.
San Gregorio de Tours, obispo.

miércoles, 5 de octubre de 2016

San Mauricio Abad

San Mauricio de Carnoët, abad cisterciense y fundador. 5 de octubre.

Imagen de la iglesia de
Hélléan, Bretaña.
Nació en Loudéac, en la diócesis de Saint-Brieuc, Bretaña, a inicios del siglo XII. Aunque no se conoce su genealogía, debió estar bien situada, pues el niño Mauricio pudo estudiar y obtener el título de teólogo. Por algunas influencias obtuvo unos beneficios eclesiásticos aún sin ser ordenado presbítero. Una vez que fue sacerdote, le otorgaron una buena parroquia, pero al poco tiempo lo dejó todo para tomar el hábito cisterciense en Langonnet.

Fue tan buen monje que a los 3 años fue elegido abad, y su prestigio de santidad y justicia traspasó los muros, lo cual le llevó a ser mediador entre el noble local y el obispo por asuntos de tierras. A oídos de Conan IV, duque de Bretaña, llegaron las virtudes del santo abad y le comisionó para difundir la cultura, el arte y la sabiduría en sus dominios. Para empezar, le dio terrenos en Carnoët para que fundase un monasterio del cual irradiar santidad y saber. El lugar era inhóspito y estaba poblado de ratas, pero el santo les mandó irse y los animales dejaron el lugar para el culto a Dios. Este monasterio fue una gloria de la Iglesia y Francia, y se mantuvo hasta la Revolución Francesa, cuando echaron a los monjes y se saqueó y desacralizó el edificio. 

Mauricio hizo varios milagros, como convertir el agua en vino. Finalmente, falleció el 5 de octubre de 1191, con más de 70 años. Clemente XI autorizó su culto a la Orden del Císter.



Fuente:
-Vidas de los Santos. Tomo XI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.


A 5 de octubre además se celebra a:

San Meinulf,
archidiácono
.
 
San Palmacio y
comp. mártires.
San Plácido,
y comp. mártires





lunes, 19 de septiembre de 2016

San Rodrigo de Silos

San Rodrigo de Silos, abad. 19 de septiembre.

Iglesia de Silos.
Rodrigo Íñiguez, aunque no hay mucha certeza de ello, fue tío del gran Patriarca Santo Domingo de Guzmán (8 de agosto; 24 de mayo, traslación de las reliquias; 15 de septiembre, "in Soriano") y del Beato Manés de Guzmán (18 de agosto). Peleó bajo las órdenes de San Fernando III (30 de mayo) e igualmente estuvo bajo las órdenes del hijo de este, el rey Alfonso X el Sabio. Antes de 1228 abandonó el mundo y sus glorias para tomar el hábito benedictino en San Millán de Yuso, como probó mediante documentos el benedictino P. Plácido Romero.

Fue devotísimo del Santísimo Sacramento, según prueban algunos documentos sobre donaciones suyas o que conseguía de los nobles, para el culto al Sacramento, expresado en embellecimiento de la liturgia, ricos vasos sagrados, etc. Igualmente donó algunas viñas para el culto de la Santísima Virgen. En 1242, siendo prior de Yuso, fue elegido abad del monasterio Silos, en contra de su voluntad. Fue un abad celoso de la disciplina y la observancia regular. Intercedió para que el rey Alfonso X perdonase a unos monteros que habían dejado escapar a un preso por descuido. A este rey arrancó la donación de un impuesto que recibía (llamados martiniegas, pues se pagaban a 11 de noviembre, día de San Martín). Se cuenta que un Viernes Santo convirtió por dos veces en vino el agua que se daba de beber a la comunidad, como mismo se lee de San García Abad (25 de noviembre). En otra ocasión que había gran sequía llenó por milagro las tres cubas del monasterio, con solo exprimir un racimo de uvas. 

En 1276 renunció a la dignidad abacial para dedicarse por completo a la oración y la lectura, y la penitencia, alejado de los monjes y del mundo. Falleció el 19 de septiembre de 1280 y fue enterrado en el claustro, junto a la escalera llamada "de las vírgenes". En 1560 se hicieron obras en la escalera y se abrió el sepulcro para trasladarse y el cuerpo fue hallado incorrupto, y lo mismo su cilicio y el hábito. Fue trasladado al sitio donde había estado el primitivo sepulcro de Santo Domingo de Silos (20 de diciembre), y en 1604 se le trasladó al crucero de la bella y sobria iglesia abacial, donde recibe culto aún.


Fuentes:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Septiembre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.
-“Rodrigo Íñiguez, abad de Silos”. P. JOAQUÍN PEÑA, OAR. Yuso, 1975.


A 19 de septiembre además se celebra a
Santa María de Cervelló, virgen mercedaria
San José María Yermo y Parrés, presbítero fundador.

Santa Almedha, virgen y mártir.

Santa Almedha, virgen y mártir. 1 de agosto.   Fue esta una de las legendarias hijas del rey de Britania, San  Brychan  ( 6 de abril ). Hast...